Análisis

manuel sánchez

Coyuntura de la deuda soberana

Los mercados globales de bonos están experimentando una posible consolidación de niveles tras las pérdidas sin precedentes desde los máximos alcanzados en 2021, en un contexto de endurecimiento generalizado de las políticas monetarias en las economías avanzadas para hacer frente a las elevadas tasas de inflación.

El mes de mayo comenzó con fuertes caídas no sólo en renta variable y crédito, sino también en los precios de la deuda soberana con significativos aumentos en los rendimientos de los bonos. Los tramos largos fueron los que mayor subida experimentaron, lo que se tradujo en una positivización de la pendiente, que comienza a mostrar una cierta normalización en su estructura. Así, el diferencial 2-10 años en EEUU vuelve a situarse en el entorno de 30 pb, tras haberse invertido a principios del mes de abril.

No obstante, en los últimos días la renta fija soberana ha empezado a ganar atractivo y a actuar como refugio a medida que se han agudizado las caídas en los activos de riesgo, estabilizándose las TIRes en el 3% en el caso del Treasury estadounidense y el 1% en el del Bund alemán.

Esta relajación de los rendimientos en las duraciones largas se ha producido en un contexto de moderación de las expectativas de inflación del mercado, lo que podría contribuir a su consolidación ante las perspectivas de que puedan ser necesarias menos subidas de tipos de interés por la rebaja de las previsiones de crecimiento económico. A pesar de ello, por el momento el elevado grado de incertidumbre, las presiones inflacionistas y el tono más restrictivo de los bancos centrales continúan siendo factores que presionan al alza la rentabilidad de los bonos.

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