Una oferta amplia y acertada

Las calles del centro de Cádiz, los conciertos del muelle y el carnaval de verano han atraído a mucho público en los meses de julio y agosto

El paseo marítimo abarrotado de gente durante la batalla de coplas de la noche del Carranza.
El paseo marítimo abarrotado de gente durante la batalla de coplas de la noche del Carranza. / Julio González
Rocío Orgambides

Cádiz, 02 de septiembre 2017 - 06:58

El verano 2017 ha sido todo un éxito para la ciudad. A las buenas temperaturas se le ha sumado un aumento del turismo y la patente recuperación económica de buena parte de los gaditanos que se han dejado ver casi a diario por los bares y chiringuitos de la ciudad.

Los tiempos en los que Cádiz era una ciudad que solo vendía sol y playa y en la que si saltaba el levante no se podía hacer gran cosa quedaron atrás. Este año, a pesar del buen tiempo, el centro de la ciudad ha estado al completo, sobre todo por las noches pero también al mediodía. Miles de turistas han visitado el Casco Histórico de la ciudad y los gaditanos han ido alternando entre el centro y el paseo para pasar sus noches de verano.

A la tradicional calle de La Palma, llena otro verano más hasta los topes y famosa por su 'pescaito frito', le ha salido competencia. La calle Plocia, con una oferta gastronómica muy amplia y en una ubicación ideal que desemboca en la plaza San Juan de Dios, ha estado abarrotada todo el verano hasta el punto de que decenas de personas hacían cola en los diferentes establecimientos a la espera de encontrar mesa en alguna de sus terrazas. Otra de las zonas más concurridas del centro ha sido el mercado de la Plaza de Abastos. Desde el medio día, en el que las pescaderías de la zona no paraban y los turistas japoneses se fotografiaban con los atunes de más de un metro; hasta por las noches, en las que el mercado ofrecía un espacio gastronómico con puestos de diferentes tipos de comida tanto locales como 'del mundo' y que fue un referente tanto para la gente de Cádiz como para todo aquel que visitó la ciudad.

Otra zona del Casco Histórico que se disparó este verano fue la Alameda. Su balaustrada ya era más que visitada y fotografiada a diario todos estos veranos atrás. Lo que sí funcionó es apostar por la hostelería en esta zona idílica de la ciudad con varias terrazas dentro de lo que es el vistoso parque en las que las se ofrecían cócteles y algo de picar y que siempre estaban llenas.

Un clásico, pero no por ello menos importante, fue la plaza de la Catedral y la iglesia en sí. Ver a cientos de personas sentadas en los escalones de la majestuosa iglesia es algo habitual, pero este año las visitas se multiplicaron al poder subir al campanario de la misma, desde donde se pueden observar unas espectaculares vistas de la ciudad. La plaza también aumentó su afluencia y las heladerías y tiendas de souvenirs de la zona hicieron negocio estos dos últimos meses.

Como en todo verano no podía faltar espacio para la música. Los conciertos en el muelle han sido todo un éxito. Manuel Carrasco y Leiva, entre otros, hicieron bailar a miles de gaditanos. Otro año más el festival 'No Sin Música' le dio vida al Puerto de Cádiz y más de 12.000 personas no quisieron faltar a la cita musical.

El Paseo Marítimo, aunque algunas noches suplantado por el centro, también fue escenario principal de los meses de verano. Los pubs llenos y los chiringuitos abarrotados no es algo extraño en julio y agosto, pero este año, cabe destacar, entre los más populares el 'Salao', el primer chiringuito de Cortadura, que con su música en directo a diario atrajo a una gran cantidad de personas, así como el Nahu Beach, que aunque bastante alejado, fue el favorito por todos aquellos que huían de la masificación de la Playa Victoria y buscaban un buen mojito y un poco de paz a la hora del atardecer.

No se puede hablar del verano en la ciudad sin mencionar los helados de las ya más que conocidas heladerías Mira. Colas enormes de personas que esperaban hasta veinte minutos para conseguir su gelato era el panorama de cada día.

La playa como lugar de ocio también pisó fuerte este verano de 2017. Escuelas de surf, voley playa y fútbol playa fueron las preferidas por los pequeños que no quisieron perderse ninguna de estas actividades.

La Victoria, Santa María y la Caleta rozaron su aforo un verano más, e incluso algún domingo -como ya es costumbre- el estar cómodo en la playa solo fue posible para los más madrugadores.

A la hora de recordar estos dos últimos meses hay que hacerle un hueco al carnaval de verano. Los Martes de Carnaval en el Baluarte de la Candelaria animaron un par de semanas de agosto para todos aquellos que no podían esperar a febrero para escuchar a sus comparsas favoritas. Además, este año, fue el primero en el que las famosas barbacoas del Carranza fueron sustituidas por una batalla de coplas a lo largo de todo el Paseo Marítimo que logró una gran acogida tanto por los ciudadanos como por los hosteleros que aprovecharon la ocasión para multiplicar las ventas.

El verano 2017 apura sus últimos rayos de sol y nos deja a la espera de los próximos julio y agosto que pretenden apuntar igual de alto.

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