La generación Z se moviliza

España ha sido el laboratorio de Europa para la recuperación de una política humanista y de los derechos de los pueblos. Lo que ocurre en Gaza, a pesar del alto el fuego, no ha sido una mera cuestión política, que también, ha sido una respuesta cruel y desmesurada ante un atentado igual de cruel pero puntual. Querer inhibirse ante tanto dolor por una cuestión identitaria es aprobar el genocidio de una nación que lleva años oprimiendo a un pueblo y desobedeciendo a la ONU y a las leyes internacionales.

Europa ha llegado tarde, como es habitual, pero al final ha tenido que ceder ante el empuje de la juventud en las diversas ciudades. Y es bueno que los jóvenes, en contra de algunos partidos políticos, hayan salido a la calle denunciando la permisividad de un país para aniquilar a otro. Y digo que es buen porque hasta ahora se estaba reclamando la voz de la juventud, de la universidad, ante los graves problemas sociales que están atravesando Europa y otros lugares del mapa mundial. Quizás esto demuestra que la juventud si está interesada en mejorar las condiciones sociales y políticas de su país, lo que ocurre es que están desencantado y alejados de los políticos y de la mala política que se está haciendo. Los jóvenes, la universidad, siempre han sido portavoz de la sociedad que tenemos y ojalá estas manifestaciones hayan servido para que esta generación recupere la voz de las demandas sociales y política.

Pero Gaza significa algo más que la destrucción de un país, La geopolítica está cambiando el modo organizativo del mundo, auspiciado por los deseos de XI Jinping de situar a Pekín en el eje del mundo, Trump buscando la supremacía americana y mientras tanto Europa pierde fuerza. Y esto está propiciando el cuestionamiento de la democracia y acercando el fascismo a los gobiernos del mundo. Andrea Rizzi dice que "que estas manifestaciones es recuperar la utopía de un futuro luminoso humanista".

Esto significa el antídoto de la política del pasado que se está activando en el mundo y en Europa. Hay que ganar el futuro y los jóvenes junto a otros colectivos sociales tienen la palabra.

La revuelta de la generación Z de Marruecos, que recuerda al levantamiento de la Primavera Árabe, es la confirmación de que algo está haciendo a la juventud rebelarse.

La calle se resiste a aceptar la destrucción masiva de un país ¿sin nombre? Y ante el chantaje de paz o destrucción.

La generación Z tiene la palabra y la oportunidad de recuperar un mundo mejor.