Provincia de Cádiz

Los narcos reactivan la ruta del río Guadalquivir

  • La Policía desmantela una banda que traía hachís desde Marruecos remontando el río desde Sanlúcar.

Tras años en punto muerto, el narcotráfico ha vuelto a utilizar el Guadalquivir como vía de entrada del hachís en Europa. Las mafias que traen esta droga desde Marruecos habían dejado de hacerlo a través del río desde finales de la década pasada. La estrecha vigilancia que las Fuerzas de Seguridad mantenían sobre el Guadalquivir desde su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda hasta Sevilla llevó a los narcos a inventar nuevas fórmulas para transportar el hachís.

Surgió entonces la vía aérea, con avionetas y helicópteros que sobrevolaban cada noche el Estrecho cargados de droga. Esto permitía una mayor seguridad, en tanto que los helicópteros podían aterrizar en lugares inaccesibles para las patrullas de la Guardia Civil o de la Policía Nacional, pero también podían transportar cantidades menores a las de una lancha planeadora.

Los alijos en el río cayeron enormemente desde 2008 en adelante, hasta resultar prácticamente insignificantes en los últimos tiempos. Ahora, una operación de la Policía Nacional y otro reciente alijo en dos embarcaciones en Lebrija, así como otra investigación en la que fueron detenidas 36 personas el pasado mes de mayo, parecen apuntar a una posible reactivación de la ruta fluvial del hachís.

La última operación de la Policía Nacional surgió a raíz de otra investigación reciente sobre una banda de atracadores que asaltaba principalmente concesionarios de coches de alta gama. En esta investigación, completada a principios de junio, surgió el nombre de una persona que estaba relacionada con los atracadores que podría estar dedicándose al tráfico de hachís. Con esta pista, los agentes iniciaron esta segunda fase de la investigación, que ha servido para detener a diez personas.

La operación se ha cerrado con el alijo de 769 kilos de hachís, en dos lanchas rápidas que fueron asaltadas en alta mar por el Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional, antes de que llegaran a la desembocadura del Guadalquivir para remontar el río. Según informó ayer la Jefatura Superior de Policía en un comunicado, la organización que ha sido desmantelada contaba con una amplia red de distribución y utilizaba embarcaciones de recreo y vehículos de alta gama para el transporte de la droga.

El modus operandi de la banda era peculiar, puesto que no cubrían la ruta entre Marruecos y el Guadalquivir en un mismo viaje, sino que disponían de un barco nodriza. Este buque era el que llevaba los fardos de hachís cargados en Marruecos hasta alta mar, donde se hacía el intercambio de la mercancía y se colocaba ésta en las lanchas que luego remontarían el río. Para ello contaban con una importante red logística, con sistemas de posicionamiento por GPS, armas de fuego y otras medidas de protección para evitar ser descubiertos.

Esto dificultó las labores de los investigadores, que tuvieron que recurrir al grupo de operaciones especiales para interceptar las lanchas en el momento que iban cargadas y se dirigían hacia Sanlúcar de Barrameda. En ese instante fueron detenidas cuatro personas que viajaban en estas embarcaciones de recreo. Fue aquí también donde los policías se incautaron de 25 fardos de hachís, pese a que los sospechosos trataron de deshacerse de la droga arrojándola al mar.

En una fase paralela se realizaron otras dos detenciones en Sevilla. Uno de los arrestados en la capital andaluza es el presunto cabecilla de la organización, identificado mediante las iniciales O. G. R. En la fase final de la investigación fueron detenidos en Sanlúcar de Barrameda otros cuatro miembros del grupo. Entre ellos estaban los responsables de la gestión logística y el lugarteniente del cabecilla.

Durante los registros domiciliarios realizados en Sevilla, Coria del Río y Sanlúcar de Barrameda, la Policía intervino 11 kilos de sustancias para el corte de la droga, dos vehículos de alta gama, una pistola del calibre 7,65 milímetros, un chaleco antibalas, tres lanzadestellos, varios teléfonos móviles, 9.600 euros en efectivo y 400 gramos de oro. A todo este material requisado hay que unirle lo intervenido en alta mar, es decir, los 769 kilos de hachís y las dos embarcaciones de recreo que servían para llevar la droga hasta Sevilla.

Los diez detenidos, la mayoría de los cuales tenían antecedentes por delitos similares, fueron puestos a disposición de la autoridad judicial, quien decretó su ingreso en prisión. La operación ha sido llevada a cabo por parte de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Sevilla, con la colaboración del Grupo de Homicidios y del Grupo Especial de Operaciones (GEO) para proceder al asalto de las dos lanchas en alta mar.

Esta operación coincide con el hallazgo de dos embarcaciones en Lebrija cargadas con aproximadamente 2.300 kilos de hachís, así como de un vehículo todoterreno que había sido sustraído en Utrera y que llevaba las placas de matrícula dobladas de otro coche domiciliado en Los Palacios. Este otro alijo permanece bajo investigación.

Ambos episodios se producen menos de dos meses después de la operación Espabila, en la que la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Agencia Tributaria detuvieron a 36 personas. Los arrestados pertenecían a una banda que pretendía introducir desde Marruecos ocho toneladas de hachís. La particularidad de esta organización era que se dedicaba a asaltar a punta de pistola otras bandas para robarles la droga.

Desde agosto de 2013 hasta el pasado mayo, las Fuerzas de Seguridad intervinieron seis alijos a esta banda, con 286 fardos de hachís en total. Los delincuentes llegaban a disfrazarse de policías para abordar a las lanchas de otras mafias que intentaban remontar el río de noche cargadas de estupefacientes. Al igual que ahora, todos los detenidos eran de Sevilla, Coria del Río y Sanlúcar de Barrameda.

Estas tres han sido las únicas operaciones policiales de cierta entidad contra el narcotráfico en las aguas del Guadalquivir en los últimos años. Hay que remontarse hasta el año 2011 para encontrar otro golpe a las mafias del hachís, con 29 detenidos que traían los estupefacientes desde Sanlúcar hasta Isla Mayor, donde se suelen realizar casi siempre los desembarcos. En los últimos cinco años la actividad de las redes en el río ha sido muy escasa.

Hasta 2008, las cantidades intervenidas por las Fuerzas de Seguridad subían cada año. Entre enero y septiembre de aquel año, por ejemplo, la Guardia Civil se incautó de 72.000 kilos de hachís. Esta cifra es sensiblemente superior a todo lo requisado el año anterior, 2007, que se cerró con 56 toneladas.

La alternativa más común al río en estos años ha sido la ruta aérea, con vuelos nocturnos sobre el Estrecho de Gibraltar en avionetas y helicópteros cargados de hachís. Pero esta opción plantea un problema: es más seguro para los narcos porque hay menos vigilancia, pero las aeronaves tienen una capacidad de carga limitada. Como máximo, forzándolo a tope, un helicóptero de los que se usan para estos traslados puede portar hasta 400 kilos de hachís. Las lanchas planeadoras, en cambio, pueden recorrer en un par de horas el Guadalquivir con más de 3.000 kilos a bordo.

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