carmen oteo barranco. escritora

"Paula fue el primero que me habló del 'Belmonte' de Chaves Nogales"

  • Esta abogada con despacho en la calle Sevilla de Jerez se estrenó como escritora con unas Memorias de un Domecq que fueron publicadas por la editorial Renacimiento

La abogada y escritora Carmen Oteo Barranco, en la biblioteca de su casa de Jerez.

La abogada y escritora Carmen Oteo Barranco, en la biblioteca de su casa de Jerez. / josé contreras

Dos días de septiembre. La fecha remite a una novela de Caballero Bonald sobre la vendimia y da pie para hablar de libros y de vinos con su paisana Carmen Oteo (Jerez, 1967), que se estrenó como autora con Las lágrimas del vino (Renacimiento).

-¿Por qué llora el vino?

Con los escritores me pasa como con los toreros, los respeto a todos, unos me gustan, otros no me dicen nada"Caballero Bonald dice que en Sanlúcar se siente más libre, pero Sanlúcar es como Jerez hace treinta años"

-Es un juego de palabras porque el néctar del vino deja una gota cayendo que parece una lágrima. Como la lágrima del final de una bodega. El vino le ha dado mundo a Jerez.

-¿Lo globalizó?

-Los que negociaron con el vino de Jerez eran extranjeros que vinieron, se unieron con familias nobles de Jerez. Viajaban, hablaban varios idiomas. No eran muy eruditos, muy cultos, pero tenían una mundología que le ha dado al vino ese lujo y elegancia.

-Caballero Bonald es de la generación de los cincuenta, afectada por una autodestrucción (Barral, Benet, Gil de Biedma, García Hortelano, José Agustín Goytisolo...) de la que dice que se salvó por la manzanilla...

-También Claudio Rodríguez. Manuel Domecq Zurita dice que el vino de Jerez avisa. Igual en Valdepeñas piensan lo mismo. De niños, en la playa nos daban una copita de vino dulce, o cuando volvíamos mojados del colegio para combatir el frío. Todo eso se perdió con la botellona y lo políticamente correcto. Mi padre dice que con el vino de Jerez se combebe, no se bebe solo.

-¿Se 'bebe' a Caballero Bonald?

-Con los escritores me pasa como con los toreros. Los respeto a todos, pero unos me gustan y me emocionan y otros no me dicen nada. Caballero Bonald es muy barroco escribiendo. Me interesan mucho más Cervantes, Galdós, por la voz propia y la grandeza de los personajes. Él sigue a Blasco Ibáñez, a Valle-Inclán. El tema de la lucha de clases a mí no me interesa nada. En Jerez, el vino se bebía en los tabancos, en los casinos de la clase media y en el Casino Nacional de la clase más alta. En la bodega de Domecq había un sitio familiar que le decían la borrachería.

-¿Es literario el vino?

-La gran novela de la historia de Jerez está por escribir, la de las grandes bodegas, los Domecq, más ruidosos, unos visionarios que se adelantaron al delicatessen, y los González, más discretos, más empresarios. Las clases sociales existen en Bilbao, en Lugo y en Jerez, pero no es Jerez.

-Tiene su despacho en la calle Sevilla de Jerez. En la Puerta de Jerez de Sevilla nació el Nobel Vicente Aleixandre. Usted será por paisanaje más de Alberti...

-El de Marinero en tierra o A la pintura es maravilloso, tiene el ritmo del compás de los gitanos en el cante. Pero es nefasto cuando se pone panfletario.

-¿Leyó 'Dos días de septiembre'?

-De Caballero Bonald he leído Dos días de septiembre, Agata ojo de gato y La casa del padre. Los que hizo después ya no. Me gustan más Delibes o Torrente Ballester. Filomeno a mi pesar es una gran novela. Hay escritores que envejecen mal, como Cela, que se autodestruyó.

-Zapatero llevó un libro de Caballero Bonald al Congreso...

-En el hotel Antonio de Zahara de los Atunes coincidí con Pedro Sánchez, estaba leyendo La montaña mágica de Thomas Mann.

-¿Caballero Bonald se asocia con Jerez o con Sanlúcar?

-Tiene una rebeldía muy dócil y con Jerez combina el desdén con el coqueteo. Dice que en Sanlúcar se siente más libre, pero Sanlúcar es Jerez hace treinta años. En Jerez hay un poeta con obra corta, pero en mi opinión muy superior, Paco Bejarano, maestro de José Mateos y tantos otros.

-¿Hay un próximo libro?

-Para escribir tienes que leer y tienes que vivir.

-¿Cómo llegó a Renacimiento?

-Editó El charco dulce, de Begoña García González-Gordon, que lo presenté yo. Estaba allí Abelardo Linares, le hablé del libro, que no lo tenía ni terminado. Lo que más ilusión me hizo fue que apareciera en la colección del Belmonte de Chaves Nogales. La primera persona que me habló de ese libro fue Rafael de Paula.

-Jerezano como Lola Flores y Primo de Rivera...

-De Lola Flores decían: ni canta ni baila, pero no se la pierda. Primo de Rivera tuvo sus luces y sombras. Igual que Caballero Bonald o Rafael de Paula. Y qué te voy a decir de Ruiz-Mateos...

-Sabina habría hecho una canción con ellos...

-Anoche me lo perdí.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios