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Las huellas de los Nuevos Nómadas

  • Mediterráneo Centro Artístico (MECA) trae al claustro del Museo de Cádiz una selección de 22 creadores contemporáneos de ámbito andaluz

Las obras "nómadas" que llegaron ayer al Museo de Cádiz pertenecen a autores de ámbito andaluz, aunque la propuesta -desarrollada desde CentroMeca- pretende abrirse en próximas ediciones a "nómadas de Bulgaria, Israel, del ámbito Mediterráneo o China", comentaba Fernando Barrionuevo, el director del proyecto y comisario de la muestra Nuevos Nómadas. Arte siglo XXI Sur.Veintidós artistas integran, en total, una colección multidisciplinar que reúne pintura, fotografía, instalación, escultura, vídeo arte y arte digital. Cada uno de ellos, una tesela en la composición del arte contemporáneo andaluz. No siempre -apuntaba Barrionuevo-, bien entendido. No siempre, bien publicitado. Pero, desde luego, rico e interesante en su interpretación caleidoscópica de la realidad.

Así, Nuevos Nómadas reúne propuestas tan diferentes como la serie de Antifaces sobre conocidas reproducciones del Black & White Ball de Capote; las desvaídas fotografías a ras de agua de Mar Garrido; los luminosos de los diners de Pedro Osakar o piezas coloristas como Gran Brasil, de Juan Morante, que parece recuperar en una gran estera el cromatismo de la selva o, quizá, su peculiar sonograma. Pero también se incluye el juego de texturas plásticas de Eduardo Martín, que juega en Casi -una serie que supone un paréntesis en su producción habitual- con trazos al borde de la desaparición, en referencia, también, a los trabajos que ha realizado en el ámbito de la música, y cuyas piezas responden a nombres femeninos extraídos de las Ciudades invisibles; o las propuestas de Paco Lagares, que bordean el claustro del museo (entre ellas, Rey de copas, Ara Pacis u Hombre sentado ensimismado conversando consigo) siempre bajo el presupuesto de no agotar los proyectos y de desarrollarlos sólo en unas pocas piezas.

Todos los artistas presentes tienen en común, en fin, el afán por la experimentación, la búsqueda de la capacidad de sorpresa y el disfrute, siempre necesarios en cualquier aspecto, pero vitales en el ámbito de lo contemporáneo.

"Concibo el arte como un mecanismo de investigación, en continuo movimiento, siempre con la pulsión de ahondar en lo desconocido antes que en lo conocido", explicaba al respecto Paco Lara, que expone tres retratos de puntillismo abierto, en los que recrea el efecto granulado de las fotografías tamaño carné que podían verse "en el reverso de algunos planfletos publicitarios que echaban en el buzón durante mi estancia en Estados Unidos, hace años -desarrolla el artista-. Todas pertenecían a una iniciativa de una asociación que trataba de encontrar a niños raptados por uno de sus progenitores".

Fernando Baños, por su parte, asegura experimentar de continuo con conceptos, formas y técnicas, y no formar parte de "ningún estilo predefinido" ni considerarse un "artista lineal". La obra con la que forma parte de esta edición de Nuevos Nómadas refleja nuestra "condición actual de zombies: tan juntos y, sin embargo, separados mentalmente". Aquí, Baños toma imágenes anatómicas victorianas que proyecta y trata -o maltrata, en sus propias palabras- en chapa de hierro, donde les aplica barnices, esmaltes y ácido, en un trabajo que hace guiños a la "arbitrariedad" de los acontecimientos y del tiempo.

Por su parte, el estudio de Francisco Rovira y David Romero contribuye con varias piezas que pivotan en torno a los conceptos de mentira y talento, encarnados en las figuras de Mickey y Pinocho, y que los artistas representan en sendas láminas serigrafiadas con insectos alegóricos y en dos esculturas de barro policromado y bruñidas de forma tradicional, con importante influencia de los dibujos y protagonistas del primer cine y los años 20. "Hoy día, ambas ideas incluso se mezclan -comentan sus reponsables-, ya que la mentira ha llegado a ser el talento supremo: quien sabe mentir, sube en la escala. Y eso que la mentira también puede ser algo bueno, pues todo el arte, también, es ficción, es mentira".

El inmenso tapiz de relieves de Yolanda Relinque preside -acompañado de una escultura de tema referencial- el patio central del museo y el corazón de la muestra. Una obra, explicaba la artista, que gira en torno a los conceptos de tiempo -"lo más valioso, hoy día"-, a partir de su confección manual; y de identidad, con cabezas de tela que parecen asomar, boqueando, en la superficie del agua: "La idea surgió a partir del poema de una mujer que abandonó su Inglaterra natal con 14 años y hablaba de las dificultades de la travesía, de sus miedos. Para mí -continúa- es un homenaje a las personas anónimas que han hecho algo importante en sus vidas, y al valor de lo cotidiano".

La exposición, que ha pasado por Almería y por el Real Alcázar de Sevilla, podrá visitarse hasta el 3 de septiembre.

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