Más refrescos y menos gambas
Los chiringuitos afrontan la temporada con incertidumbre por la crisis y los recortes en el consumo · La costa gaditana albergará 126 instalaciones · La polémica sobre la eliminación del sector, olvidada
Los empresarios de chiringuitos se preparan estos días para iniciar la temporada con menos sobresaltos que en idéntico momento de 2009, cuando el Gobierno central, esgrimiendo la Ley de Costas, amenazó con sacar de la arena todos los negocios playeros. Ahora la polémica ha desaparecido como arrastrada por la marea, a la espera del traspaso de competencias entre el Gobierno y la Junta. En la provincia todo está listo para la instalación de un total de 126 chiringuitos y terrazas asociadas a instalaciones fijas fuera de la playa, según la información facilitada por la Demarcación de Costas Andalucía-Atlántico.
La cifra es "más o menos" similar a la del año pasado, confirma Antonio Galván, secretario de la Federación Andaluza de Empresarios de Playas en Cádiz (69 asociados en la provincia). Los propietarios de chiringuitos han dejado de temer por el futuro del sector pero advierten de dos condiciones negativas de la temporada que comenzará en dos semanas: la primera, la necesidad de acometer obras de regeneración de playas en muchos puntos afectados por los temporales del pasado invierno; y la segunda, la crisis, que provoca que cualquier negocio lo sea menos.
Chiclana es la localidad que albergará más chiringuitos y terrazas, hasta 22, según recoge el plan de playas del municipio que ya ha sido revisado por Costas. Le siguen en la lista Tarifa (13), El Puerto (13), Chipiona (12), Rota (11) y Cádiz (10). Habrá instalaciones en todos los municipios con playa de la provincia.
Iván Periano, gerente del chiringuito Pikachu, situado en la playa gaditana de Santa María del Mar, confía en iniciar la instalación de la estructura la próxima semana, en cuanto el Ayuntamiento dé su autorización. "No podemos ser optimistas sobre la temporada", asevera Periano. "Es difícil, todo es atípico. Se va a vender pero no lo de otros años. Estamos siendo prudentes en todo, en las compras... A la gente le sigue gustando ir al chiringuito, pero no se consumen productos caros como antes, unas gambas, por ejemplo. Se venden refrescos, tapas, helados, algún arroz...", analiza este empresario gaditano, que afronta su tercera temporada como gerente en Santa María del Mar.
"La gente está con las carnes abiertas con la crisis", corrobora Antonio Galván. Como en todos los sectores, pero con la peculiaridad que supone el jugarse el año en tres meses. Para bien o para mal. Sólo el montaje y desmontaje del chiringuito oscila entre los 6.000 y los 20.000 euros, dependiendo de las dificultades de acceso a la parcela y de si las estructuras son antiguas o modulares. A la cifra hay que sumar el canon municipal, "muy elástico en función de cada Ayuntamiento". Puede ir de los 6.000 a los 30.000 euros.
Después están los costes particulares de cada negocio, los equipamientos hosteleros, plantillas que rondan las diez personas de media, e imprevistos. Pedro Luis González, que abre Budacandor por segunda temporada en una calita de Punta Candor, en Rota, teme que tendrá que dedicar más de 6.000 euros a las tareas de saneamiento de su chiringuito puesto que este punto del litoral aún no dispone de servicios públicos municipales.
La instalación de Budacandor comenzará en cuanto los operarios de Costas finalicen la regeneración de la playa, muy afectada por los temporales del invierno. Su propietario confía en que el negocio esté en marcha a principios de junio y es optimista sobre la campaña: "No estamos tan centrados en las comidas de mediodía como en las copas de por la tarde y el atardecer. Es nuestro fuerte. El año pasado dimos mucho que hablar y la gente estuvo encantada con este lugar. La idea es que este verano nos vaya conociendo más gente", relata el roteño Pedro Luis González.
Mientras los empresarios encaran la temporada, el sector aguarda la regularización prometida por las administraciones al más alto nivel. El año pasado, en plena marejada sobre la posible eliminación de los chiringuitos, Medio Ambiente se comprometió a transferir las competencias sobre la gestión del litoral a la Junta, de forma que ésta pusiera orden en las concesiones municipales. "Nos dijeron que sería en enero... y seguimos esperando", lamenta Galván.
La Federación considera que la Administración regional será más "sensible" a sus necesidades que el Gobierno, que habrá "más contacto y más cercanía" para resolver los problemas. Muchos empresarios tienen que afrontar cuantiosas inversiones y necesitan que el mantenimiento de su actividad está garantizado.
En cualquier caso, el conflicto de 2009 ha aportado tranquilidad al sector, que fue reivindicado por empresarios y políticos como patrimonio de Andalucía. Esta semana, el Ministerio de Medio Ambiente ha reiterado a través del secretario general del Mar, Juan Carlos Martín Fragueiro, que la mayoría de los 1.800 chiringuitos que salpican las costas españolas "no presenta problemas reseñables". Su futuro normativo está garantizado. El negocio es otro cantar.
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