La nueva presidenta del Museo Altamira, Pilar Fatás, recordó ayer que el régimen de visitas a la cueva original es temporal porque depende de la evolución de su conservación y defendió que la mejor herramienta para dar a conocer Altamira no es la cavidad sino el museo. Fatás dijo, en una entrevista en RNE, que lo "fundamental" es seguir manteniendo siempre la investigación sobre el estado de conservación de las pinturas prehistóricas y apuntó que no se puede asegurar que el año próximo sean 250 personas como máximo las que sigan entrando en ella anualmente, ya que eso depende precisamente de los resultados de esa investigación.

Para la directora de Altamira, que ha sido subdirectora del museo nacional durante quince años antes de ser nombrada su responsable, el régimen de visitas actual es "restrictivo" y "reducirlo tampoco sería el objetivo". Pilar Fatás destacó que su responsabilidad, como la de todos aquellos que se dedican a la gestión del patrimonio, es compatibilizar la "mejor preservación" con la accesibilidad a ese patrimonio.

A su juicio, al objetivo de que Altamira se conozca se puede llegar no sólo con la presencia física en la cueva original sino también por otras vías: las visitas a la neocueva o el uso de las nuevas herramientas que proporciona la tecnología, como la realidad virtual. Sus prioridades serán seguir apostando por la conservación, además de continuar con la "sólida programación de actividades" para todos los públicos que ofrece. Recordó también que Altamira viene ocupando el segundo o el tercer puesto entre los museos nacionales, con alrededor de 250.000 visitas anuales. Y prevé que al final de este año el balance se cierre con unos 260.000 visitantes.