La importancia de las Aletas
Tribuna de opinión
Nace una plataforma en Puerto Real a favor del proyecto logístico
LAS Aletas fue una marisma sobre la que, hace ya casi 70 años, se llevó a cabo la corta del Río San Pedro en un proceso de desecación y endulzamiento. Su superficie es de algo más de 500 hectáreas dentro del municipio de Puerto Real delimitada por la línea del ferrocarril, la autopista Cádiz-Sevilla y la variante de los Puertos. Goza de una posición estratégica envidiable en la comarca de la Bahía de Cádiz, ocupando la centralidad de un escenario que tiene una población de más de 700.000 habitantes en un radio de media hora.
Sobre este enclave estratégico existe un proyecto supramunicipal para la construcción de un recinto logístico portuario de espera y transporte intermodal de mercancías, de distribución y especializado, con una zona industrial complementaria. El proyecto de esta infraestructura destina alrededor de 200 hectáreas a la recuperación medioambiental que incluye un área de producción y transformación de cultivos marinos. Todo queda así recogido en su redefinición de 2013, hecha con arreglo a las exigencias de la sentencia del Supremo de octubre de 2009. Esta redefinición fue aprobada por el Consejo de Ministros de 13 de febrero de 2015 y, recientemente, por sentencia a su favor del dicho Tribunal.
Tradicionalmente, el proyecto ha contado con apoyo institucional y financiero de las administraciones local, comarcal, autonómica, nacional y europea, y también con el de los agentes sociales e instituciones del mundo laboral y económico de la Bahía, de la provincia y de Andalucía. El PGOU de Puerto Real contempla la calificación industrial y terciaria para este suelo desde hace ya más de 20 años, el POT comarcal lo recoge como ZERPLA3 y ya se han invertido casi dos décadas en esfuerzo de gestión del Consorcio creado para su estudio y desarrollo. Por otra parte, cuenta con consignaciones presupuestarias de las administraciones autonómica y estatal y con tesorería suficiente para arrancar su ejecución. La cifra de inversión inicial ronda los 800 millones de euros.
Hasta llegar a su actual estructura, el Puerto de la Bahía de Cádiz, en sus distintas zonas e instalaciones, ha sufrido grandes transformaciones desde que hace ya casi tres siglos naciese la necesidad de sacar del abrigo de la ensenada de la capital, algunos de los servicios que históricamente venía desempeñando. Así sucedió con el cuerpo de Marina, los careneros, varaderos y diques que tuvieron que emigrar a la Isla de León y a La Carraca, en este último caso también entonces dentro del mismo término municipal de Puerto Real.
Con independencia de los análisis que, a fecha de hoy, puedan hacerse de su evolución desde diversos puntos de vista, este proyecto pone de relieve un serio esfuerzo para recuperar la importancia que siempre tuvo nuestro puerto comarcal. Sin duda se persigue darle un impulso a su actividad económica coincidiendo con la puesta en funcionamiento de su nueva terminal de contenedores.
Sobre la base de una privilegiada localización respecto a la ruta marítima Atlántica Norte-Sur y de práctica igualdad respecto a la Atlántica-Mediterránea, sus mejores condiciones de comunicación con el corazón de Andalucía y Extremadura, la proximidad de un importante aeropuerto español homologable, el mayor tejido industrial de apoyo y construcción para el transporte marítimo y la cercanía de un centro de producción de grandes elementos aeronáuticos, puede conseguirse que compita con ventaja en el escenario del Estrecho y en la fachada Ibérica Suratlántica. Esto no es una utopía, sólo dependerá de la calidad del esfuerzo que haya de prestar el factor humano que motorice esta actuación.
Para Puerto Real el proyecto aporta suficientes ventajas de índole socioeconómica como para que no pueda permitirse el lujo de oponerse dándole la espalda a su desarrollo. Así pareció querer hacer su equipo de gobierno siendo corregido en tiempo por el Pleno municipal con la moción de apoyo aprobada el 1 de octubre de 2015. La Real Villa tiene ahora una magnífica oportunidad para participar y beneficiarse activamente de una actuación portuaria, acorde con su ADN fundacional, que vaya más allá de tener que soportar los inconvenientes, medioambientalmente perniciosos, de las actuales instalaciones alojadas en su municipio para movimiento de graneles.
La comarca de la Bahía de Cádiz, con una tasa de desempleo superior al 40%, a la que Puerto Real aporta más de 6.500 parados, necesita de infraestructuras como esta para su supervivencia social. Los vecinos de la Villa no pueden permitirse el lujo de vivir de espalda a este tipo de iniciativas, y si lo pudieran hacer los actuales mirando por sí, no lo pueden hacer mirando por sus hijos y nietos que, no estando ya en un plano de igualdad de circunstancias, tienen todo el derecho del mundo de poder -sin emigrar- afrontar y labrar sus vidas con ilusión y esto sin una ocupación laboral es difícil de hacer. El subsidio estructural no es la solución.
Quienes han tomado la iniciativa desde posiciones de poder de oponerse, tienen la obligación moral y la encomienda de apoyarlo o, caso contrario, de definir y ejecutar las correspondientes alternativas para resolver nuestro principal problema: procurar la riqueza necesaria para hacer retroceder el paro que nos atenaza. En todo caso, sin crecimiento y prosperidad económica nunca estarán disponibles recursos para superar esta situación social y para sostener adecuadamente el medioambiente.
Pero es que, además, en el supuesto de que la solución estuviese en el desarrollo íntegro del potencial comarcal en acuicultura, que por supuesto sería positivo, y consiguiésemos comercializar y exportar toda la imaginable producción con la lógica utilidad económica -pues de eso se trataría ¿no?- esta actividad u otra similar requeriría del mismo o parecido entramado de transporte para distribuir el fruto de tan loable esfuerzo; y no digamos si nuestra iniciativa productiva se centrase en la fabricación de grandes elementos para las energías renovables eólicas, como parece que existen planteamientos.
Si hay actividad económica hay transporte de mercancías y, en consecuencia, tiene que haber inversiones de este tipo. Negarlas es tanto como negar la actividad origen para abrazarse al paro, a la desigualdad y a la miseria.
Comprometidos con cuanto antecede, con el pensamiento y la intención puesta en la honda preocupación que nos provoca esta situación de desempleo, la peor herencia que nos ha legado la reciente crisis económica, y con el deseo de que nuestros hijos y nietos puedan forjar sus vidas en un mundo de oportunidades, sin tener que abandonar esta maravillosa tierra que Dios dio a sus mayores para cuidarla, por supuesto, pero también, y sobre todo, para hacerla prosperar, comprometidos con todo esto, algunos vecinos de Puerto Real hemos formado una Plataforma a favor del Proyecto de las Aletas, en cuyo nombre anuncio la celebración de un acto de información para el próximo viernes día 4 de marzo del corriente a las 18:00 horas en el centro cultural de San José de Puerto Real .
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