Una de las frases más repetidas ayer por cuantos intervinieron en el acto de homenaje, incluso por la propia Teresa Montero, fue el reconocimiento a todas las mujeres de su época que hicieron un esfuerzo ímprobo por superar cuantas barreras les ponía una España diferente a la de hoy y ya superada.

La ministra de Igualdad, que pregonó su vecindad con la homenajeada, describió a la dueña de la venta El Soldao como quien "representa como nadie" a una generación de mujeres que "arrimaron el hombro" para "sobrevivir" y "reconstruir un país exhausto", con un esfuerzo que "nunca fue reconocido" y que realizaron "con sacrificio" y "con mucho amor".

Bibiana Aído subrayó que Teresa es un "ejemplo de esas mujeres tejedoras de la felicidad de los suyos, valientes e incansables, con las que hoy se salda una pequeña parte de la deuda que con ellas tienen contraída las mujeres del siglo XXI. Gracias, porque los derechos y libertades que disfrutamos hoy los obtuvimos gracias al valor de gente como tú".

Con la experiencia de haber sido ministro de Trabajo años atrás, Griñán explicó que una medalla como la que se entregó ayer a Teresa "reconoce muchas cosas", y dijo entender la emoción que contraen los receptores, haciendo memoria de lo vivido en la entrega de la medalla a Marcelino Camacho. Y, con un inteligente guiño, Griñán no pasó por alto la improtancia de entregar una Medalla al Trabajo en la provincia del paro. "Quien no tiene trabajo pierde su condición de ciudadano, por eso es tan grave el problema del paro, y por eso es tan importante tener trabajo".