NO hay producto sin envoltorio, sin empaquetado, sin el distintivo que lo diferencie. Todo un campo de trabajo para profesionales del diseño muy especializados en la creación de imagen corporativa y packaging; esta especialidad tiene cierta demanda en un mercado competitivo como el nuestro. En este sector se mueve con pasión, dedicación y solvencia Salva García-Ripoll Toledano, un gaditano de 32 años que está a punto de cumplir dos años al frente de su estudio, Salvartes Diseño de Identidad y Packaging.

Con sede en Cádiz, en el Centro de Empresas que el Ayuntamiento de Cádiz tiene en la céntrica calle Isabel La Católica, Salvartes se define como "un estudio en el que creemos en las ideas-distintivo, en el diseño inteligente que resuelve los problemas de manera eficaz y también en el trabajo de marca a largo plazo, que es donde se cuidan todos los detalles", señala Salva.

En estos dos años de vida, Salvartes se ha especializado en envasados de alimentación, cosmética y moda.

Todo empezó después de que Salva terminase sus estudios de FP2 de administrativo y no se vio toda la vida en eso. Sí se sentía atraído por el tema del diseño, los botes, los envases y marcas "pero sin saber que era una profesión".

Le hablaron de una escuela en Jerez, "pero era carísima, y como no era buen estudiante, mi padre no las tenía todas consigo para hacer esa inversión, hasta que un día mi tío Braulio me llevo a escondidas a hacer la entrevista y rellenar la solicitud. Ahora, cuando recibo algún premio o reconocimiento, me acuerdo de él y del sueño que empezó aquel día", recuerda nuestro emprendedor.

Tras lograr su diploma y master en Comunicación en Tracor Arts School, Salva empezó a forjar su carrera profesional trabajando en estudios y aprendiendo de especialistas.

"Nunca había soñado con ser empresario y cuando decidí montar el estudio tenía ofertas de trabajo fuera de Cádiz, aunque las rechacé porque notaba que mi vida era el diseño y había elegido Cádiz por su calidad de vida y su luz. Desde aquí se puede trabajar para toda España y tenemos clientes en Sevilla, Madrid, La Rioja o Galicia, aunque creo que tenemos mucho mercado en nuestra provincia porque nuestras marcas tienen que exportar y generar valor a través de su imagen y envasado", sostiene.

Salva recibió mucha ayuda en el CADE de Cádiz, donde comenzó su andadura empresarial en uno de sus módulos para emprendedores, y también del equipo de la Cátedra de Emprendedores de la UCA. Hace unos meses se trasladó a la nueva oficina, junto a la también diseñadora Lola Morillo, contratada tras recibir más encargos de clientes.

"En Andalucía hay muchos productos de gran calidad que están orientando sus estrategias de venta al extranjero, demandando servicios como el nuestro, que aportan valor diferencial y potencian la comercialización".

Un ejemplo es su último trabajo realizado en la bodega de Jerez de El Maestro Sierra, "rediseñando sus etiquetas para dar a conocer sus vinos en mercados externos, obteniendo una gran acogida".

"Ha resultado esencial la experiencia laboral en otros estudios, coincidiendo con gente de muchos países y diferentes culturas que te hacen abrir los ojos y ver todo de manera diferente. Si a esto le sumas seriedad, autocrítica y constancia en el trabajo, con paciencia verás que va bien", mantiene Salva. En cualquier caso, también es necesario invertir dinero, "en mi caso todos mis ahorros de años para comprar programas de diseño, cantoneras, tipografías, ordenadores, etc. Inicialmente fueron unos 7.000 euros, aunque la inversión no termina nunca en este sector".

Salva cree que en el panorama actual, los pequeños empresarios como él tienen que apostar por la especialización y la colaboración. Y añade este joven empresario algo más: "la pasión por lo que haces y mucha constancia. Pablo Picasso decía que la inspiración existe, pero tiene que encontrarse trabajando".