El mundo de las apuestas deportivas ofrece un enorme abanico de posibilidades que, a su vez, puede despertar la picaresca de múltiples formas para la adulteración de las competiciones deportivas. Son tantas las categorías en las que uno puede jugar que es muy complicada la vigilancia hasta que las alertas empiezan a saltar por los movimientos extraños de grandes sumas de dinero.

Actualmente, las casas de apuestas cuentan con la posibilidad de apostar por el partido más remoto de la categoría más perdida del fútbol mundial o de cualquier otro deporte. Centrados en la investigación que se está produciendo en Sanlúcar por una trama a nivel andaluz con centro en la provincia de Cádiz para el amaño de encuentros de la Segunda RFEF y la Tercera RFEF, son muchísimos los aspectos dentro de este deporte que son susceptibles de apuestas. 

Con la enorme vigilancia que las autoridades competentes sobre los resultados, las redes de amaños de partidos para sacar beneficios en las apuestas deportivas están centrando sus acciones en otras categorías que, a simple vista, despiertan menos sospechas y que, a su vez, proporcionan más beneficios. 

Así, se puede apostar desde cuestiones más simples como el resultado final o en determinados momentos del partido hasta el número de goles, los goleadores, las tarjetas amarillas, las faltas o los saques de esquina. La combinación de diferentes categorías pueden multiplicar los beneficios. 

De esta forma, para escapar de la vigilancia, la trama con centro en Sanlúcar unía apuestas de categorías menores, pero con más beneficios, de partidos de Segunda RFEF y Tercera RFEF disputados en Andalucía tras ser debidamente concertados con los equipos implicados a través de un pago en metálico con otras de resultados previsibles de encuentros en Primera División para intentar no levantar sospechas y, a su vez, aumentar aún más las ganancias.