Isabel Villanueva | Violista

"La viola tiene un carácter muy humano"

  • La intérprete inauguró con la Orquesta de Córdoba esta edición del FMC 

  • Junto a Moisés Sánchez, lleva hoy al Teatro del Títere el espectáculo 'Raíces' 

Isabel Villanueva, para su disco 'Bohèmes'

Isabel Villanueva, para su disco 'Bohèmes' / Juan García Rosell

Si hay una cualidad distintiva de la viola es que tiene una voz muy cercana al registro humano. Les ocurre también a sus parientes cercanos, el violín y el chelo: una peculiaridad que se usa a menudo para explicar por qué despiertan nuestra emotividad. Pero, frente al registro más agudo del violín y el grave del violonchelo, la viola presenta una voz media, aún más natural al oído. Esa cualidad fue, también, la que la situó en un puesto de acompañante: “La viola tiene un carácter muy humano –explica Isabel Villanueva–. Tiene un sonido muy agradable, muy natural: unos puntos ambiguos que le dan esa personalidad y que la hacen tan apta para recrear un universo. Tiene un punto casi metafísico, un carácter luminoso pero con mucho contraste... Tradicionalmente, ha tenido un papel de equilibrio, se ha empleado más como mediadora entre voces extremas. A nivel solista, tiene otro papel distinto, pero no pierde su identidad. Requiere de mucha profundidad en cuanto a búsqueda de sonidos, hay que ir descubriéndola poco a poco”.

Villanueva (Pamplona, 1988) forma parte, como ella misma dice, de una generación de músicos e intérpretes que tuvo que salir fuera del país hace años, pero que ahora está volviendo: “Aún así –cuenta– nunca perdí el contacto, trataba de mantener relación con los conciertos. Mi principal objetivo al regresar es que nos demos cuenta del talento que hay dentro de nuestras fronteras: durante mucho tiempo, hemos vivido con esta creencia de que lo de fuera tenía más calidad, en todos los ámbitos. Que esto no es así se está demostrando todos los días con la aparición de nuevos valores”.

Isabel Villanueva debutó como solista a los 18 años con el Concierto para viola de Bartok, junto a la orquesta sinfónica de RTVE y, entre otros méritos, ha sido la primera violista extranjera en tocar como solista en Irán y fue Premio Ojo Crítico de RNE en 2015.

"Un músico del XXI ha de estar abierto a la experimentación"

A pesar de su condición tradicional como instrumento secundario, la relación de Isabel con la viola –una especialidad a la que llegó por casualidad: no había plazas en el conservatorio para estudiar guitarra– es de compromiso absoluto: “Como ejemplo, te diré que en todos los años de existencia de la Orquesta de Córdoba (formación con la que Villanueva abrió el pasado viernes el Festival de Música Española), no había tocado nunca un artista de viola como solista”. ¿Por qué? “El público tampoco conoce mucho el instrumento, y no se tocan o adaptan piezas, y el público sigue sin conocerlo.... Por eso, para mí, es muy importante el ir abriendo puertas concierto tras concierto”.

“Mozart, Mahler... todos ellos tocaban la viola, no les era algo ajeno, les gustaba –continúa la intérprete–. Si Bach viviera ahora, tendríamos conciertos para viola, pero la historia y el panorama musical eran distintos”. Isabel Villanueva cuenta con un repertorio que abarca desde el barroco hasta la música de creación actual: “Para un músico del siglo XXI, es imprescindible poder tocar el máximo rango de repertorio –explica–. Aunque es verdad que hay que profundizar en los estilos, mis gustos musicales van más allá de la música clásica: el flamenco, la electrónica... Hay que estar muy abierto a la experimentación”. Así, asegura seguir adorando “la guitarra y el flamenco” y, de hecho, suele incluir ejemplos de aire flamenco como reivindicación de la versatilidad de la viola, “que tiene una gran capacidad artística y expresiva a nivel de color y técnica”.

"Con Bohèmes, quería recrear el espíritu del París de entresiglos"

El que es su primer trabajo, Bohèmes, ha recibido este año el Premio al Mejor Álbum de Música Clásica. “Para que vea la luz un proyecto de este tipo –prosigue la intérprete– tienen que encajar muchos factores. Sacarlo adelante fue una tarea muy difícil, con muchos problemas de producción... Pero yo sabía que era algo que tenía que conseguir sí o sí”. Bohèmes emplea la delicadeza intimista de la viola para recrear el universo del París de la Belle Époque. Se abre con el Romance Oublièe S. 132, única obra original para viola de Liszt, e incluye piezas de Reynaldo Hahn, François Dumont, BohuslavMartinu, Georges Enesco y Claude Debussy, además de la adaptación de una sonata de Granados a cargo de la propia Isabel Villanueva:“Quería recrear el espíritu de los compositores que vivieron en el París de entresiglos, que escribieron obras originales para viola y piano, pero que no tenían origen francés –explica–. En su estilo, incluían música de estilo impresionista francés además de la música de sus raíces”.

Granados será también uno de los autores presentes en el recital Raíces, que la violista lleva hoy al Teatro del Títere de la Tía Norica en compañía de Moisés Sánchez, al piano: “Un músico que ha tenido formación clásica pero que se ha desarrollado sobre todo como pianista de jazz, y que es un compositor y arreglista fuera de lo común”, comenta.

La propuesta incluye piezas de Federico García Lorca (con arreglos de Isabel Villanueva), Manuel de Falla, Efrem Zimbalist y Mauricio Sotelo. Este último estrena dentro del Festival de Música Española Blanca luz de azahar: una “composición más condensada y enraizada en el flamenco (de hecho, tocamos un poco de distintos palos) a partir de Fragmentos de blanca luz, una primera versión que se estrenó en el Auditorio Nacional –indica la violista–. En total, un programa curioso y emocionante con estilos totalmente distintos y con una presencia extrema de la viola”.

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