Francisco Ramos Torrejón. Escritor

"El relato breve tiene un ritmo frenético, se adapta a las nuevas formas de lectura"

  • Durante el mes de septiembre se podrá disfrutar en la librería Alejandría de Cádiz de un curso de narraciones breves impartido por el autor isleño · Está abierto a todos los niveles y edades.

Francisco Ramos es amante sin reparos de la literatura. A sus treinta y un años, con dos libros de relatos en su haber y una novela en ciernes, se inicia por primera vez en la coordinación de un curso de escritura en la librería Alejandría.

-¿Qué le impulsa a dar un taller de relato?

-Me impulsan las ganas de interactuar con un grupo de personas a la hora de crearlos. Me apasionan los relatos cortos y es realmente sorprendente lo que este género puede sacar de nosotros mismos. Ganas de seguir profundizando y aprendiendo en este género.

-¿Qué estructura va a llevar en las clases?

-La literatura no es como la música, no tiene escalas ni pentagramas. El escritor aprende igual que el músico que lo hace de oído, es mucho más difícil. Para aprender a escribir no hay otra forma que no sea leyendo y escribiendo, así que la estructura de las clases será esa, lectura y comentario de textos de grandes maestros y creación y puesta en común de los textos propios de los alumnos.

-¿Cómo lleva la experiencia de ser profesor? ¿La compagina con la de escritor? ¿La prefiere?

-Es la primera vez que imparto un taller, no me he planteado beneficios o desventajas de un papel respecto al otro. Disfruto de la literatura en todos sus ámbitos y espero que ésta sea una buena experiencia más, algo de lo que seguir aprendiendo.

-¿Cuáles son las virtudes de un relato frente a una novela?

-Hoy en día la sociedad nos impone un ritmo de vida frenético, apenas tenemos tiempo para dedicarnos a aquello que nos gusta. El relato breve tiene esa estructura frenética, ese ritmo vertiginoso y no requiere de un gran espacio de tiempo para ser leído. Se adapta más a las nuevas formas de lectura, la mujer o el hombre que leen en el tren o el autobús mientras van camino del trabajo. Esa brevedad condiciona un desarrollo que en una novela es difícil mantener durante muchas páginas. Hay quien dice que un relato es más difícil que una novela, porque se trata de condensar en pocas líneas todo aquello que deseas decir. En una novela tienes más espacio para jugar y menos para imaginar. El relato insinúa mucho más que la novela, cuyo cometido es no dejar ningún cabo suelto.

-¿Qué puede aportar desarrollar cuentos a una persona que no esté acostumbrada a trabajar la literatura?

-José Antonio Hernández Guerrero dice que la literatura es una forma de vivir la vida más plena y más intensa. Yo también estoy seguro de ello. Desarrollar cuentos es bucear en el interior de uno mismo y penetrar en grandes simas, sacar a la luz rincones de nuestra mente y nuestra alma que creíamos olvidados, buscarse y encontrarse uno mismo. En definitiva, vivir.

-Hay muchos grandes autores de cuentos. De hecho algunos solo se han dedicado a ello en exclusiva, como Raymond Carver, si se exceptúan algunos poemas. ¿Sus preferidos?

-Cortázar y García Márquez siempre son referentes, hagan lo que hagan y en cualquier forma que escriban. Anton Chejov es un maestro del relato corto. Pero en España también hay grandes autores del género breve, como José María Merino, Luis Mateo Díez o Andrés Neuman.

-¿Si no me equivoco tiene una novela publicada, El fontanero del mar. ¿Qué tal fue parir su primera obra?

-Tengo dos libros publicados, ambos son de relatos cortos. El fontanero del mar fue el primero, él abrió el camino, cumplió su objetivo y ahí se ha quedado. Fue una experiencia, una prueba de fuego más que un libro. Quería saber si aquello que hasta ese momento se quedaba guardado en un cajón podía llegar a alguien y para mí fue un resultado sorprendente. Luego llegó el segundo, Onironáutico, también de relatos cortos pero algo más maduro, con relatos no tan personales e incluso algunos surrealistas.

-¿Y en qué proyectos anda metido ahora?

-Estoy terminando de escribir la que será mi primera novela. Ya tiene título, El viaje del héroe, y a veces es lo más complicado. Espero acabarla en este mes de septiembre u octubre como muy tarde. También estoy publicando artículos de opinión en un grupo editorial latinoamericano con el que colaboramos varios escritores.

-¿Cómo ve el futuro de la cultura en España?

-Creo que pocas veces en la historia de la humanidad la cultura ha tenido tantas oportunidades y sin embargo ha sido tan maltratada. La cultura nos hace libres y precisamente a los gobiernos no les interesan los librepensadores. Con internet la cultura es más accesible que nunca, pero todo se restringe. Lo que no interesa no se publicita, no se saca adelante e incluso se sesga.

-¿Y de el país en general? La cultura está estrechamente ligada.

-Un país sin cultura es un país condenado. Por eso, ante este maltrato, la gente de la cultura debe dar un paso adelante, vivir al borde del abismo porque el aborregamiento nos lleva inevitablemente al ostracismo, a la vía libre a nuestros dirigentes para que sigamos siendo ciegos ante sus desmanes. Afortunadamente aún surgen movimientos como los del 15M, gracias a ese tipo de movilizaciones supimos que estamos vivos y que nosotros también contamos. Aún falta un empujón, pero estoy seguro de que llegará.

-Ya que estamos con cuentos, ¿no cree que la crisis podría ser un gran cuento en el que hay muchos interesados en que no se acabe?

-Por supuesto. La crisis no ha sido un volcán o un fenómeno natural impredecible cuyas consecuencias y daños desconocemos. La crisis es un fenómeno provocado, una reconversión del mercado más que una crisis. Se trata de arrasar nuestros derechos y guillotinar nuestras libertades. Creíamos que la utópica Europa acabaría igualándonos en condiciones a nuestros vecinos alemanes y, sin embargo, nos tratan de igualar a los marroquíes recortando nuestros sueldos y condiciones laborales tratando de conseguir mano de obra barata y esclavizada. Será entonces cuando las empresas y las multinacionales ofrezcan puestos de trabajo aquí y acaben con el paro, pero a qué precio. No podemos permitir que lo consigan, nosotros escribimos el final de este cuento.

Curso de relato breve a partir de septiembre, todos los sábados. Librería Alejandría, Sagasta 27. Tlf: 956228170.

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