Empezar una vida a los 71 años

Música clásica

Daniel Barenboim dice sentirse como al comienzo de su carrera el día en que se presenta en Cádiz El director argentino-israelí espera repetir en la ciudad interpretando a Falla

Daniel Barenboim dirige los primeros compases de la Orquesta del West Eastern Divan en el Teatro Falla de Cádiz.
Daniel Barenboim dirige los primeros compases de la Orquesta del West Eastern Divan en el Teatro Falla de Cádiz.
M. Muñoz Fossati

Cádiz, 22 de enero 2014 - 05:00

Barenboim ha cumplido 71 años hace escasamente dos meses, pero ayer en Cádiz, en un rincón de un pasillo del Teatro Falla, a una periodista que le preguntó en qué momento artístico y personal se encontraba, el pianista y director argentino-israelí contestó con un escueto, divertido y sincero: "Estoy empezando". En Cádiz, desde luego, estaba empezando. Y lo hizo a lo grande, con la que puede ser su orquesta más querida, la del West Eastern Divan, compuesta por músicos árabes e israelíes y que está haciendo una gira para celebrar el décimo aniversario de la Fundación Barenboim-Said. Esta tiene su sede en Sevilla, desde que la Junta de Andalucía decidiera patrocinar esta iniciativa de paz y música.

En ese pasillo del Falla, mientras el público empezaba a entrar, el director que también tiene las nacionalidades española e israelí, atendió brevemente a la prensa, en ese espacio indefinible que va entre el final del ensayo y el comienzo del concierto. El genio universal comenzó lamentando no haber venido antes a Cádiz , "la única ciudad importante de Andalucía donde todavía no hemos estado", y expresando su felicidad por estar ayer aquí con la orquesta. "No sé por qué no se ha hecho antes, debe de ser una cosa de dificultades logísticas de fechas. Y naturalmente en este teatro es difícil tocar en verano, porque no hay aire acondicionado. Esa es la razón principal, por eso estoy particularmente contento de que este año hayamos podido venir en enero a Cádiz". ¿Será posible verlo entonces otra vez en Cádiz, y si es posible interpretando a Falla? se le preguntó. Y él contestó: "Pues puede que sí ¿por qué no? Espero que sí".

El director, en cambio, contestó con un "sí y no" cuando se le preguntó si a los diez años de la creación de la Fundación se está más cerca de conseguir los objetivos de la orquesta. "Sí, por el nivel musical artístico,que para decirlo francamente, es mucho más alto de lo que yo soñaba y podía soñar. En lo que se refiere a las relaciones humanas entre los músicos y todo eso, más que muy bien. Donde no hemos conseguido el objetivo principal es poder tocar en los países que están representados en la orquesta, o sea, en Líbano, en Siria, en Palestina, en Israel, en Egipto, en Irán, Turquía y España. De todos esos, sólo en estos dos últimos hemos tocado. Pero ese gran paso no depende lamentablemente de nosotros, pero lo entiendo, porque nuestra forma de pensar y nuestra forma de ver los problemas del conflicto israelo-palestino no es la forma de pensar de la gente, ni en Israel ni en el mundo árabe". "Mañana vamos a Abu Dabi, que no es Oriente Medio, sino Oriente y tres cuartos, casi Asia ¿no? -bromeó-. Pero es importante que podamos actuar en países con sociedades árabes".

Barenboim se avino a hacer un análisis del conflicto israelo-palestino "que está cada vez peor, porque no se le trata por lo que es. Es como si tienes una enfermedad en el brazo y te curan la nariz. No es un conflicto militar, ni político, que sería entre dos naciones como hemos visto tantos en la historia. Aquí tenemos un conflicto entre dos pueblos, que están profundamente convencidos de tener el derecho de vivir en el mismo pedazo de tierra, y sin el otro. Pero el mundo no lo ve, está buscando un compromiso, que no se puede encontrar cuando no aceptas el derecho del otro. Primero hay que llegar al punto de entender eso, de que haya líderes tanto en Israel como en Palestina, que entiendan de una vez por todas, que estamos bendecidos o maldecidos a vivir en la misma tierra, o uno al lado del otro o juntos. Pero no de espaldas uno al otro. Hasta que no se llegue a ese punto, no tiene ningún sentido negociar. Es un problema humano, no político ni militar".

¿Y la música, qué papel puede jugar en conseguir eso? "No, la música no se puede utilizar para otras cosas. La música no se vuelve otras cosas, aunque otras cosas se pueden volver música. Pero lo que la orquesta demuestra es la posibilidad de convivencia, del hecho de que en la orquesta eso funciona, que están en el mismo atril israelíes y palestinos o lo que sea. Y no sólo eso, sino que desean lo mejor para el otro. Y eso tenemos que llevarlo a que forme parte de la existencia fuera de la música".

Barenboim consideró exagerado que él o los músicos estén "estigmatizados" por los dos bandos. "Para algunos israelíes soy un traidor, para otros no. Y los palestinos hay muchos que están contentos con los que estamos haciendo. Lo que sí es verdad es que hay gentes en ambos campos que me critican. Y está bien, porque si fuera sólo por un bando, algo no estaría haciendo bien. Los miembros de la orquesta, cuando vuelven a sus países, naturalmente, no encuentran comprensión".

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