Cultura

Lacuesta vuelve a los escenarios de 'La leyenda del tiempo'

  • El director compite con 'Entre dos aguas', con la que busca transmitir "una gran sensación de veracidad"

Isaki Lacuesta.

Isaki Lacuesta. / javier etxezarreta / efe

Isaki Lacuesta, que compite de nuevo por la Concha de Oro en San Sebastián, esta vez con Entre dos aguas, dice estar ilusionado con que hayan seleccionado su película, pero asegura que lo que sucede en los festivales nunca ha cambiado su vida, "ni cuando te elogian o dan premios, ni cuando te destruyen".

"Una ventaja es que ya he venido más veces a San Sebastián. Ganamos la Concha con Los pasos dobles y el Fipresci con Loscondenados. Con algunas películas nos han dado hostias a base de bien y con otras han sido experiencias mezcladas. En todos los casos, al día siguiente estaba currando, buscándome la vida para levantar otro trabajo", destaca el realizador catalán.

Aunque reconoce que es "inevitable" que "se meta una especie de veneno" por la competición, Lacuesta (Girona, 1975) trata de "no pensar en ello" porque cree que los premios "no tienen nada que ver" con el trabajo de los cineastas. "Cómo vas a comparar unas películas con otras cuando son tan distintas en todos los aspectos. Es como una carrera de Fórmula 1 con bicicletas, con gente que anda, con gente que practica deportes distintos en ligas distintas. No tiene ningún sentido", señala.

En Entre dos aguas, el cineasta sigue a los protagonistas de La leyenda del tiempo (2006) 12 años después. Comenta que su antecesora tuvo muy buena audiencia en TVE, "pero el público no sabe siquiera que películas pequeñas como éstas se estrenan, existen, y el festival cumple un poco esta función. Y es además un escaparate fabuloso porque estás al lado de cineastas que yo admiro mucho, de gente como Claire Denis, con los que me siento identificado", destaca.

El filme de Denis High Life y el chino Baby, de Liu Jie, se presentaron ayer en el certamen donostiarra al igual que Entre dos aguas, una ficción "muy realista" protagonizada por los hermanos gitanos Isra y Cheíto, los adolescentes de La leyenda del tiempo, que ejercen de actores y no de ellos mismos, aunque haya algunas coincidencias en aspectos de su vida.

Cheíto, por ejemplo, sí es militar, pero Isra no ha estado en la cárcel, como se muestra al comienzo de este filme, en el que los hermanos vuelven a encontrarse en la isla de San Fernando, donde se presenta un futuro incierto para el segundo, un lugar donde no resulta nada fácil ganarse la vida. "La película busca transmitir una gran veracidad, que parezca que no hay guion y que lo que ocurre es real", explica el realizador. Recalca que "el reto" era hacer un largometraje en el que "no se viera" el trabajo del equipo, pero planteándolo siempre como una ficción y no un documental.

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