XVI Festival de Música Española de Cádiz

La Orquesta de Córdoba, brillante de la mano de Michael Thomas

Un momento de la actuación de la Orquesta de Córdoba en el Palacio de Congresos.

Un momento de la actuación de la Orquesta de Córdoba en el Palacio de Congresos.

La Orquesta de Córdoba abre, por segundo año consecutivo, el Festival de Música Española de Cádiz. El año pasado lo hizo de la mano de Leo Brower, y este año, de la mano de Michael Thomas, como director invitado.

La mano sutil, a la vez que decidida, y sin vacilaciones en los momentos clave, del director Michael Thomas, se dejó sentir, convincente y de manera brillante, en el concierto de esta gran orquesta andaluza que es, hoy por hoy, la Orquesta de Córdoba. Thomas, además de haberse ganado una excelente reputación como virtuoso del violín, nos convence cada día más como director de orquesta. Para aquellos que no pudieron asistir a la inauguración, podrán comprobarlo, viéndolo de nuevo en esta XVI edición del FMEC, esta vez al frente de la que es titular: La Orquesta Ciudad de Almería. Será el próximo sábado 24 de noviembre.

La elección del programa del concierto fue valiente, al incluir en la primera parte Los Cantos de Ordesa, un concierto para viola y orquesta, del compositor español Antón García Abril, que estuvo presente en el Palacio de Congresos para presenciar este reestreno de su composición, ya que desde 2012, fecha el estreno absoluto en el Auditorio Nacional de Madrid, apenas se ha vuelto a interpretar, hasta la noche del pasado viernes en Cádiz.

Había expectación por ver de cerca al maestro turolense, y los selfies y fotografías con los teléfonos móviles se sucedieron con frecuencia, a la entrada y salida del concierto. Y no es para menos, pues García Abril es autor de un sinfín de bandas sonoras originales de películas y series televisivas. Y sobre todo, es alguien muy especial para todos los amantes de la naturaleza, ya que fue quien compuso la música de una de las inolvidables series de TVE El hombre y la tierra, de Félix Rodríguez de la Fuente.

La obra de García Abril nos trajo, además otra sorpresa, no menos agradable, la de poder escuchar a una grandísima intérprete de viola, Isabel Villanueva, pamplonesa desde hace 30 años. Isabel ya pasó por la quinta edición del Festival, en 2007, entonces como ganadora del Primer Premio del V Certamen Nacional de interpretación Intercentros melómano. Ahora la hemos visto, de nuevo en el Festival, convertida en una consolidada intérprete solista, y ganadora en 2015 del prestigioso premio El Ojo Crítico de música clásica de RNE, y tras haber grabado este mismo año 2018 el Mejor Álbum de música clásica del Año.

La obra que interpretó de García Abril, es una obra con caracteres neorrománticos, de larga duración (aproximadamente 24 minutos), escrita en cinco movimientos, pero sin solución de continuidad. La obra obliga a la intérprete solista a utilizar técnicas de difícil ejecución, como lo es la de tocar dos notas simultáneamente en la viola, a la vez que debe establecer un diálogo permanente con la sección de cuerdas de la orquesta. El concierto mezcla las impresiones del paisaje de Ordesa, sin llegar a ser una obra de estética descriptiva o programática, con los recursos expresivos de la viola, instrumento que con poca frecuencia ocupa el puesto de solista en las composiciones orquestales o sinfónicas.

Isabel Villanueva asumió el reto de manera impecable, empastando con toda la orquesta y especialmente con la sección de cuerda. Y como propina nos regaló La Nana de la suite 7 canciones populares de Manuel de Falla, en un solo de viola que dejó absolutamente impresionado a todo el auditorio. ¡Brava!

Y la segunda parte y final del concierto, giró al cien por ciento sobre Georges Bizet. La Orquesta de Córdoba nos ofreció una fantástica interpretación de las dos suites L’Arlésienne, en ocho movimientos. La interpretación, bajo la batuta de Michael Thomas sonó impresionante. No hubo resquicios. Afloró redonda, desde el Preludio-overtura de la Suite nº1, hasta la Farandole final de la Suite nº2. La Orquesta posee una contundente sección de cuerda, desde los contrabajos a los violines. Excelente el saxo alto en el primer movimiento de la Suite nº1, así como el arpa, flauta y oboe del tercer movimiento de la Suite nº2. El final de la obra, portentoso, dejó patente la capacidad de toda la orquesta modulando la fortísima y desenfrenada Marcha de los reyes. Ante la insistencia del público, Michael Thomas tuvo que repetir los últimos compases de esta Marcha de los reyes.

Un concierto excelente para la inauguración de este XVI Festival, que se extenderá por todo el mes de noviembre, y que, de momento, ha dejado el listón muy alto.

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