"El flamenco ha sido la gran devoción musical de Cohen"
alberto manzano. productor musical y traductor de la obra y biógrafo de leonard cohen
El hombre que puso en contacto al poeta de Montreal con Morente habla de FlamenCohen, el espectáculo que estos días llega a Chiclana y Algeciras
Las cuatro lecciones de guitarra de El hispano de Montreal, un gitanito que andaba por allá, por Canadá, y una antología de poemas de Federico García Lorca, adquirida en una librería de segunda mano, ardieron en una chispa que iluminaría toda una obra. Entonces tenía sólo 15 años y una genial producción musical y literaria por delante, sin embargo hasta el día de su muerte Leonard Cohen siguió enamorado del flamenco. En otras palabras, las de su amigo Alberto Manzano, "el flamenco ha sido la gran devoción musical de Leonard Cohen".
Tanto es así que para el productor, biógrafo y adaptador de las canciones de Cohen al castellano, el reivindicar "el matrimonio entre Leonard y el flamenco" se ha convertido en un fin a perseguir a través de "la cruzada" de "enamorar con la poética" del desaparecido músico "a cantaores y público del ámbito del flamenco", defiende Manzano con unas cuantas batallas ya ganadas en el bolsillo. FlamenCohen, el espectáculo que este fin de semana se podrá ver en Chiclana (viernes) y Algeciras (sábado), es su último hito.
Con la cantaora Rocío Segura & La Banda del Corazón, FlamenCohen es un viaje por el cancionero del Premio Príncipe de Asturias, por sus temas más emblemáticos, al compás del flamenco rock y de los diferentes paisajes sonoros que se respiran en el Mediterráneo. Para ello, el productor de esta propuesta ha contado con algunos de los músicos que participaron en la última gira del canadiense como Alex Bublitchi y Javier Mas (que, de hecho, se embarcaron en la gira que duró cuatro años después de que el artista escuchara el disco homenaje que le hizo Manzano, Acordes con Leonard Cohen (2007) que tuvo la dirección musical de Mas y el violín de Bublitchi) y con la almeriense Rocío Segura, que también trabajó con el productor en el disco Como un corazón (Sony, 2015) donde participaban siete cantaoras escogidas "por su eclecticismo, en el sentido de su capacidad de abrirse a otras músicas", apunta Manzano que recuerda cómo Segura le contaba que "se cayó de culo al suelo" la primera vez que escuchó el Omega de Enrique Morente, otro logro, por cierto, del productor catalán que no dudó en poner en contacto a los genios de Montreal y Granada propiciando un encuentro que, como cuenta la historia, dio origen a uno de los discos revolucionarios del flamenco. "Omega fue un milagro y, como milagro, irrepetible", reflexiona Manzano que pone el acento en el papel determinante que jugó la devoción por Lorca de los dos creadores para ese inmediato entendimiento. "¿Lorca y Cohen...? Definitivo, aquella antología que se encontró con 15 años le abrió las puertas al jaleo de la poesía. Le influyó muchísimo, bueno, hasta tal punto, como todo el mundo sabe, que su hija se llama Lorca por el poeta granadino".
Así, en FlamenCohen -donde todos los temas están adaptados al castellano por Manzano- no faltarán las referencias lorquianas de la producción de Cohen como El pequeño vals vienés (la adaptación de Take this waltz) o la versión de The gypsy's wife, que ya cantara Duquende para el mencionado Acordes con Leonard Cohen, además de otros imprescindibles como el Hallelujah o Dance me to the end of love (Baila conmigo hasta el final del amor).
"Yo quiero realzar la poética de la obra de Leonard Cohen con el género musical español de mayor poder y hondura, el flamenco, porque es la manera que encuentro para destacar debidamente esa experiencia lírica de Cohen", explica el hombre al que la obra del canadiense le cambió la vida. "A principios de los 70 surgió la convergencia de que yo empecé a escuchar sus canciones y que empezaron a publicarse sus poemas. Me enamoré de todo aquello y empecé a profundizar en su obra, a interesarme muchísimo por ella y a traducir. Tanto me interesé que dejé Medicina y empecé a escribir poesía", ríe el gran experto y amigo del autor de Suzanne que en el año 1980 no dudó en acercarse al Hotel Colón y poner en las manos de Cohen "toda la obra que yo había hecho sobre él en esos años". El músico se conmovió tanto que invitó a Manzano a almorzar y a la prueba de sonido del concierto que daba ese día en Barcelona. "Cuando terminó el concierto me propuso que me montara en el autocar para el sieguiente concierto en Toulouse. No dudé en aceptar. Sólo sé que todo fue muy sencillo y que esas mismas Navidades las pasaba con Leonard y su familia en la isla de Hydra".
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