Cultura

Cultura taína, una joya intangible

  • El Castillo de Santa Catalina acoge la muestra 'Tesoros del arte taíno', integrada por unas 135 piezas procedentes de la Colección Arqueológica del Centro León que ahonda en su vida doméstica y espiritual

'Tesoros del arte taíno'

Muestra multidisciplinar. Castillo de Santa Catalina. Hasta el 23 de septiembre pueden visitarse las 133 piezas de la muestra, de lunes a domingos, de 10.00 a 19.45.

Hay tesoros que son inalcanzables, intangibles, inabarcables. Entre ellos se erigen muchos de los saberes aún desconocidos que los taínos se llevaron a la otra vida. Conocimientos del medio agrario que hoy revolucionarían los tratados medioambientales con visionarios métodos de ahorro del agua o técnicas contra la erosión. Es el patrimonio eco socio cultural de estos primeros registradores de la humanidad (año 2500-3000 a.C), estos indígenas del Caribe artífices de una sociedad en torno a la que ayer se inauguró la muestra Tesoros del arte taíno, en el seno del Castillo de Santa Catalina.   

Tres son los ejes fundamentales en los que se asienta. Así lo recalcó Rafael Emilio Yunén, Director General del Centro León, en el acto inaugural en el que estuvo acompañado de la alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez, el concejal de Cultura, Antonio Castillo y Amalia León , directora General de la Fundación Eduardo León Jimenes, entre otras autoridades.

En su intervención habló así de una sociedad que "tuvo un origen mucho más remoto de lo que se creía", cuyos grupos originarios "se intercambiaban de manera dinámica entre sí" constituyendo sociedades mestizas, antes de incidir en un pueblo "que tuvo mucho más impacto sobre el medio ambiente del que se suponía".

Tres puntos que  argumentó en un recorrido -obra del museógrafo Pedro José Vega-  a su vez articulado en cinco ámbitos de la vida y cultura taína pasada y actual.

 En este paseo entre las 135 piezas que integran la muestra multidisciplinar procedente de la Colección Arqueológica del Centro de León habló de unos "paisajes humanizados" construido por una sociedad que carecía de metales, "de ahí el desconocimiento de la misma", pero cuya forma de trabajar la agroforestería se concibe hoy como todo un tesoro y obra de arte. 

  Huracán es la parte de la exposición que trata su vínculo con la naturaleza, fundamentalmente con el manglar, "que supieron explotar sin dañar" y con el propio huracán, "al que respetaban y veneraban".  

La espiritualidad se aprecia en el apartado Cemíes y cohoba, que exhibe un amplio muestrario de piezas trabajadas en la roca, con alusiones a dioses y espíritus, poniendo de manifiesto el arte funcional que combinaba tecnología, creatividad, creencias y jerarquía. 

La cohoba dispone de espacio propio, para difundir así los rituales con los que entraban en trance tras inhalar polvos alucinógenos y fumar tabaco. 

La vida doméstica y productiva continúa dando detalles de una sociedad cuya arquitectura se erige similar a la de antaño, con un amplio muestrario de material artesano, de ocio, ornamental -como almohadillas para tatuar- o un collar de colmillos de perro "pieza estrella de la colección", y religioso. De hecho se escenifica un altar actual de influencia hispana, africana e indígena.

El aroma a puro invade el último tramo de la exposición, que habla del Conuco, o área destinada a la siembra, y el Guayacán, madera de árbol, con la exhibición de artesanía neo taína, un vídeo y el proceso actual de la manufactura de cigarros, que ayer se pudo presenciar en vivo y en directo, gracias a Procigar (Asociación de Fabricantes de Cigarrros de República Dominicana). "El tabaco es de los productos que se han mantenido desde la prehistoria a la actualidad, convirtiendo a República Dominicana en el mayor exportador de cigarros", concluyó Rafael Emilio Yunén, mientras señalaba el amplio muestrario importado a Cádiz.

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