“Necesitaba contar la incertidumbre, el miedo, la magia de lo casi incomprendido”
José Miguel Évora | Compositor
El músico sanluqueño estrenará mañana, en la explanada de La Calzada, su obra sinfónica ‘Magallanes. Réquiem in memoriam’ para conmemorar los 500 años de la circunnavegación
–Una curiosidad para empezar: ¿Por qué eligió Évora como nombre artístico? ¿Tiene algo que ver con la coincidencia del año de su nacimiento y el descubrimiento del tesoro de Évora en Sanlúcar?
–En realidad no. En mis comienzos, con 12 ó 13 años, quería que mi nombre apareciera en mis composiciones, y en un principio figuraba mi nombre: José Miguel Muñoz Alcón. Pero pronto, desde la SGAE me dijeron que tenía que tener un nombre diferente del de Muñoz Alcón, para evitar problemas con los derechos de autor de mis hermanos. Y además no me gustaba la idea de presentarme como “hermano de” Manolo o Isidro. Y así las cosas, una tarde Limeño el torero, gran amigo de la familia, me llevó a un campo en Sanlúcar llamado Ébora, y me contó la historia de los Tartessos que habían estado allí, y donde acababan de encontrar un tesoro. Así que pensé que eso era el nacimiento de nuestra cultura y de Sanlúcar, así que me dije: este va a ser mi nombre.
–Es difícil imaginar el mundo del flamenco actual sin el nombre de José Miguel Évora. Usted ha compuesto, arreglado, dirigido o producido música para muchísima gente de ese mundo; desde sus dos hermanos, Isidro y Manolo Sanlúcar, hasta Camarón o Morente. Desde Rocío Jurado a José Mercé, Las Grecas, Salmarina, Papá Levante, Esperanza Fernández, Daniel Casares… ¿En cuál de todas sus facetas musicales se encuentra más a gusto?
–Lo que tengo claro es que de todos he aprendido. Ahora soy una vieja zorra… pero la vieja zorra tiene más que aprender del joven loco que al contrario. No hago más que intentar aprender de todo lo que me rodea. Para mí la vida no es un modo de ganar el sustento, sino un modo de vivir. Entonces todo lo que hago lo utilizo como remedio para curarme. A veces me pregunto si componiendo estoy aprendiendo a morir, pero lo que es seguro es que sin música yo no sabría qué hacer. El remedio para mi vida es la música.
–Mañana estrena en su Sanlúcar natal la obra ‘Magallanes. Réquiem in memoriam’. Una obra sinfónica no se hace en dos días. ¿Cuándo empezó a pensar en componer en torno a Magallanes?
–Que la composición fuera un Réquiem es algo que hace unos dos años me lo pide el delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sanlúcar, y me lo pide para estrenarlo en abril del año pasado, coincidiendo con el día de la muerte de Magallanes. Pero con esto de la pandemia no se pudo estrenar, y por eso se ha pospuesto para concelebrar la llegada de Elcano y acordarnos del gran ausente, Magallanes.
–Sanlúcar se vestirá de gala el día 6. La mejor orquesta de Andalucía: la ROSS, coros, soprano, cantaor, presentador de lujo… ¿Para qué instrumentación orquestal está escrita su obra?
–Sin duda la ROSS es la mejor de Andalucía. La obra está escrita para maderas a tres: la formación más grande de la orquesta, aunque en esta ocasión son 4 flautas, 2 oboes y corno inglés, 2 clarinetes más clarinete bajo, dos fagots más contrafagot, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, cuatro percusionistas, dos arpas y cuarenta maestros en la cuerda.
–¿Su composición responde a los patrones clásicos de una ‘misa de Réquiem’: Introito, Salmo, Kirie, Dies irae, etc…?
–Sí, pero digamos que dramatizado. Por eso es un ‘Réquiem in memoriam’. Un Réquiem en sí obedece a la forma de una misa, y es para ser tocada en una iglesia. Pero ‘Magallanes. Réquiem in memoriam’ es para ser interpretada fuera de una iglesia. Para representar con un lenguaje universal mi idea de una gesta como esta se necesita este formato. Era necesario, y así se lo expliqué al alcalde de Sanlúcar. Aunque no titulo las partes como tradicionalmente: Introito, Salmo, Dies irae, sí que responde a este esquema.
–Los proyectos, según van avanzando en su materialización, van cambiando, unas veces para mejor, y otras no. Para muestra, la propia aventura de Magallanes. ¿En la materialización de su proyecto musical, qué ha ido cambiando o evolucionando con el paso del tiempo?
–Antes de escribir una sola nota, tuve meses de investigación y fui por el camino de nombrar a las partes ‘Corpus’, ‘Introducción’, ‘Las naves van a partir’, ‘Suenan las campanas en la plaza’, etc. Sin embargo, cuando me puse a escribir, me di cuenta de que no era esa la necesidad, sino que lo que necesité contar fue el miedo, la incertidumbre, la magia de lo casi incomprendido…
–Qué duda cabe que Magallanes es un personaje de la historia universal, e involucra a toda la Península Ibérica, no solo a España. Pero Elcano también lo es. ¿No se merecería Elcano un ‘Te Deum’ para celebrar su regreso? ¿Qué opina?
–Sí. Tienes toda la razón, pero a mí se me encarga la obra hace dos años, y cuando llega la hora de decidir todo, pues prácticamente ya no había tiempo de pensar en hacer algo a Elcano. La burocracia no lo permitió.
–Para finalizar, ¿va a interpretarse el Réquiem próximamente en algún otro lugar?
–Hay previsto que se haga una gira, y a priori buscando las ciudades más involucradas en la primera vuelta al mundo: Valladolid, Burgos, Portugal, Italia y Sevilla. Pero la verdad es que a día de hoy, aunque hay bastante interés, lo cierto es que no hay nada cerrado.
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