La lotería de continuar vivos

Cuatro jóvenes son rescatados de noche en la cima del Simancón, en la Sierra de Grazalema, con principio de hipotermia, sin ropa de abrigo

Camino que conduce a los Llanos del Endrinal y hacia el Simancón desde Grazalema.
Camino que conduce a los Llanos del Endrinal y hacia el Simancón desde Grazalema.
T.r. Cádiz

23 de diciembre 2014 - 05:01

Cuatro jóvenes, dos chicos y dos chicas de poco más de 20 años de edad, fueron rescatados la noche de anteayer tras haberse perdido en el pico Simancón, en la sierra de Grazalema. Presentaban ya síntomas de hipotermia. Los senderistas carecían de suficiente ropa de abrigo para afrontar temperaturas que a lo largo de la madrugada se desplomarían hasta los cinco y los siete grados bajo cero. Consciente del peligro al que habían estado expuestos los jóvenes, ya a salvo en Grazalema, el agente de Medio Ambiente Francisco Jarillo les dijo: "A vosotros os ha tocado la lotería por adelantado".

Jarillo rememoraba ayer el rescate mientras de fondo, en la radio y en la tele, cantaban números y cantidades los niños de San Ildefonso y, casualidad, le comunicaban a él que parte del Gordo había caído cerca, en El Bosque. Para unos, millones; para otros, la vida. Jarillo tiene muy claro que los jóvenes no hubiesen aguantado la noche tan fría, allí arriba, a 1.551 metros, en la cumbre del Simancón.

A Francisco Jarillo, coordinador de la Unidad Biogeográfica de la Sierra de Cádiz, lo avisaron casi a las seis de la tarde. Estaba en Zahara de la Sierra. Le dijeron que unos jóvenes senderistas se habían extraviado en el monte, que habían pedido ayuda al 112 a través del móvil. Jarillo puso en marcha a un retén del Infoca. Poco después, supo que los jóvenes perdidos estaban en la cumbre del Simancón y solicitó que les dijesen que no se moviesen. Había nubes y llegaba una noche cerrada.

Con linternas y silbatos, Jarillo y sus hombres ascendieron por el camino que parte desde el aparcamiento del cámping de Grazalema en busca de los jóvenes. Todos conocen muy bien el terreno. Alcanzaron los Llanos del Endrinal, pusieron rumbo al Puerto de las Presillas y luego rastrearon la zona del Simancón. Gritando y haciendo sonar los silbatos, hacia las nueve de la noche lograron localizarlos. Las dos chicas, muy nerviosas y asustadas, lloraban. Todos tenían frío. Calzaban zapatillas deportivas y apenas disponían de unos jerseys y poco más para combatir las bajas temperaturas de la alta montaña.

Despacio, con mucho cuidado, los jóvenes fueron conducidos camino abajo hasta Grazalema. Había hielo y el sendero, que desciende junto a la falda del Peñón Grande, estaba resbaladizo.

Procedentes de Sevilla, los cuatro jóvenes estaban alojados en la Villa Turística. La tarde de anteayer decidieron recorrer el sendero señalizado que conduce desde los Llanos del Endrinal hasta el Puerto de las Presillas. Pero quisieron subir al la cima del Simancón, se desviaron de la ruta, y se encontraron después con que conseguían regresar. Se desorientaron. Desesperados al no hallar el camino, el frío y ver que se acercaba la noche les indicó que no tenían otra salida que pedir auxilio.

Aún muy asustados, ya a salvo, los jóvenes le dijeron a Jarillo que nunca más volverían a adentrarse en la montaña. Fue cuando él les habló de la lotería, del premio de estar vivos. Eran los primeros agraciados de la Sierra de Cádiz.

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