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Cultura

"Denuncio que el alcohol es la droga dura más legal del mundo"

  • Joaquín Santaella presenta mañana en la APC su obra 'Vino torcido', basado en su propia experiencia

Los días no son fáciles cuando transcurren encerrados en un centro de desintoxicación para abandonar el alcohol. Cuando en vez de días son meses, años, hasta 15 años de la vida de un hombre que lucha, cae, se levanta y lo cuenta. Es la vida novelada del periodista y escritor Joaquín Santaella, que mañana a las 19.30 presenta su obra Vino torcido, en la sede de la Asociación de la Prensa de Cádiz, en un acto que será presentado por el también periodista y escritor Óscar Lobato, dentro del ciclo La Prensa en la Calle.

El libro, que ya va por su octava edición, parte de los diarios que escribió su autor durante su estancia en los distintos espacios en los que ingresó para rehabilitarse. "Tenía un valor incalculable y pensé que tenía que sacarlo a la luz, que tenía esa responsabilidad", dice Joaquín Santaella de estas duras vivencias que un buen día decidió compartir con todos con el firme objetivo de transmitir los peligros del alcohol. "Mientras no entendamos que el alcohol es una droga dura, no nos enteramos de nada". Por este motivo "denuncio que el alcohol es la droga dura más legal del mundo, y es esto lo que lo hace tan peligroso".

Así que tuvo claro cuál era su cometido. Transcribir sus diarios y hacer de su historia "un producto literario, revisado y mínimamente novelado, pero basado en hechos absolutamente reales". Para ello cambió nombres, unificó el escenario y le confirió una trama, haciendo de las vivencias exprimidas de múltiples momentos de su vida y bajo la pátina de tantos estados de ánimo, una historia "digerible", suavizada, tratada con amable ironía, salpicada de reflexiones y dibujos propios recogidos en sus diarios. "Utilicé la técnica literaria para suavizar los auténticos horrores que viví, con sentido del humor, para que la crudeza del asunto no echara para atrás". Y siempre, mirando hacia el horizonte, hacia una salida posible. Como finalmente ocurrió.

Santaella cuenta que cuando internas en un centro "piensas que ya has tocado fondo, pero nada de eso, porque entonces chocas de lleno con la realidad de otros muchos". Otras tantas historias salidas de este infierno que es la adicción a las drogas, al alcohol, con el que convivió durante años. "Es ahí donde está lo tremendo, en este choque, que va mucho más allá de una terapia en grupo, por ejemplo, porque todo está en uno. Nadie es más fuerte que nosotros mismos".

Vino torcido se desenvuelve en un centro que es el hogar de treinta hombres de entre 18 y 90 años. Sus historias enriquecen un texto protagonizado por el director del centro, rodeado de mayores y jóvenes alcohólicos. "Porque no podemos olvidar el espantoso dato de que con el botellón empiezan a beber a los 13 años. Y esto le da igual a los gobiernos, porque prefieren a miles de niños adormecidos y drogados, que despiertos en la Puerta del Sol", reflexiona.

Por eso hace de su obra un manual de alerta contra la dependencia física o psíquica al alcohol que te arrastra fácilmente. Y de la que es difícil salir.

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