Jorge Eduardo Benavides. Escritor

"Tanto antes como ahora, cualquier separación es traumática y dolorosa"

  • El autor peruano publica 'El enigma del convento', una novela de intriga con las guerras de independencias americanas como telón de fondo y con una especial parada en Cádiz.

-'El enigma del convento' viene avalada por el Premio Torrente Ballester, ¿qué significa para usted y para su novela?

-Es un premio que yo quiero mucho y que me parecía muy apetecible por su prestigio, porque los premios lo son, principalmente, por el prestigio que tienen, por los escritores que a través de la trayectoria del premio han avalado el certamen. Además lleva el nombre de un escritor brillante en la historia de la literatura española y que admiro mucho. Y para la novela significa una posibilidad mayor de visibilidad de la que podría tener en otras circusntancias. Pero, a partir de ahí, la novela depende de que guste a los lectores.

-Historia, intriga, romance..., ¿cuál es el eje principal?

-Fundamentalmente es una novela de intriga que tiene un componente histórico grande y, como buena novela intriga, tiene también un compononte pasional, un romance que se da entorno a esa intriga que, básicamente, es la de las peripecias de mis personajes buscando rescatar unos documentos que están escondidos en un convento de Arequipa ya que uno de los personajes principales, que es el general Goyeneche, los ha escondido en medio de las guerras de la independencia.

-La carga documental tiene también mucho peso en la novela, ¿cómo ha sido el trabajo de investigación?

-Bueno, como yo trabajo y vivo en Madrid pues tengo acceso a la Biblioteca Nacional y he estado un par de años de investigación, leyendo mucho, documentándome sobre el crimen político de la época, sobre las circunstancias sociales que se vivían tan convulsas y, también, recordando y documentándome sobre el otro espacio principal de la novela que es el convento de Santa Catalina en Arequipa. Ha sido un trabajo arduo pero satisfactorio porque me ha permitido conocer una época histórica que resulta decisiva para conocer la construcción de la España que conocemos.

-Decisiva y turbulenta pues nos sitúa en un momento de crisis, con el imperio español desmonorándose. ¿Ha encontrado paralelismos con la actualidad?

-Muchísimos, para empezar el hecho de que la historia hable de la fractura social,  emocional, incluso, familiar que se da entre la america española y la España de Fernando VII donde ese personaje, el general Goyeneche, que es americano, que es arequipeño, se ve por las circusntancias peleando a favor del rey español, rey que, por otro lado, resultó un desencanto y resultó el principal freno de los tiempos modernidad que entrañaban la Constitución de Cádiz que él pretendió abolir.

-Para Goyeneche tuvo que ser una situación incómoda. Regresar a su tierra para sofocar las revueltas de su propia gente...

-Sí pero la situación aún era todavía más terrible porque muchos hispanoamericanos, y en la novela, en concreto, arequipeños, se sentían totalmente españoles, por lo tanto la fractura era mucho más dolorosa. No se estaban independizando de un enemigo, de un forastero, se estaban independizando de su pasado, se estaban indepedizando de otros familiares porque eran familias que estaban peleando entre sí, eran amigos que peleaban entre sí. Y Goyeneche es una metáfora perfecta de esa disolución, de ese momento de crisis del imperio español, donde españoles peleaban con españoles. Cosa que nos suena bastante conocida ahora...

-Supongo que se refiere al referéndum sobre la independencia de Cataluña...

-Sí claro. Es un tema muy parecido aunque cambian los escenarios. Es fácilmente objetable lo que estoy diciendo si nos atenemos al detalle. Pero si lo miramos a la luz del tiempo y de la Historia, vemos cuánto se parecen, como lo que ocurriría en Cataluña si al independizarse tuvieran un 50% de la población que se sintiera española... Pues eso pasó a los peruanos, a los arequipeños, de mi novela. Porque, tanto antes como ahora, cualquier separación es traumática y dolorosa.

-Aunque Goyeneche sea el revulsivo de la acción, las protagonistas de la novela son tres mujeres. ¿Qué le aportaban María Micaela, Charo y Mercedes?

-No he tenido ningún particular afán reinvincidativo de género pero me di cuenta, tal y como estaba contando la historia, que las mujeres jugaban un papel muy importante porque ellas son quienes llevan a cabo las peripecias necesarias para conseguir los documentos. Y creo que son, en el fondo, muy de su época. Nosotros tenemos una visión muy maniquea, muy generalista, de cómo eran las mujeres de aquel entonces, pero también había mujeres muy batalladoras, muy luchadoras, que yo creo que están bastante representadas por mis tres personajes. Está la chica madrileña más o menos culta, una chica de Arequipa muy jovencita que entra al convento por un mal de amor y que tiene que enfrentarse con mucha valentía a un hecho histórico y una actriz madrileña de la época que tiene mucha ambición y que decide embarcarse junto con Mercedes hacia América con lo que ello significaba, arriesgar su vida para conseguir las cosas que quiere y de paso por de alguna forma involucrarse en un momento decisivo de la historia.

-¿Cómo ha sido el encuentro entre realidad y ficción¿ ¿Tortuoso o han empastado tranquilamente?

-Digamos que ha sido fatigoso pero muy divertido porque he podido investigar mucho de una época muy importante pero yo lo que he querido es que la Historia sólo sea el fondo de la peripecia argumental que es la historia de Goyeneche y de estas tres mujeres y lo que ocurre en el convento y en ese Madrid cortesano. La ficción siempre gana porque la historia tiene que estar al servicio de la persuasión narrativa. Así que eso lo tengo muy claro en todas mis novelas, si es que hay conflicto entre la realidad y la ficción, siempre va a ganar la ficción.

-Los lectores, a veces, tienen esa necesidad de distinguir entre realidad y ficción...

-A mí me alegraría mucho tener un lector que se planteara eso porque la novela procura involucrar al lector en una época por la que luego ese lector puede sentir, incluso, cierto cariño o curiosidad por saber algo más. Y la ficción se maneja en un territorio donde no está tan clara cuál es la participación del lector...

-Bueno, en su novela se pueden implicar siguiendo las pistas...

-Sí, en una novela de estas características yo pretendo provocar en el lector la curiosidad suficiente para seguir la trama, para seguir indagando las pistas que se le han puesto a los personajes como señuelo para que el propio lector trate de descubrir cuáles son.

-¿Qué papel juega Cádiz y la Constitución del Doce?

-Pues, efectivamente, en la novela hay un viaje a Cádiz. Los personajes tienen que pasar por Cádiz y estar con algunos personajes de allí mientras se embarcan hacia América. Aparece una vieja familia gaditana, los Terry, y bueno, hay una escala por ahí. En la novela dibujo un Cádiz que era parte de la entrada de la modernidad en el sentido del papel de la Constitución allí y también de lo que significaba la ciudad con respecto al comercio para una España exhausta por las guerras y las invasiones y con un gobierno como el de Fernando VII. Era la parte moderna de España, la parte por donde entraban los aires liberales.

-¿Está embarcado en algún otro proyecto ahora mismo?

-Sí estoy escribiendo una historia que ocurre en el Madrid de 1830, también una novela histórica, y espero que sea la última para pasar a otras cosas, aunque por ahora estoy encantado con ella y con el Duque de Osuna como uno de los personajes de la historia.

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