"El porqué es lo que no nos explican y es lo más interesante"
Christian Gálvez. Escritor y presentador
El autor presenta la segunda entrega de su trilogía sobre el Renacimiento, 'Rezar por Miguel Ángel', en el Baluarte de la Candelaria.
-¿Por qué el Renacimiento?
-Porque siempre se nos ha presentado como una época de muchas luces, pero toda época de luces también tiene sombras, y siempre he querido buscarlas porque me resultan igual de interesantes que las luces. Y porque también quería presentar a las figuras del Renacimiento, no como genios inalcanzables, sino como seres humanos, con sus errores y sus aciertos.
-¿Cómo profundiza en esa parte humana? ¿Con documentación o con imaginación?
-En el caso de Miguel Ángel tenemos dos biografías coetáneas, las de Condivi y Vasari, en las que podemos vislumbrar un poco la personalidad del artista pero también tenemos que hacernos nuestras propias cábalas y buscar nuestra opinión subjetiva para desarrollar toda la experiencia vital.
-Con 'Matar a Leonardo' ya se enfrentó al reto de conjugar ficción y realidad. ¿Le ha servido la experiencia para armar 'Rezar por Miguel Ángel'? ¿Tiene un método?
-No, qué va. Lo que sí busqué en los dos personajes, que son muy diferentes, fue preguntarme el porqué y empezar de cero con los dos. Siempre nos cuentan el qué: La última cena, La Gioconda, la Capilla Sixtina... ; el cuándo: entre este año y tal año; el quién: Leonardo, Miguel Ángel...; el quién lo pagó: pues tal o tal. Pero, el porqué... El porqué deciden hacer lo que quieren hacer, el porqué lo hacen de la manera... Eso fue lo que me llamó la atención y la base de documentación. Porque el porqué es lo que no nos suelen explicar y, muchas veces, es lo más interesante.
-En el caso de Miguel Ángel, usted busca el porqué de pintarle a Adán el ombligo en su obra para la Capilla Sixtina, ¿es así?
-Efectivamente, todo empieza ahí. Cuando entré por primera vez en la bóveda de la Capilla Sixtina, aluciné en colores, y luego me fui al detalle. Y en el detalle, a mí siempre me ha interesado la Teología, entra el preguntarme el porqué pintar un ombligo en el cuerpo de Adán cuando, según el Génesis, Adán y Eva deberían ser las dos únicas personas de la historia que no deberían tener ombligo. ¿Coincidencia? ¿Casualidad? ¿Una copia de un modelo natural?... Voy a seguir investigando, me dije, a ver si hay más indicios de que estuviera hecho aposta, y así fue.
-¿El Miguel Ángel que encontró tras su investigación se parecía al que ya tenía en su cabeza?
-No es que sea diferente, me esperaba un Miguel Ángel que es con el que me he encontrado pero lo que me ha sorprendido de verdad es, como te decía antes, el porqué era así. Y es lo que he encontrado, el porqué actuaba así, y eso me ha permitido justificar su comportamiento, su modo de tratar a las personas, su modo de proceder...
-¿Hay alguna lección que podamos tomar del Renacimiento en estos tiempos, también, de luces y sombras?
-Hombre, claro... Fíjate, en el Renacimiento tú llegabas y decías, mire soy arquitecto, pintor y escultor. Hoy en día si dices eso te contestan, "¡venga ya!, ¿cuál es tu especialidad?"; y en los tiempos del Renacimiento lo que te decían era "demuéstralo", y si lo demostrabas te respetaban para toda la vida. Es decir, se creía en la polimatía, en la multidisciplina, y esos son unos valores que podíamos rescatar para el siglo XXI, la capacidad de aceptar y de respetar a la gente que puede demostrar que sabe hacer más de una cosa bien y con pasión.
-¿Cuándo tendremos a 'Salvar a Rafael' en las estanterías?
-Está prevista su salida para abril de 2018. Ahora mismo estoy en ese periodo de dos años que dedico a la investigación para poder dar el 100% pues, sino, no sería la mejor novela que podría sacar.
-Leonardo, Miguel Ángel, Rafael. Santísima Trinidad del Renacimiento, dice, pero, su favorito...
-Si te dijese que no estaría mintiendo pero sí que tengo palabras buenas para los tres. Si hablamos del mejor científico, Leonardo da Vinci; si hablamos del mejor artista, Miguel Ángel; y si hablamos de la mejor persona, Rafael. Pero todo empezó con Leonardo... No te voy a engañar.
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