El Junco y su proyecto más ambicioso
Flamenco
El bailaor gaditano presenta el espectáculo 'Por un sueño' el próximo viernes en el Gran Teatro Falla
Ya van más de dos años de emancipación, de autonomía, de crear para sí mismo. El bailaor Juan José Jaén El Junco (Cádiz, 1975) abandonó, después de doce años, el ballet flamenco de Cristina Hoyos para realizar las coreografías de la obra Cádiz. Fue una oportunidad que él agradece a la Agencia Andaluza del Flamenco, que se la brindó, y que vino a llegar en el momento justo, cuando el cuerpo y la mente le pedían volar en solitario y dejar atrás una etapa intensa de aprendizaje y también de creación. Pero ahora todo es de otra forma. El bailaor ha sido padre y, con muchos espectáculos a sus espaldas, siente que "ha llegado el momento de hacer algo más personal y atrevido -explica el propio artista- y de mostrar algo distinto a lo que se ha visto de El Junco hasta el momento". La plasmación de ese sentimiento es la obra Por un sueño, que él califica como un reto y, a la vez, como su proyecto más ambicioso.
En estos dos años, y tras la experiencia de Cádiz, El Junco no ha dejado de trabajar. "Ahora bailo para la Cristina Hoyos de Japón", bromea en referencia a sus colaboraciones con la maestra Yoko Komatsubara, que lo ha invitado en varias ocasiones. La próxima será en el mes de octubre y con la compañía de David y Alfredo Lagos y de Diego Carrasco, al que escoltará en su primera visita al país del sol naciente. Pero antes de partir, ha querido dejar montado el proyecto con el que piensa afrontar el próximo año, con la ilusión añadida de estrenarlo en el Gran Teatro Falla. Para él ha contado con la participación de Javier Marín (Chiclana, 1972), ex-bailarín dedicado ahora a las tareas de producción. Con él tuvo El Junco un primer intercambio de ideas -un día cualquiera, estación de Santa Justa- y comenzó ese constructivo proceso dialéctico de incorporar uno las ideas del otro y viceversa. Los dos compartían una misma idea -"transmitir el goce de sentir y de amar la danza"- y una intención común, "respetar el flamenco". "Se pueden usar todas las herramientas que hoy día están a nuestro alcance, pero respetando la raíz", como apostilla Marín. Nació así este espectáculo en el que este último ha dado cuerpo al guión y se encarga además de la dirección escénica.
Tras el hilo argumental de Por un sueño late una frase, una sentencia casi, que Marín encontró en el libro Mémoire de la danse de Martha Graham. En él, la maestra de la danza contemporánea escribió que "más que cualquier otro ser humano, un bailarín muere dos muertes: la primera, física, cuando el cuerpo poderosamente entrenado ya no responde como uno lo desea. Al no bailar, ya no se es". De esa forma, explica el director, "en el espectáculo se plantean la muerte física y la muerte creativa, y se quiere reflejar la inquietud y la angustia que la creación suponen para un artista que siempre vive un doble mundo, el de la vida cotidiana y el de la creatividad". Por otra parte -continúa Marín- "para contar una historia, perseguimos una integración y los elementos multimedia que se van a utilizar". "Pero sin dejar de ser nunca puristas ni flamencos", recalca.
A El Junco se le ve cómodo dejándose dirigir por Marín: "Influye mucho el que haya sido bailarín. Él aporta muchas cosas y las otras las aportamos entre todos. En ese "todos" se incluyen los integrantes del elenco: su compañera de baile (y esposa), Susana Casas, y cada uno de los músicos que participan en la obra que, para Juan José, son amigos antes que artistas. Ellos son los gaditanos David Palomar y el guitarrista Keko Baldomero, a los que se suman otros amigos más recientes como el guitarrista Juan Carlos Berlanga, el pianista Alex Romero y el cantaor David Sánchez, El Galli de Morón. Una primera mención aparte merece la participación de Palomar, que actuará como artista invitado. "Quería que estuviera él -declara El Junco- por lo especial que el espectáculo es para mí. Con Palomar tengo la seguridad de que todo lo que aporte va a ser bueno". La segunda está claro que es para Susana Casas sobre la que Juan José opina que le da "el empujocito ese que necesitamos las personas, y además tengo la suerte, y no el martirio, de tenerla las veinticuatro horas". Y no sólo eso, el bailaor también destaca los diez años y los muchos montajes compartidos con ella en la compañía de Cristina Hoyos. "Me ayuda mucho en las coreografías y se hace cargo de las suyas propias". Susana, por su parte, no oculta la ilusión de compartir esta nueva etapa que viene a coincidir con la suya propia. Tras la maternidad, ella también ha emprendido una carrera en solitario, aunque sólo sea artísticamente. Un nuevo tiempo en el que se reconoce renovada en energía y ganas.
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