Fliscornos, trompetas, trombones y bombardinos marcan al unísono el inicio marcial de Lágrimas, uno de los himnos de la Semana Santa de Cádiz, que lleva la firma del maestro José Cubiles. Se trata de la única pieza vinculada al mundo de las cofradías que se le conoce al compositor gaditano, fechada en el año 1960 y terminada en el mes de marzo.

La cofradía de Columna conserva como uno de sus mayores tesoros la partitura original de esta marcha, que lleva la firma del compositor acompañada de una dedicatoria escrita con tinta azul: “A la Venerable y Real Archicofradía de Ntro. Padre Jesús de la Columna y Ntra. Señora la Santísima Virgen de las Lágrimas, en homenaje de fervor y devoción a nuestra venerada imagen”.

Esta partitura manuscrita y dedicada, y una reseña posterior que se conserva en la hemeroteca de este periódico de un homenaje que le rendiría la cofradía a Cubiles en agradecimiento de la marcha compuesta es lo único que la cofradía de Columna ha podido conocer hoy de aquel cruce de caminos que trajo al compositor y pianista a su Cádiz natal y que dejó para siempre la característica marcha. “Hay un vacío enorme respecto al encargo. La cofradía en aquel entonces era cosa de un grupo muy cerrado, y no hemos encontrado documentos ni constancia de nada”, explica Daniel González, responsable del archivo histórico de Columna.

Sí se sabe que la marcha fue compuesta con motivo del tricentenario fundacional de la hermandad (fundada en 1660). “Pero no hemos localizado ninguna referencia al acuerdo alcanzado con Cubiles en las actas de la junta de gobierno de entonces ni nada parecido”, cuenta Daniel González, que por ahora sigue rendido al misterio de cómo la cofradía del Martes Santo consiguió que uno de los pianistas más brillantes de la época y afincado en Madrid aceptara realizar una marcha procesional, la única que cuenta en su biografía, para la Semana Santa gaditana.