'La vida mirada' y 'Calcomanías' de Rebeca Jiménez, en El Pópulo
La artista madrileña afincada en Cádiz inaugura una doble exposición en la sala gaditana
Rebeca Jiménez Cirujano, de procedencia madrileña y afincada en Cádiz, una ciudad de la que dice que "tiene todos los requisitos para hacerte la vida más amable", inauguró ayer un conjunto de sus nuevas obras bajo los títulos La vida mirada y Calcomanías en la sala de exposiciones El Pópulo.
Periodista, filóloga, traductora, coach en talleres motivacionales, donde intenta transmitir la idea de que "si tienes una pasión, y le dedicas tiempo y te formas, al final tienes más papeletas de ser feliz ", cuenta, Jiménez es una enamorada de su ciudad de acogida "gracias al mar, su gente, a la historia, el espíritu de la ciudad y, sobre todo la luz" que le ha hecho encontrar "el lugar idóneo" para retomar su "amor por la pintura".
Una mujer de mundo, que ha estado de viaje por toda Europa y EE.UU., y que ha vivido en países como China o la India. Experiencias que le han servido para tener una filosofía y una forma "diferente de interiorizar las cosas" y que, a su juicio, se pueden ver reflejados en sus trabajos.
Rebeca no intenta contar una historia, sino que pretende entablar "comunicación entre la obra y el espectador" para que el visitante interprete su obra y le evoque imágenes y recuerdos vividos.
"La importancia del ojo es fundamental en toda la colección", precisa su autora que en esta exposición coloca las obras a la altura de los ojos de los espectadores "para facilitar la comunicación". Unas piezas que se inspiran en los versos de Antonio Machado: "El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque te ve".
En cuanto al contenido, Rebeca ha plasmado lo que la vista y los olores de la ciudad le evocaban cuando pintaba en su casa gaditana o en el Castillo de Santa Catalina. Para ella, todos sus cuadros "son hijos de Cádiz".
Entre las obras que se pueden contemplar en esta exposición, abierta hasta el 3 de agosto, se encuentran unas láminas de vinilo que crean el efecto de imágenes que parecen estar flotando en el aire.
Aparte de este novedoso soporte, utiliza colores brillantes y llamativos acordes con la intensidad y calidez de la luz gaditana.
Con todo esto se consigue entender con mayor claridad el nombre de la exposición. La vida mirada, donde el acento está en los espectadores, y Calcomanías, donde la autora se pone en el punto de mira para que cada visitante se lleve a casa una visión de su obra de manera diferente y personalizada.
Con Calcomanías la artista ha querido regresar al mundo de su niñez, de ahí que en sus obras salgan niños en diferentes y originales situaciones, en las que cabe destacar que muchas imágenes llevan capucha, por la influencia de las vírgenes bizantinas y tienen la boca tapada, o no tienen, debido a la necesidad de hacer hincapié en la importancia "de que haya un contacto visual, sin necesidad de decir nada", puntualiza.
"Cuando uno pinta con las tripas no puede evitarlo", concluye la pintora satisfecha con el resultado de su exposición.
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