"En la magia no somos actores, lo único que hago es jugar a que tengo un poder"
juan tamariz. mago
El ilusionista madrileño, un incondicional de la provincia de Cádiz, actúa esta noche en el Gran Teatro Falla con su espectáculo 'Magia potagia' Sólo quedan entradas de paraíso
El Gran Teatro Falla de Cádiz abre hoy sus puertas a la magia, a la incombustible ilusión del gran Juan Tamariz, el mago madrileño que se siente tan gaditano que durante una parte del año reside en la provincia, en San Fernando, para preparar nuevos números y efectos. Nada por aquí, nada por allá, de pronto, a las 21.00 horas, Juan Tamariz.
-¿Qué es exactamente Magia potagia?
-Como se puede suponer es un espectáculo de magia pero con efectos de alegría, de diversión, de pasárnoslo bien. Voy a presentar algunos de los efectos que llevo haciendo, ya clásicos, y algunas novedades. Es una mezcla de clásicos y modernos.
-Por el título, desde luego, parece que se trata de un espectáculo clásico.
-Es que me parece que lo explica muy bien: magia, la parte artística, la parte potente, y potagia que es algo que nos suena a todos a risa, recordamos la infancia; en fin, esa mezcla creo que es la clave del espectáculo.
-¿Es muy Juan Tamariz el espectáculo?
-Me temo que sí (ríe).
-Se acompaña en el escenario de Consuelo Lorgia, ¿cuál es su papel?
-Sí, lo que pasa es que a lo mejor no va a poder salir porque ha tenido un pequeño accidente en la rodilla y está ahora con unas muletas. Hasta el mismo momento de la función no sé si podrá salir. No es nada, pero tiene la rodilla un poco mal y no puede caminar ahora mismo.
-¿Cambiaría mucho el planteamiento del espectáculo?
-No. Aunque la belleza masculina sin duda soy yo... Pero, de todas maneras, en este espectáculo va a intervenir un mago argentino que se llama Alan, y haremos algunos efectos conjuntos también. Y hay una cosa, porque ya el Falla está casi lleno, sólo quedan entradas en paraíso. Allí sí quedan entradas, pero mucha gente pensará que no se ve bien desde allí. Pero nosotros cuando hay juegos de naipes, de cartas, que se ven más chiquititos, ponemos una pantalla y se ve perfecto. En un teatro en Madrid, con 1.600 espectadores, los del fondo lo veían.
-En cualquier tipo de espectáculo, el público está expectante hacia lo que va a ver, pero en este caso le hago la pregunta a la inversa: ¿qué espera Juan Tamariz del público? Porque imagino que tiene su papel.
-Bueno, en el espectáculo yo hago una magia muy participativa y el público, el que quiere, sube al escenario, participa, nunca le hacemos malas bromas...
-Nadie va a perder la cartera...
-No, sólo es para colaborar y sube el que quiere. Y yo bajo muchas veces al público, es continuo. Y entonces, mi esperanza es que el público disfrute con lo que hacemos igual que disfruto yo. Yo tengo una enorme pasión por la magia, es un fuego interior que me quema y lo disfruto enormemente. Por eso digo que yo no hago humor, nos reímos porque digo bromas como si estamos tomando unos vinos y yo te digo unas bromas y tú me dices otras. No hay chistes preparados, ni textos, es diversión pero dentro del misterio de la magia, de lo imposible, de la ilusión, ilusión y alegría. Y yo espero que el público venga con esas ganas.
-El público suele responder bien, evidentemente
-Pues mira, uno lleva muchos años y siempre es estupendo. Fíjate, que a veces voy a dar conferencias para magos a otros países, en distinta culturas, y reacciona.
-¿Cómo han sorteado la crisis los espectáculos de magia? ¿Han tenido una varita mágica para salvarla?
-Pues es curioso. Porque así como en el teatro o en otros espectáculos, la gente que tenía graves problemas no iba verlos, lo que ha sido humor y la magia, que da un poco de ilusión y ayuda a escapar de los malos momentos, pues han ido. Será por la ilusión de que se realice lo imposible, que se pueda meter en un saco y desaparezca la hipoteca o el peligro de que te echen de la empresa... Personalmente, puedo decir que en estos años los teatros se han llenado.
-Quizás porque la gente buscaba evadirse.
-Claro, evasión y también ilusión. Al final del espectáculo digo que ojalá salga la gente con más energía para luchar contra la crisis y contra los problemas que hay siempre en la vida. Con ilusión.
-A ver si va a resultar que la magia es lo que menos trucos tiene.
-Es verdad (ríe). Yo siempre digo que la magia no puede engañar nunca porque se dice desde el primer momento: "Te voy a tratar de engañar", así que ya no hay engaño.
-¿Juan Tamariz sería el mismo sin la televisión?
-Sí, sí, claro que sería el mismo, pero me conocería mucha menos gente. Pero siempre he procurado ser yo mismo. Porque en la magia no somos actores, no represento un papel de viejo, de joven, de rey o de poeta, no, soy yo mismo, Juan, con mis circunstancias, con mi edad, y lo único que hago es que juego a que tengo un poder. Es como cuando se juega una partida de cartas y finges que tienes malas cartas, pero nadie piensa que eres un actor. Eres tú mismo jugando.
-¿Cuál es su relación con la provincia de Cádiz?
-A partir de finales de mayo, me cojo dos o tres meses para retirarme de los escenarios y me vengo aquí, a una casa en San Fernando, y aquí es donde creo los nuevos números, pienso, me lleno interiormente, me reciclo interiormente, y no sólo interiormente porque me acerco al Tío de la Tiza o al Manteca y fíjate tú... Mi madre era de Algeciras y he venido mucho a Cádiz de pequeño. Y es que yo nací en Madrid, pero renací en Cádiz: a los dos meses de nacer, mis padres me trajeron a Cádiz y me puse enfermo, con una diarrea tremenda, y me contaron que el médico decía que no aguantaría, que de esa noche no pasaba, pero me dieron agüita, agüita, y salí y renací. Fue en 1942.
También te puede interesar
Lo último