Cultura

Guillermo Boto, nuevo presidente de la Cátedra de Flamencología de Cádiz

  • La junta directiva quiere darle "un giro" a la entidad después de lo que consideran un "periodo de práctica desaparición" que ha tenido lugar, a su juicio, en los últimos cinco años

El flamencólogo Guillermo Boto, durante la entrevista con 'Diario de Cádiz'.

El flamencólogo Guillermo Boto, durante la entrevista con 'Diario de Cádiz'. / julio gonzález

Una frase le pido y él me da una palabra: "Responsabilidad". Guillermo Boto, recién elegido presidente de la Cátedra de Flamencología de Cádiz, asegura que el elemento diferenciador de su futuro mandato de la entidad gaditana, que antes comandaba Antonio Barberán, será la responsabilidad. Responsabilidad y "trabajo conjunto". Primero, con sus compañeros de la junta directiva, segundo, con otras entidades flamencas y, tercero, "con todas las puertas que se abran, porque a todas vamos a llamar, que quieran colaborar con nosotros y ayudarnos a darle un nuevo impulso a la Cátedra de Flamencología de Cádiz, que se lo merece".

Así, Alfonso de la Rimada (vicepresidente), José Anillo Pájaro (secretario), Francisco Fernández Torrejón (tesorero) y Agustín Benítez, José Rosa, Juan Jaén, Felipe Scapachini, Carmen de la Jara y Pedro García del Río (vocales), presididos por Boto, serán los artífices de este "giro" que la nueva junta directiva pretende darle a la institución gaditana de investigación y difusión del flamenco tras el que consideran "un periodo de, prácticamente, desaparición".

"La Cátedra la fundó hace ahora 20 años Paco del Río, periodista y flamencólogo con varios libros publicados, y en el tiempo que él vivió funcionó bastante bien", repasa Boto que asegura que a la muerte de Del Río "la Cátedra, con un nuevo presidente, entró en un periodo, prácticamente, de desaparición". El estudioso del flamenco describe un periodo de "cinco años" donde "no se hacía nada, ni reuniones, ni nada" por lo que algunos de los miembros de esa misma junta directiva, "y otros miembros que también querían que la Cátedra tuviera más actividad", empezaron a organizar una serie de asambleas generales con la intención de "salir del impás".

Exactamente, se celebraron tres asambleas generales desde el mes de febrero, que se anunciaron en este periódico, donde la junta directiva, ya convertida en gestora, "hizo todo lo posible para contactar con todos los miembros de la Cátedra para que vinieran", explica Boto que argumenta que el listado de miembros "no estaba actualizado" y a partir de ahora se tendrá que poner a ello.

"El resultado de esas reuniones fue el de crear una nueva junta directiva y de tener un nuevo presidente. Y aquí estamos. Pero aunque a mí me han elegido presidente yo he querido contar con la junta directiva que ha promovido estas asambleas porque son, por amor al flamenco y al arte, los verdaderos creadores de esta nueva etapa que va a tener la Cátedra", agradece el investigador que se siente "muy honrado de presidirlos" y que insiste en el "esfuerzo que han hecho y están haciendo".

Una nueva etapa basamentada en "auténticas tormentas de ideas" que se están produciendo en las últimas reuniones pero que "siempre tropiezan con lo mismo, con la falta de presupuesto". La Cátedra no cuenta, de momento, con ningún tipo de ayuda económica externa "aunque las vamos a solicitar y tenemos la gran esperanza de que nos respondan", desea Boto.

De todas formas, ya le están dando vueltas a algunas "ideas interesantes". "Existe ya el ofrecimiento de varios artistas de Cádiz muy catalogados de hacer unos talleres ilustrados de flamenco. Hacer un taller sobre seguiriyas de Cádiz, cantiñas de Cádiz, soleares de Cádiz, sobre cualquiera de los muchísimos palos gaditanos... Porque hay que decirle al gran público gaditano que, en contra de lo que pueden creer algunos, el flamenco gaditano no son las alegrías solamente sino que puede llegar al 70-80% del flamenco general".

Ante esta riqueza "enorme" de Cádiz, Boto piensa que estos artistas "que están en posesión de su propio tesoro" tienen "la necesidad de dejarlo limpio y pulido para los que vienen detrás". "Después cada uno que haga lo que le dé la gana con el flamenco, lo mezcle o lo que quiera, que están en su derecho de ejercerlo o no, pero que lo conozcan y se conserve". Así, en estos talleres que están ideando desde la Cátedra, que serán públicos y donde se discutirá y se disertará sobre los diferentes temas, "se enseñarán cuáles son los estilos gaditanos y se enseñará a diferenciarlos de los que no lo son, de manera que cuando un cantaor jovencito cante por soleá y quiera cantarlas por Cádiz no la mezcle con la de Alcalá, o la de Jerez o cualquier otra", explica.

Para que esta idea sea una realidad, "la única ayuda que necesitamos es un sitio para desarrollarla", asevera Boto que recuerda que la sede de la calle Sopranis es un lugar muy pequeño para realizar actividades. "Ojalá podamos contar con el Centro de Arte Flamenco de La Merced. Se lo solicitaremos al Ayuntamiento pero si nos dicen que no pues intentaremos buscar algún lugar privado, pero esperamos que el Consistorio nos lo ceda", desea el presidente de la Cátedra que también quiere contar con los miembros de la institución "para ir fijando biografías y estudios sobre el flamenco de Cádiz, que es la misión de la Cátedra", anuncia Boto.

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