Provincia de Cádiz

La paradoja de la espátula

  • 'El Limes Platalea' detalla la hasta ahora desconocida migración de Europa a África de este tipo de aves por el corredor Playa la Barrosa-Cabo Roche

La tradición ornitológica de la provincia de Cádiz es innegable. Es la tierra más estudiada desde este ámbito en 150 años y, sin embargo, hace apenas unos años que se descubrió "la última gran migración" de una ave de Europa a tierras africanas. Así denomina la Sociedad Gaditana de Historia Natural al viaje que la espátula, la platalea leucorodia, emprende desde las costas gaditanas hasta el continente vecino entre finales de julio y mediados de noviembre, en el que el Parque Natural de la Bahía de Cádiz se convierte en el lugar perfecto de descanso previo. La entidad que ha estudiado en los últimos años a estas aves, dentro del programa Limes Platalea, presentó ayer en Bahía Sur el corredor migratorio de esta especie conocido en toda Europa como Playa de la Barrosa-Cabo Roche. El destino, Cabo Espartel, en Marruecos, desde continúan hacia Mauritania y Senegal en la mayoría de los casos.

"Es una completa paradoja que no se haya descubierto hasta ahora, en un provincia con tanta vinculación con la ornitología, tan estudiada", insistía Javier Ruiz, uno de los coordinadores del proyecto, que señala a su casi extinción en los años 50, cuando sólo quedaron en Europa entre 200 o 300 parejas, como la causa de que pasara desapercibida. Sin embargo, su recuperación ha sido posible con 30 años de gestión de la especie lo que ha permitido el decubrimiento de su migración desde tierras gaditanas. "Casi el 95% de los individuos de la especie cruzan el mar por este corredor lo que hace visible el fenómeno para millones de personas que disfrutan entre julio y octubre de las playas", apuntaba Ruiz, que abundaba en la idea que se había lanzado desde la dirección del centro comercial y desde la Delegación Territorial de Medio Ambiente de sacar frutos de este fenómeno con una buena gestión.

"Bahía Sur apostó por el respeto al medio ambiente, por vincular su actividad de ocio al disfrute de su entorno, pero no sólo contemplativo, sino también productivo", comentó Ernesto Pardo, que dio detalles de las actividades que pone en marcha ahora este espacio comercial vinculadas a la espátula. Así durante el mes de junio, que se ha denominado El mes de la espátula, cada sábado se desarrollarán talleres de observación, anillamiento, de marcaje y de equipamiento de las aves con dispositivos de radioseguimiento. Son acciones que los voluntarios de la Sociedad Gaditana de Historia Natural vienen haciendo desde hace un tiempo, para lograr recopilar más información de las platalea leucorodia: tintando plumas para que visualmente puedan recogerse datos de sus movimientos. "Los jóvenes son rebeldes y exploran. Nos avisaron de las Tablas de Daimiel de un avistamiento en la zona", comentaba Francisco Hortas, el otro coordinador de este trabajo, que puso otro ejemplo de las posibilidades de estas acciones: "Los dispositivos de radioseguimiento nos permite conocer qué ha hecho un pollo que nació en Chiclana y que ahora está en Marruecos, donde se ha quedado".

El proyecto Limes Platalea, que desarrolla la Sociedad Gaditana de Historia Natural, cuenta con la implicación de muchas personas, "la ciencia ciudadana se llama", explicaba Íñigo Sánchez, presidente de la entidad, que permite realizar grandes proyectos sin grandes corporaciones o administraciones. En este caso, sí cuentan con la participación de diferentes administraciones, del Parque Natural y de Bahía Sur, que interviene de lleno en las acciones de difusión. "Es un ejemplo de que el discurso de la sociedad ha cambiado", sostuvo el delegado Territorial de Medio Ambiente, Federico Fernández, que por un lado resaltó que las empresa ya no vean como un escollo en entorno natural donde se ubican, y por otro defendió que se aprovechen los recursos naturales para crear actividad y trabajo, en este caso fomentar el turismo ornitológico en la zona.

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