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Cultura

El cuentista que cuenta cuentos de los que no se podían contar

  • El escritor Pedro Mañas presentó sus 'Cuentos criminales' a los alumnos de 5º de San Felipe Neri, en un divertido encuentro

Pedro Mañas ante los alumnos de 5º de San Felipe Neri.

Pedro Mañas ante los alumnos de 5º de San Felipe Neri. / jesús marín

Pedro Mañas es un cuentista que cuenta cuentos de los que no se podían contar. Pero un buen día se armó de su particular humor, se hizo de una buena dosis de originalidad y se abrazó a su lema: "Soy de los que piensan que a los niños se les puede hablar de todo, siempre que se haga con el lenguaje adecuado". Así fue como este martes le contó a los alumnos de 5º de primaria del Colegio de San Felipe Neri que sus cuentos sí que se pueden contar. Como el de Cuentos criminales (Libre albedrío), perteneciente al género negro, y que ha sido el leitmotive del divertido encuentro protagonizaron juntos en el Baluarte de la Candelaria y que organizó el Centro Andaluz de las Letras de la Consejería de Cultura de la Junta. O su Klaus Nowak, limpiador de alcantarillas ( premio del XXVI Concurso de Narrativa Infantil Vila d'Ibi); Una terrible palabra de nueve letras (Premio de Literatura Infantil Ciudad de Málaga), sobre una muñeca que decía palabrotas que nunca aparecen en el cuento; Apestoso tío Muffin; Trastaria y otros tantos a los que pronto se sumará Cuentos paranormales, cuyo capítuloÉrase una vez un vampiro que se enamoró de una vaca desencadenó e inspiró la graciosa historia final que improvisaron los propios alumnos.

Pero antes del desternillante final, Pedro Mañas (Málaga, 1981), un licenciado en Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Madrid, narró la aventura que le ha convertido en el premiado escritor de literatura infantil que es hoy. Un trayecto que acompañó de imágenes de su vida, desde que era bien niño, un estado que nunca le ha abandonado, confesaba.

Con humor decía que le daba corte decir "que soy escritor porque me queda grande la palabra, pero mi presidenta del club de fans dice que esto no puede ser". Presidenta que es su madre, decía ante la risas de los pequeños lectores que pronto conectaron con su presentación.

Porque... "¿Qué es un cuentista?" cuestionaba y respondían rápidos los niños. Pues dícese de esa persona que acostumbra a exagerar, "como yo hacía de pequeño" o de aquella persona que narra cuentos, como hace ahora. Así que "me transformé en un cuentista oficial".

Ante la falta de vocación -contó que antes de ser filólogo se matriculó en varias carreras- finalmente decidió presentarse a un premio de literatura. "Aquel verano no viajé, pero me lo pasé de miedo escribiendo". Y un día le llamaron de la Editorial Anaya para publicarle un libro. Una increíble llamada a la que siguieron más y más publicaciones y varios premios.

Todos ellos contagiados de la originalidad y el humor siempre impresos en su obra. Por eso decidió escribir todo tipo de temas para los niños, incluidos los que no se podía escribir para ellos. Por eso Cuentos criminales fue rechazado por alguna editorial y valientemente retomado por Libre Albedrío, inspirado en los detectives y asesinos más conocidos de todos los tiempos, los mismos que protagonizan el robo de una ciudad el día que se juega un partido de fútbol; el asesinato de un cartero para que no entregue una carta de amor o incluso la estafa de vender la Torre Eiffel para chatarra. Esto último ¡fue verdad!, pese a que pocos niños podían creerlo. Y es que en la desbordante imaginación de Pedro Mañas todo puede ocurrir.

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