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CINE

Clint y Angelina frente a la corrupción

  • Eastwood y la carismática actriz destapan en 'El intercambio' una escalofriante trama real sobre un niño desaparecido en Los Angeles de finales de los años veinte y que manipuló el poder político

En el átono panorama del cine americano actual, cada nueva película del gran Clint Eastwood es una gran noticia. Este actor y director de sorprendente carrera, que de estrella televisiva en los 50 pasó a ser uno de los mejores cineastas mundiales en su madurez, con una etapa chocante de ídolo del astroso Spaghetti-Western y megaestrella como Harry el Sucio en medio, es el último clásico vivo. Alguien que rueda al viejo estilo, tomándose su tiempo para presentar sus historias y a sus personajes, lejos de las histerias fotográficas con que nos obsequian muchos directores de hoy. A sus casi 80 años Eastwood muestra una magnífica forma artística, como demuestra que según sus costumbres de los últimos años haya rodado dos filmes consecutivos. El primero, El intercambio, se estrena hoy, y el segundo, El gran Torino, llegará en pocos meses. En este último film Eastwood, según confesión propia, es la última vez que se pone delante y detrás de la cámara.

Pero en El intercambio no actúa, dejando este menester a un reparto encabezado por la carismática pareja formada por Angelina Jolie y John Malkovich. Es un film de encargo, basado en una historia real que conmocionó a la opinión pública de Los Angeles a fines de los años 20. El guionista y antiguo periodista J. Michael Straczynski se topó con ella de casualidad. Un amigo suyo que trabajaba en los archivos municipales de la ciudad californiana le llamó para decirle que se estaban destruyendo viejos expedientes y que había uno que le podía interesar. En el se contaba la triste historia de Christine Collins, que se enfrentó a toda la maquinaría policial y política del momento. Straczynski se puso en contacto con el productor Brian Grazer y el cineasta Ron Howard y decidieron hacer una película sobre ello, llamando a Clint Eastwood como director. Éste se entusiasmo con el guión y decidió hacerlo. Angelina Jolie, que alterna películas comerciales como Wanted con proyectos más ambiciosos como El intercambio aceptó dar vida a la protagonista, en un papel con posibilidades de clasificación para los Oscars. Por de pronto, es candidata al Globo de Oro. Eastwood recordó a Malkovich de su trabajo conjunto en En la línea de fuego y lo propuso para el personaje del ministro protestante que es el único que ayuda a la protagonista en su búsqueda.

En 1928, Christine Collins es una mujer de clase obrera madre soltera, que un sábado sale a trabajar dejando solo a su niño de 9 años. Cuando vuelve, ha desaparecido. Cinco meses después de una angustiosa búsqueda, la policía se lo devuelve, en una operación de relaciones públicas que busca lavar la corrupta imagen del departamento. Pero hay un problema. No es el hijo de Christine. Cuando reclama, se topa con una dura resistencia por parte de las autoridades, que no quieren reconocer el error. Tanto, que desprestigian a la torturada madre, llegando incluso a internarla en un psiquiátrico. Tan sólo un pastor protestante la cree y la ayuda en su lucha.

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