Álex de la Iglesia estrena en España sus payasos premiados en Venecia

El director presenta 'Balada triste de trompeta', protagonizada por Antonio de la Torre, Carlos Areces y Carolina Bang, la película que enamoró a Tarantino

Alex de la Iglesia, ayer ante un cartel promocional de la película.
Alex de la Iglesia, ayer ante un cartel promocional de la película.
Mateo Sánchez Cardiel / Madrid

14 de diciembre 2010 - 05:00

Con un León de Plata a cuestas, el circo de Álex de la Iglesia canta como cruento y malsano villancico la Balada triste de trompeta, un 'antichristmas' que recorre la pesadilla de un país, España, que el realizador vasco exorciza apoyado en dos payasos, Carlos Areces y Antonio de la Torre.

"Lo bueno del cine es que da la oportunidad de figurar escenarios de ficción en los que las cosas se ven más claras", dice a Efe Álex de la Iglesia. Y su Balada triste de trompeta, que llega a los cines el próximo viernes, es su esfuerzo por ver con más nitidez lo que vivió con ocho años y no pudo entender: el franquismo.

¿Una 'pesadilla antes de Navidad'? "Esta película es reflejo de lo que recuerdo de esa pesadilla. Ocurrían cosas a mi alrededor que no entendía y que me creaban un sentimiento extraño de culpa del que me intento librar", reconoce.

Así, siguiendo los pasos de Luis Buñuel, Carlos Saura o Pedro Almodóvar, emprende la difícil misión: "Contar lo nuestro de otra manera", dice, aunque sea desde una película que es "comedia y es terror" hilada por una canción de Raphael.

Su manera personal e intransferible de contar "lo nuestro" se apoya en ese concepto tan español que es la dualidad entre la tristeza y la carcajada. Por eso, el clown que protagonizó su novela Payasos en la lavadora y cerraba esa 'moda' inquietante de Crimen Ferpecto, vuelve a ser el epicentro de su universo.

"Es mi obligación como director contar las cosas desde el punto de vista más personal posible, buscándome a mí mismo como espectador", asegura.

Y aunque ha perdido a sus otras dos manos de guionista, las de Jorge Guerricaechevarría, ha duplicado a sus payasos: ahora son dos, Antonio de la Torre y Carlos Areces, enfrentados por una mujer, que bien podría llamarse España y que interpreta Carolina Bang, a la que acabarán despedazando nada menos que en el Valle de los Caídos a ritmo de una partitura oscura pero deslumbrante de Roque Baños.

"Me gustaría que hubiera en España posibilidad de acuerdo, de transigencia. Que no seamos siempre o el payaso tonto o el payaso triste. Que podamos sentirnos orgullosos de decir que nos hemos equivocado", resume. "Espero que nuestro destino no sea el de matar a la mujer que amamos", sentencia.

El propio De la Iglesia, dividido entre su labor creativa como realizador de títulos como El día de la bestia o La comunidad y administrativa al frente de la Academia de Cine, reconoce su doble filo: "También soy payaso, también me disfrazo. No soy como digo que soy".

"Soy terrible rodando, soy muy exigente y pido que todo el mundo se esfuerce como me esfuerzo yo. Me cuesta mucho ver a un tío leyendo el periódico durante el rodaje, aunque también intento ser cordial", asegura un cineasta que en este 2010 también ha recibido el Premio Nacional de Cinematografía.

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