Coronavirus en Cádiz

“Si vuelve el bicho y no nos coge preparados, la culpa no será del bicho”

  • David de la Encina, diputado de Bienestar Social, ha estado al frente del área más compleja de Diputación durante los peores días de la crisis del Covid. Cuenta cómo ha sido desde dentro mantener servicios en las pequeñas localidades

David de la Encina, responsable de Bienestar Social de Diputación

David de la Encina, responsable de Bienestar Social de Diputación

David de la Encina venía de la alcaldía de El Puerto cuando, como diputado provincial, fue nombrado responsable del área de Bienestar Social. Aunque tiene una potente dotación, cerca de 40 millones, no es el área estrella de la institución provincial, donde suele lucir más el Turismo o la de Obras. Bienestar Social tiene un funcionamiento muy técnico que mueve a unas dos mil personas en diez programas que atienden, principalmente, a las localidades de menos de 20.000 habitantes, es decir, la mitad de los de la provincia. La llegada del Covid-19 ha hecho que este área, con ese funcionamiento tan técnico, haya tenido que improvisar, que buscar recursos donde no había, que capear con lo que nadie se esperaba.

–¿En qué momento se da cuenta de la gravedad a la que se va a enfrentar su área?

–El mismo día 14 de marzo, antes de que se decretara el estado de alarma, ya habíamos hablado en la reunión semanal de jefes de servicio de incluir como punto principal al virus y cómo actuar ante él. Sabíamos que nos íbamos a enfrentar a algo que no conocíamos, pero, desde luego, jamás pensé que alcanzaría esta profundidad.

–La atención a domicilio quizá fuera su principal punto de choque.

–El servicio de ayuda a domicilio atiende 4.048 casas a las que cacuden 1.217 trabajadores de Diputación. Hablamos de personas a las que hay que dar de comer, lavarles... Fue horroroso. Sencillamente, las dos primeras semanas no teníamos modo de proteger a estos trabajadores. Cada alcalde de cada pueblo se quejaba de qué iba a pasar con esos vecinos y que cómo era posible la escasa protección , pero el hecho es que no teníamos guantes ni mascarillas. He hablado personalmente con todos los alcaldes, concejales del área y comités de empresa hasta la madrugada, sin horarios, para intentar buscar soluciones. Y le puedo asegurar que aquí no hay colores. He hablado con más alcaldes de otros partidos que con los del mío propio. Con Hugo, de Bornos, con Dani, en Puerto Serrano, con Rafael, claro, en Alcalá del Valle... Eran conversaciones profesionales, pero también muy humanas.

–Los trabajadores estuvieron a punto de rebelarse.

–Los trabajadores de atención a domicilio se han comportado con una profesionalidad que ha salvado al sistema. No sé lo que hubiera pasado si se hubieran plantado, lo hubiéramos tenido muy difícil. Pero ellos siguieron al pie del cañón en las peores condiciones y las personas no quedaron desatendidas, aunque se aplicaron una serie de protocolos para dar la mayor seguridad posible.

–Al final se lanzaron ustedes al mercado salvaje a la búsqueda de mascarillas.

–La Institución ha hecho su trabajo. Si a la Junta le pedíamos 13.000 mascarillas, el jueves nos llegaban 4.000. Lo mismo con los guantes o la soluciones hidroalcohólicas. Que yo puedo entender todos los problemas que tenía la Junta con los sanitarios, pero nosotros también teníamos los nuestros y decidimos solucionarlo por nosotros mismos. Entre un grupo de diputaciones centralizamos la compra, hicimos economía de escala, y conseguimos acceder a ese mercado. Logramos 800.000 mascarillas. Pero porque nos juntamos las diputaciones, que sino estábamos aún esperando. Lo del mercado sanitario ha sido la ley de la selva.

–Quizá no haya quedado muy bonita la campaña de autobombo que luego ha hecho el partido.

–Eso lo ha hecho el partido, no la institución. El PSOE es muy libre de aplaudir o criticar lo que haya hecho una administración siempre y cuando lo haga con su dinero, igual que el PP lo hace con la Junta. A mí no me ha parecido mal. Es algo que se ha hecho bien y el partido lo reseña, pero puedo entender que haya personas que consideren que, estéticamente, estas campañas en este momento no están bien. Pero que quede claro que el sello de la mascarilla no es de ningun

"El sello de la mascarilla no es de ningún partido; es de una institución y el logro es de todos los que trabajan en ella"

partido, es una institución pública y el trabajo para lograrlas es de todos los que están en ella.

–¿Cómo ha sido realmente la colaboración con la Junta?

–No lo entienda como una crítica porque de verdad que no es mi intención, sino como una respuesta a su pregunta y tal y como yo lo he sentido. Yo no he notado una respuesta cercana o diligente cuando les hemos planteado necesidades que teníamos. Le pongo el caso de los test que les pedimos para los trabajadores de atención a domicilio, para las residencias, drogadicción... El momento era difícil, ellos tenían muchos problemas, pero yo no notaba una calidez, un ‘es verdad, no los tenemos, pero necesitáis test, somos conscientes’. A eso me refiero.

–¿Qué sabe de cómo les ha ido a los drogodependientes que están en sus programas durante el confinamiento?

–Estoy muy interesado en un trabajo que se está realizando en ese área, que ha seguido trabajando telefónicamente con esas 6.700 personas con adicciones. Si para cualquiera han sido duros estos 50 días de confinamiento, figúrese para alguien que es un adicto. Ha tenido que haber casos de ‘monos’ muy duros y hemos detectado en estas llamadas incrementos en otras tendencias como ludopatía o en la compra de bebidas de alta graduación. Es pronto para trazar una relación, pero es algo que vamos a estudiar.

–Personalmente, ¿cuál ha sido su trago más duro?

–Hay dos residencias de ancianos que gestionamos directamente. Una es la de Cádiz, que ha sido un búnker, y otra El Madrugador, que es un centro moderno en El Puerto y en el que tomamos medidas desde el primer día. Pero el bicho entró. Murieron dos ancianos. Tuve que comunicarlo a sus familiares. Eso es duro. Y he tenido días de llorar como cuando vivimos lo que estaba ocurriendo en la residencia de Alcalá del Valle.

–¿Diputación no tenía ahí ninguna responsabilidad?

–Ninguna. Ofrecimos ayuda al alcalde, que estaba desesperado, pero no era nuestra jurisdicción. Como en Ubrique. Esos centros no dependen de nosotros.

–Este bicho, que aún no se ha ido, volverá.

–Y si cuando vuelva no nos coge preparados la culpa no será del bicho, será nuestra.

–¿Y para evitarlo?

–De momento Diputación va a liberar en el próximo pleno telemático 1.100.000 euros para ayudas de emergencia en pequeños muncipios. Ahora toca la emergencia, luego vendrá la prevención para evitar errores.

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