El profesor de Literatura Hilario Jiménez Gómez, que ha biografiado las relaciones personales y literarias de Lorca y Alberti en La difícil compañía (Renacimiento), ha asegurado a la agencia Efe que cuando se entrevistó con Alberti para este trabajo comprobó que "acabó creyéndose sus propias memorias".
"Alberti mentía mucho, pero inconscientemente" y sus memorias "las escribió cincuenta años después de los hechos, y eso un escritor de una gran imaginación como fue él", señala Jiménez Gómez, quien pone como ejemplo de inexactitud cómo Alberti contaba que conoció a Lorca.
Según los relatos memorialísticos del gaditano, Lorca le fue presentado por Gregorio Prieto, pero esto no es posible, según el biógrafo, porque se conserva una carta del propio Alberti a Prieto dándole cuenta de que acaba de ver a Lorca.
"Alberti confundía todo, fechas y lugares", asegura Jiménez Gómez, quien tras haber dedicado una tesis doctoral y varios años a investigar las relaciones y el epistolario de ambos poetas, asegura que las cartas que se cruzan Lorca y Alberti son «cartas paladinas, como las que se le escriben a un vecino, vacías".
"Lorca marcó siempre mucha distancia con Alberti, no le gustó nunca; y Alberti hablaba mal de Lorca a sus amigos, como hace por carta a José María de Cossio o a José María Chacón, cuando le llama 'Federica' o le trata con tremenda fobia, o cuando dice del granadino que es 'una niña que coge aceitunas' y que le ha enseñado mucho de botánica». Jiménez también habló con Pepín Bello, quien le constató que Alberti y Lorca nunca fueron amigos.
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