Cuatro nuevos inquilinos se mudan al Museo del Títere

Los marotes diseñados y construidos por Alberto Urdiales fueron donados ayer al centro de exhibición por los que, hasta ahora, eran sus propietarios

De izquierda a derecha, Alberto Urdiales, Antonio Castillo, Maite Fernández de Cos, Lourdes Sánchez del Águila y Carlos López, ayer con los muñecos en el Museo del Títere.
De izquierda a derecha, Alberto Urdiales, Antonio Castillo, Maite Fernández de Cos, Lourdes Sánchez del Águila y Carlos López, ayer con los muñecos en el Museo del Títere.
Tamara García Cádiz

22 de octubre 2013 - 05:00

Cuando el profesor, ilustrador de libros infantiles, constructor y diseñador de títeres y titiritero, Alberto Urdiales, visitó el Museo del Títere de Cádiz contempló con agrado como algunos de los marotes que vendió a Ismael Peña se retiraban a descansar en las amplias bóvedas de Santa Elena. "Me acordé de todos los muñecos que tenía repartidos por ahí, ya que como yo no tenía taller, el taller era mi casa, cuando dejábamos de usar los títeres los repartía entre los actores de la compañía. Pues eso, que me puse a pensar en ellos, me puse en contacto con algunos de los amigos que tenían los títeres y aquí tenéis a estos cuatro preciosos marotes". Adhelala, la Princesa Calva, Don Lepe y el duende Lalín, los presenta su creador, los cuatro nuevos inquilinos que desde ayer residen en el Museo del Títere de Cádiz.

Los muñecos, restaurados por el propio Urdiales antes de ser entregados al Museo, han sido donados por sus propietarios -Carlos López García, Lourdes Sánchez del Águila y Maite Fernández de Cos- que ayer, junto con el creador de los marotes y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz, Antonio Castillo, firmaron los documentos de la donación.

"Estamos muy agradecidos a Alberto y a los propietarios por dejar que estos títeres se jubilen y vengan a descansar a nuestro museo ya que engrandecen nuestra colección", se congratuló Castillo que se mostró "especialmente" agradecido a Urdiales "ya que nos ha traído los títeres restaurados y todo".

Marotes de gran tamaño que fueron diseñados y creados por Urdiales para distintas dramaturgias con sus grupos de teatro, primero La Caligüeba, después, El Teatro de la A. "Lo pasamos muy bien en aquel tiempo. Yo era profesor, ahora estoy jubilado, pero era genial saber que llegaría el fin de semana y recorrerías España con los títeres. Fue una época muy bonita", recordaba el artista aquel final de los 70 y principios de los 80.

En esas postrimerías de los 70 nacieron Adhelala y Don Lepe, dos de los muñecos protagonistas de Fiestas Gordas del vino y del tocino, escrita por Miguel Romero Esteo. "Era una obra ecologista, fíjate la época de la que hablamos y ya Romero Esteo hablaba de ecologismo. Esta de una princesa se tiene que enfrentar a una serie de tipos que le quieren quitar sus tierras para edificar en ellas, en este caso, Don Lepe era un mago del reino que intenta engañar a la princesa para que se queda sin las tierras", explicaba el director teatral del montaje sobre esta princesa coronada con flores que "en la obra iba cargando con la pierna de su marido muerto que no la he llegado a encontrar", reía, "es que era viuda la pobre y resultaba muy cómico que fuera cargando con esa pata putrefacta", rememorabs Urdiales.

Otra de las nuevas inquilinas del Museo es la esbelta Princesa Calva. "Fue la primera princesa de una obra para adultos que hicimos con Teatro de la A que se llamaba Morir de amor. Esta obra estaba protagonizada por esta marioneta y por un actor, que era Carlos López, que está aquí con nosotros. La princesa había perdido a su marido y no dejaba de llorar, Carlos se enamoraba de la tristeza de ella pero como la princesa se pone contecta al volverse enamorar él la deja de querer", detallaba Urdiales que aseguró que a estos tres marotes los ha tenido que someter a un complicado proceso de restauración que le ha ocupado "todo el verano" mientras que el duende Lalín, la cuarta pieza donada al Museo del Títere, no ha necesitado ningún arreglo ya que "no se llegó a estrenar". "Este duende estaba destinado a la televisión. Por entonces estaba yo muy liado entre una cosa y otra y decidimos ir haciendo títeres porque la televisión nos los pedía mucho así que decidimos hacer una reserva de unos 20. Pero este Lalín no se llegó a estrenar".

"Ahora tengo por delante más arreglos, tengo una serie de 20 cabezas que vestir y también estoy buscando la colección de Los milagros de Nuestra Señora, a la espera de que me conteste la persona que los tiene actualmente. Esa serie es bastante importante porque tuvieron un recorrido internacional, sobre todo, por Latinoamérica", adelanta Urdiales a quien le gustaría que esos títeres pudieran ser adquiridos por el Museo.

Urdiales, Carlos López, Lourdes Sánchez y Maite Fernández se despidieron ayer de estos cuatro marotes entre anécdotas y recuerdos. Aunque a Carlos se le mezclaban con otra "inolvidable" experiencia en Cádiz ya que fue productor y guionista de la película de Jaime Chávarri Besos para todos que se rodó en nuestra ciudad. "Es que voy paseando y voy recordando las escenas de la película" se emocionaba el periodista y también guionista de filmes como La niña de tus ojos, Los años bárbaros y Horas de luz que siguió ligado a los títeres durante nueve años en Las noticias del guiñol, que emitía Canal Plus, junto con Lourdes Sánchez del Águila, una de las fundadoras de grupo de teatro La Deliciosa Royala también "encantada" con el nuevo lugar de descanso de los marotes.

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