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Vidrios esmaltados, cuadros, serigrafías, carteles, trabajos cerámicos, libros, tesis y otros documentos integran el inventario de la donación que el artista Luis Gonzalo ha realizado al Ateneo de Cádiz, una entrega que se formalizará el próximo miércoles antes de que la entidad gaditana rinda homenaje al pintor jerezano, afincado en Cádiz desde hace más de cuatro décadas, por la donación y por su trayectoria artística y educativa, plasmada durante los años en que ha sido director de la Escuela de Arte de Cádiz. El objetivo de la donación, en palabras del propio Luis Gonzalo, es que pueda servir "de pauta y referencia para posibles investigadores de la Universidad de Cádiz".
La firma del acuerdo que regula la entrega del legado se realizará el día 18 en el Centro Cultural Reina Sofía, donde se encuentra la biblioteca del Ateneo y donde ya se hayan depositados las obras y documentos que forman parte de la donación. Posteriormente, Luis Gonzalo será homenajeado durante un almuerzo en el Casino Gaditano.
El catedrático y doctor en Bellas Artes, actualmente profesor en comisión de servicios en la Escuela Superior de Ingeniería de la UCA, donde imparte el grado de diseño industrial, pretende que este legado se convierta en un centro de investigación en éste y otros campos, partiendo de las creaciones, estudios y avances realizados por el profesor durante su labor profesional y artística.
Obsesionado con el problema del empleo, Luis Gonzalo está convencido de que el diseño industrial y textil se puede convertir en un campo dinamizador de la industria en la Bahía o en localidades de la provincia como Ubrique. Partir de la creación artística, de la investigación y de la innovación para aplicarlo en el campo laboral y colaborar en la creación de puestos de trabajo.
Ese es, precisamente, el hilo conductor de buena parte de los contenidos de la donación, cuyo inventario incluye un trabajo inédito en cerámica, resultado de una línea de investigación de Luis Gonzalo y que en estos momentos, anuncia el profesor, "está en proceso de patente".
Junto a esta significativa novedad, el legado se completa con una creación en vidrio esmaltado manualmente y experimentado en la Facultad de Ciencias de la UCA, tres cuadros de los nietos del artista elaborados con tejidos adherido en madera con polímeros, tres carpetas de serigrafías mixtas con diez unidades cada una, otras 57 serigrafías enumeradas y firmadas con sus dibujos sobre el movimiento o los carteles originales que Luis Gonzalo realizó para el Carnaval de 2002, la Semana Santa de Cádiz de 2003, la de Jerez del mismo año o para el Festival de Folklore de 2004.
Y junto a estas creaciones artísticas, una amplia selección de documentos relacionados con sus estudios e investigaciones, como una veintena de libros ilustrados sobre su obra (como Arquitecturas entre muros y papel), una colección de discos CD y DVD sobre su obras plástica como cerca de 2.000 imágenes, otros catorce volúmenes sobre su trayectoria investigadora y las tesis doctorales realizadas por él mismo o por otras personas sobre sus propios estudios.
Luis Gonzalo quiere que esta donación, que se une a otras que ha realizado a otros estamentos de la ciudad, sirva para que pueda "devolver a la ciudad una parte de todo lo que me ha dado en estos últimos 42 años, desde que llegué procedente de Jerez".
El catedrático opina que la verdadera investigación es aquella que da pie a nuevas líneas de estudio, que abre otros caminos y que no se convierte en un círculo cerrado: "Creo, modestamente, que en mis estudios hay puntos de partida para seguir investigando, que desde la Universidad se pueden seguir abriendo otras posibilidades, y mi intención es que este legado se pueda convertir en punto de referencia para posteriores investigaciones".
Alejado desde que comenzó el curso de la Escuela de Arte de Cádiz, cuya dirección dejó por propia iniciativa tras consumarse el traslado desde el Callejón del Tinte al nuevo edificio de la Casa de las Artes, Luis Gonzalo está dedicado de lleno a su etapa docente en la Universidad, el grado de diseño industrial en la Escuela de Ingeniería, aunque sigue mirando con el rabillo del ojo el centro educativo que dirigió durante varios años, y esperando que en sus aulas se pueda impartir en los próximos cursos el grado superior de diseño y moda, una de sus aspiraciones.
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