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Un ilustrado del siglo XXI

l El poeta y profesor de Estética Juan Carlos Marset; Gregorio Marañón, ponente y presidente del Patronato del Teatro Real; Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol; José Luis Ballester, miembro del consejo editorial del Grupo Joly, y Rafael Atienza, teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza de Ronda.

l El poeta y profesor de Estética Juan Carlos Marset; Gregorio Marañón, ponente y presidente del Patronato del Teatro Real; Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol; José Luis Ballester, miembro del consejo editorial del Grupo Joly, y Rafael Atienza, teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza de Ronda.

Finalizado el acto, en los corrillos que se formaron en el patio de la antigua Real Audiencia de Sevilla, el miembro del Consejo Editorial del Grupo Joly y economista Francisco Ferraro comentaba: "Gregorio Marañón es una de esas personas que te reconcilian con el país". Antes, tanto el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, como el director de Publicaciones del Grupo Joly, José Antonio Carrizosa, glosaron en sus intervenciones la figura de un hombre que ha sabido proyectar hacia el futuro la herencia liberal de su familia y que ha destacado por su compromiso con la política, la economía y la cultura allí donde su dilatada experiencia le ha llevado.

Gregorio Marañón y Bertrán de Lis intervino ayer en la Fundación Cajasol como presidente del Teatro Real de Madrid, uno de los lugares señeros de la ópera y la música clásica europea, pero a nadie se le escapa que su trayectoria da para mucho más. "Es un ciudadano comprometido, un español-europeo liberal y solidario; vinculado a la economía y la cultura española", destacó Antonio Pulido.

Durante la propia intervención de Gregorio Marañón quedó claro que no es exagerado afirmar que estamos ante un auténtico ilustrado del siglo XXI, una persona para la que el liberalismo no consiste en una simple receta económica más o menos discutible, sino en una filosofía que debe impregnar toda la actividad pública.

José Antonio Carrizosa fue el encargado de trazar la genealogía intelectual y moral de este ilustrado que ha estado vinculada "a muchas de las principales causas de la vida española en el final del siglo XX y el comienzo del XXI", desde sus inicios como un joven antifranquista adscrito a la democracia cristiana hasta sus actuales compromisos en diferentes iniciativas de la sociedad civil. Nada raro en el que fuese nieto del médico y humanista español también llamado Gregorio Marañón, un personaje histórico que sigue siendo un claro símbolo de la España que pudo ser y no fue debido al drama de la Guerra Civil. Todavía hoy la mención de Gregorio Marañón y Posadillo (Madrid, 1887-1960) permanece en la memoria colectiva como un liberal de profundas convicciones comprometido con la justicia, la cultura y el desarrollo del país. "La España de hoy sigue necesitando un Gregorio Marañón", aseguró el director de Publicaciones del Grupo Joly.

El propio abogado, empresario y académico se quedó un poco anonadado cuando escuchó en boca de otro los numerosos hitos de su currículum. En el mundo político-mediático ha sido miembro del colectivo Tácito, colaborador en la fundación de Unión de Centro Democrático y miembro del consejo de administración de Prisa y del patronato de la Fundación Santillana, por citar sólo algunos hitos. Sus posturas centradas y centristas en política provocaron que recibiese ofertas de destacados cargos tanto por parte de la UCD como del PSOE (partido que llegó a ofrecerle el Ministerio de Cultura). Sin embargo, como señaló Carrizosa, Gregorio Marañón y Bertrán de Lis siempre prefirió volcar su compromiso público en diferentes iniciativas vinculadas a la sociedad civil.

En los ámbitos financiero y empresarial su actividad también es prolija: director general del Banco Urquijo, presidente de Banif, fundador de Gescapital, así como una importante vinculación a empresas como Roche Farma, Logista, Cementos Asland, Altadis ,Viscofa y un largo etcétera.

Sin embargo, toda esta actividad vinculada al mundo empresarial no ha impedido una dilatada actividad vinculada a cultura, como atestigua su contribución a las fundaciones Ortega-Marañón, Teatro Abadía o Toledo, la Universidad Complutense, el Círculo de Bellas Artes, la Real Fábrica de Tapices o la Asociación de Amigos del Museo Español de Arte Contemporáneo. Esta actividad ha ido siempre acompañada de una inquietud intelectual que le ha empujado a escribir artículos en los principales diarios españoles, así como a participar en diferentes obras colectivas y firmar numerosos prólogos. Recientemente presentó su libro Memorias del Cigarral (1552-2015) en el que volcó diez años de investigación sobre la famosa casa en las afueras de Toledo de su abuelo, uno de los santos lugares de la llamada edad de plata de la cultura española, hoy de su propiedad.

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