-¿Por qué cree que tienen más predicamento las historias de tinte dramático?

-La comedia tiene, tradicionalmente poca valoración. Algo bastante incompresible, pues no hay nada más complicado que perseguir precisamente eso, ese equilibrio entre drama y comedia. Manolito, por ejemplo, tiene su punto de melancolía y el que no lo pille... bueno, es que no lo ha pillado. Aunque como me paso la vida diciéndolo no quiero tampoco insistir mucho... No quiero victimizar el hecho de que lo divertido se considere literatura menor. Yo, cuando lo hago, si lo hago, es porque me produce un disfrute completo.

-El nombre de Elvira Lindo se asocia, inmediatamente, a Madrid y Nueva York. ¿Fauna interesante?

-Sí, pasa mucho como en Cádiz, la gente se vuelca en la relación con los demás: sales a la calle y sólo con andar con ellos y estar un poco atentos, te cuentan sus vidas.

-Hace meses, El País sacó los 100 de 100: cien títulos que "cambiaron la vida" de otros tantos escritores. Sorprende que hubiera pocos libros infantiles y juveniles...

-Pero es que esa encuesta tampoco estaba muy clara... Hombre, yo puse a Huckleberry Finn pero sí es cierto que no abundaban... En estas cosas, muchas veces se dicen títulos cara a la galería.

-El éxito le llegó con el Gafotas, una serie para niños. Está casada con Muñoz Molina. En muchos de sus artículos, aparecía el personaje de Elvira Lindo como una especie de frívola acelerada... ¿se ha cansado de dar explicaciones?

-Pues sí, la verdad... Pero yo también me he estado justificando demasiado, aunque me preguntaran. Es cierto que lo único que pretendía era poner unos cuantos relatos cómicos sobre la mesa, y para eso pensé en usar mi propia vida: toda una audacia por mi parte, claro.

-¿Es cierto lo que dicen tantos escritores, que escriben para leer lo que ellos quieren leer?

-Yo escribo para los demás. Lo que quiero leer está en mi estantería. Decir esas cosas me parece...

-Algo presuntuoso...

-Sí... ¿tan satisfechos están consigo mismos y de lo que hacen? Pues qué suerte, porque yo no termino de estarlo.