El almirante Francisco Javier Franco Suanzes pasó este jueves a la reserva tras más de 40 años de servicio activo. Quien que ha sido durante más de un año responsable del adiestramiento de la Flota y de las operaciones de vigilancia y seguridad marítima, hace una valoración "muy positiva" de su última etapa, "colofón" a su carrera.

-Ha tenido más de 20 destinos, ¿con cuál se queda?

-De los más de cuarenta años de mi vida vinculados a la Armada, una gran parte de ellos los pasé embarcado. Fue lo que siempre me gustó y para eso entré en la Armada. A la hora de elegir tengo que indicar que he sido un verdadero afortunado, pues desde mi punto de vista he ocupado los mejores destinos a los que un oficial de la Armada puede aspirar. Además de los destinos de mando de buque y de la Escuela Naval Militar, los ocupados en los empleos de Oficial General son, sin duda, irrepetibles. El colofón, la Flota, único.

-¿Ha cumplido los objetivos que tenía como Almirante de la Flota?

-Mi objetivo fundamental cuando asumí el mando, en un escenario económico restrictivo, fue el de tratar que la Flota no perdiera ninguna de sus capacidades, al tiempo que se mantenía o incrementaba los niveles de adiestramiento de las unidades. Considero que el objetivo se ha cumplido. Para ello ha sido fundamental el apoyo de la estructura logística de la Armada.

-Hace unos días llegaba a Rota la última dotación destinada en la operación Sophia, ¿cuál es la misión más importante emprendida bajo su responsabilidad?

-Evidentemente la operación Sophia, por su elevado componente humanitario que se ha traducido directamente en haber salvado centenares de vidas, es una de las más gratificantes, sin olvidar su objetivo principal de eliminar las redes de tráfico de personas. La operación ha rescatado ya más de 26.000 migrantes en aguas del Mar de Libia, librando a muchos de ellos de una muerte segura. Siendo esta la más reciente, tampoco hay que olvidar otras operaciones que se llevan a cabo desde hace años, como la operación ATALANTA en el Índico, de lucha contra la piratería y de protección a los barcos del programa Mundial de Alimentos que transportan ayuda humanitaria a Somalia; la operación ACTIVE ENDEAVOUR en el Mediterráneo, para supervisar el tráfico marítimo en apoyo a la lucha contra el terrorismo internacional; operaciones de Seguridad Cooperativa en el golfo de Guinea; misiones de asistencia militar en Cabo Verde; adiestramiento de unidades iraquíes en la lucha contra el Daesh; así como la participación en las Fuerzas Navales de Reacción Inmediata de la OTAN; o las misiones nacionales de Vigilancia y Seguridad Marítimas.

-¿Y cuáles serán los retos y misiones principales de estas unidades en el futuro próximo?

-En un mundo tan cambiante y tan poco previsible, con una amenaza asimétrica impredecible, el reto principal de la Flota es mantener el máximo nivel de operatividad y preparación de sus unidades para afrontar el amplio abanico de misiones y cometidos que se les puedan encomendar. Además de ese variado espectro, que ya de por sí requiere un gran esfuerzo, es previsible un incremento en las misiones de Vigilancia y Seguridad Marítima, así como en aspectos relacionados con la Seguridad Cooperativa, tanto con países de la cuenca mediterránea como con otros de la costa occidental africana, para el fortalecimiento de sus capacidades marítimas regionales y el reforzamiento de relaciones.

-La Base de Rota tiene ya un papel importante en el contexto internacional, ¿en qué cree que se traducirá la reciente visita del presidente de EEUU?

-La visita pone de manifiesto la importancia que el despliegue permanente de los cuatro destructores de la US NAVY en Rota representa para los EEUU. No podemos olvidar que esos buques forman parte del sistema defensivo contra los misiles balísticos (BMD) que pretende garantizar la seguridad de la población y del territorio europeo ante ese tipo de amenaza. Este despliegue se traduce directamente en mayores oportunidades para la industria naval y auxiliar de la Bahía de Cádiz, por la importante carga de trabajo que supone, así como en un incremento en la economía en general, por la presencia de dotaciones y familias.

-Hay voces que siguen pidiendo una provincia de Cádiz menos militarizada, ¿qué le parece?

-Todas las opiniones son muy respetables. Sin embargo hay que decir que la provincia, por su situación geográfica envidiable entre dos mares, en el sur de la Península Ibérica, costa norte del Estrecho de Gibraltar, entrada al Mediterráneo occidental y punto focal de diversas rutas marítimas, tiene una importancia capital para los Intereses Nacionales y la Defensa Nacional. Parece lógico por tanto que diversas unidades militares tengan su base en esta provincia. Por otra parte, tampoco hay que olvidar la relevante contribución que esto supone a la economía de la zona, especialmente a la Bahía.

-La industria naval gaditana tiene ya en la Base un lugar de trabajo y está construyendo un BAM, ¿qué más puede necesitar la Armada de los astilleros gaditanos?

-En febrero inauguramos en la Base de Rota una Zona Industrial de Apoyo al Mantenimiento de Buques que supuso una fuerte inversión, persiguiendo incrementar la seguridad -laboral y del entorno- en la zona portuaria y favorecer una mayor efectividad de los trabajos que realizan en los barcos las empresas del sector. Estas mejoras son necesarias porque en el momento presente además de la construcción del Buque de Acción Marítima, los astilleros gaditanos son una pieza fundamental y creciente en el apoyo al mantenimiento y modernización de las unidades de la Flota basadas en Rota, sin olvidar el importantísimo cometido que empresas españolas tienen en el mantenimiento de los destructores de la marina americana. En un futuro próximo el posible inicio de la construcción de las nuevas fragatas F-110, sin duda también podría representar una oportunidad, si nos atenemos a la prevista creación de un centro integrado de sistemas en el que se llevarían a cabo la validación de prototipos, las pruebas de compatibilidad electromagnética, la validación del mástil integrado y la integración de los sensores en el sistema de combate (SCOMBA). Tampoco hay que olvidar las oportunidades que se le pueden ofrecer en la construcción de unidades (o distintos módulos) para las Marinas de Guerra de otros países y en los que la Armada está prestando la máxima colaboración.

-¿Con qué visión de la provincia gaditana se va?

-Yo he vivido a lo largo de mi carrera militar muchos años en la provincia de Cádiz y de hecho me compré una vivienda a las afueras de El Puerto de Santa María, sin duda porque esta provincia es un lugar maravilloso. Mi relación con la sociedad gaditana y sus instituciones es extraordinaria. La vinculación de la Bahía de Cádiz con la Armada se cimienta en una historia compartida durante cientos de años en los que cabe destacar la estupenda acogida de la población gaditana a los marinos.