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Cultura

Gustavo Dudamel entusiasma con su Concierto de Año Nuevo

  • El director venezolano ha sido el maestro más joven en dirigir a la Filarmónica de Viena en esta cita

El director Gustavo Dudamel, durante su actuación.

El director Gustavo Dudamel, durante su actuación. / efe

El venezolano Gustavo Dudamel se convirtió ayer, con 35 años, en el maestro más joven en dirigir el célebre Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, con un programa alegre y salpicado de novedosas sorpresas que entusiasmó al auditorio.

El público de la Sala Dorada del Musikverein de Viena premió el estilo fresco y optimista del director de la Filarmónica de Los Angeles (EE.UU.) y de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, con prolongados aplausos y ovaciones: "Vivimos en un tiempo de un poco de caos, pero como, filosóficamente hablando, cada caos tiene un orden", la música puede ser "una posibilidad de recibir esperanza y belleza para así comenzar un año nuevo", indicó Dudamel.

El programa destacó por su optimismo y ritmo alegre, como lo reflejaron las polkas rápidas y despreocupadas So angstlich sind wir nicht (Tan miedosos no somos) o Winterlust (Placer de invierno) de Johann Strauss hijo y padre, respectivamente.

Entre las siete piezas que nunca antes habían sido interpretadas en este escenario, destacó la polka Pepita, la melodía que Johann Strauss hijo compuso y dedicó a la bailarina española Pepita de Oliva (1830-1871), tras el éxito de su actuación en la capital austríaca.

El brío de la batuta del director latinoamericano marcó tanto la marcha Nechledil de Franz Lehár, al inicio del evento, como la obligatoria Marcha Radetzky de Johann Strauss padre, con la que los vieneses concluyen cada año este concierto, acompañados por las rítmicas palmas del público.

La única excepción entre las alegres melodías fue la trascendente y misteriosa Mondaufgang (Salida de Luna) de la ópera Die lustigen Weiber von Windsor, con las voces del coro Winer Singverein, de Otto Nicolai, uno de los fundadores de la orquesta vienesa.

Los músicos, que estrenaron este domingo nuevos y elegantes trajes de trabajo, creados por el matrimonio de diseñadores Vivienne Westwood y Andresa Kronthaler, quisieron recordar así los 175 años de la exitosa existencia de la orquesta.

Y con la polka Solo hay una ciudad imperial, solo hay una Viena rindieron homenaje a la emperatriz María Teresa I de Austria con motivo de celebrarse en 2017 los 300 años de su nacimiento.

Por supuesto, no pudo faltar el El Danubio Azul (Johann Strauss hijo) que, creado hace ciento cincuenta años, es considerado el segundo himno nacional de Austria.

Una de las sorpresas del concierto de ayer fue la irrupción en vivo de jóvenes bailarines en la Sala Dorada, que danzaron entre las filas del público en una simulada desobediencia al acomodador.

Por otro lado, la junta directiva de la Filarmónica de Viena anunció también quien será el encargado de dirigir el concierto de Año Nuevo de 2018: el italiano Riccardo Muti, que ha se ha hecho cargo del envento hasta en cuatro ocasiones (en 1993, 1997, 2000 y 2004).

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