La emoción del descubrimiento
XIII festival de música española de cádiz 3 Concierto de apertura Crítica de música
MUSICA BOSCARECCIA
XIII Festival de Música Española. Programa. Cantatas y sonatas de Francesco Corselli. Intérpretes: Andoni Mercero y Kepa Artetxe, violines; Mercedes Ruiz, chelo; Juan C. de Múlder, tiorba y guitarra barroca; Carlos García-Bernalt, clave y órgano; Alicia Amo, soprano. Fecha: Viernes, 13 de noviembre. Lugar: Palacio de Congresos. Aforo: Tres cuartos.
Se abrió la décimo tercera edición del festival gaditano con buenos aires, esos cuatro vientos a los que dirigió sus fanfarrias el quinteto de metales de la Orquesta Joven de Andalucía. Era una estampa insólita la de los jóvenes músicos encaramados al balcón principal del Ayuntamiento y proclamando desde allí las músicas festivas de Falla, Chabrier, Albéniz, Granados y otros en una alegre llamada a compartir estos tres fines de semana, en una nueva etapa marcada por la colaboración abierta del Consistorio para hacer de estas tres semanas una fiesta musical participativa.
Una vez finalizada la ceremonia ciudadana, el grupo Musica Boscareccia fue el encargado de la apertura oficial del festival con un programa centrado en la obra de Francesco Corselli, responsable de la Real Capilla de Madrid entre 1738 y 1778. La labor de investigación de Alicia Amo y de Andoni Mercero se erige sin duda en uno de los rescates patrimoniales de mayor alcance de los últimos años al sacar a la luz a un compositor de enorme valía y de una calidad plenamente equiparable al contexto europeo por inspiración melódica y por habilidad técnica.
La soprano Alicia Amo prestó su voz a unas músicas pensadas en origen para uno de los castrati de la Corte, lo que supone enfrentarse a unas partituras de enormes exigencias técnicas. La voz de la burgalesa suena con una naturalidad desarmante, de una belleza tímbrica sostenida a todo lo largo de los registros, sin saltos ni cambios de color y con un notable control del vibrato. En la cantata Dulze acento se recreó la cantante en el canto ligado, en una muy sensible manera de hilar los sonidos y de mantener la línea melódica en amplias frases gracias a un generoso fiato y a una muy musical capacidad para regular las intensidades, buscando con ello siempre la mayor capacidad de transmisión expresiva. Las amplias vocalizaciones que adornan su parte fueron resueltas con impresionante soltura y naturalidad, a la vez que sabía aportar su creatividad en las ornamentaciones de los da capo, momentos en los que exhibió su faceta más pirotécnica en las complicadas agilidades y giros. Un fraseo más enérgico y di forza emergió en la segunda aria de la cantata Si aquel monarca de Israel, momento en que la cantante abordó sin problemas arriesgados saltos interválicos y apreciables acentuaciones. Con todo, el momento para el recuerdo de la velada fue el aria Si amoroso y agradable. Con una maravillosa melodía, Amo sostuvo inacabables frases sostenidas en el aire de manera mágica, con una amplia gama de regulaciones dinámicas que, en el caso de la cadencia, parecieron dejar colgados del aire sonidos fuera del tiempo.
A igual nivel de calidad se movió el acompañamiento del grupo instrumental. Sobre la base siempre creativa y de riqueza de matices del continuo, donde sobresalió la personalidad y la relevancia del violonchelo de Mercedes Ruiz, los dos violines tejieron un contrapunto lleno de contrastes y de juegos de contracantos gracias a la muy idiomática escritura para ellos de Corselli. De sonido poderoso, sin estridencias, redondo y bien proyectado, Mercero y Artetxe brillaron a gran nivel en la enérgica aria Culto dará incesante, con ataques incisivos y energía en el fraseo. Mercero mostró además su capacidad para la ornamentación en las repeticiones y su faceta más delicada en el acompañamiento de las arias más delicadas, con amplias frases sostenidas en piano sin que la definición del sonido se viese perjudicada. En las dos sonatas para violín y bajo, de duras exigencias técnicas, Mercero exhibió una amplia gama de recursos de agilidad y de virtuosismo junto a su creatividad ornamental, algo que alcanzó su máxima expresión en la cadencia de la primera sonata, llena de recursos técnicos (dobles y triples cuerdas) y expresivos, con silencios llenos de significado.
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