Si la Diputación "no existiera, habría que inventarla"

Cuarenta aniversario de la primera Diputación de la Democracia

Irene García reivindica el papel de las diputaciones en un acto institucional que celebra el cuarenta aniversario de la constitución de la primera Corporación provincial en democracia

Diputación celebra los 40 años de ayuntamientos democráticos / Lourdes De Vicente
T.R.

Cádiz, 04 de diciembre 2019 - 14:08

Si la Diputación "no existiera, habría que inventarla". Lo dijo esta mañana la presidenta de esa institución en Cádiz, Irene García, que evocó esa frase de Francisco González Cabaña para reivindicar el papel de las diputaciones y reclamar que sean consideradas como "pieza clave de la organización del Estado".

La Diputación Provincial de Cádiz celebró este miércoles con un acto institucional el cuarenta aniversario de la constitución de la primera Corporación provincial en democracia. Y allí estaban el primer presidente en esa etapa, Gervasio Hernández Palomeque, y González Cabaña, que estuvo al frente de la Diputación posteriormente. Tras Hernández Palomeque fue presidente el fallecido Alfonso Perales; después, Jesús Ruiz, Rafael Román, Cabaña, José Loaiza e Irene García.

Ruiz no pudo asistir al acto por motivos de salud. Y Loaiza y Román se excusaron por distintas razones.

Irene García afirmó que la Diputación es "la voz, o el altavoz, de esta provincia", destacó, por ejemplo, que es "un dique frente a la amenaza de la despoblación" del medo rural y señaló que, pese a ello, la diputaciones siguen soportando una tutela "inexplicable" por parte de otros niveles institucionales y padeciendo desequilibrios, como en la financiación.

"Hoy, cuarenta años después de que la diputación democráticas echásemos a andar de nuevo", anotó la presidenta, "cuando estas corporaciones aparecen como plenamente consolidadas, han demostrado una indiscutible madurez y ha acreditado sobradamente su saneamiento económico-financiero, es el momento de liberarlas de ataduras".

Hernández Palomeque, por su parte, recordó cómo cuando él y otros concejales formaron la primera Diputación de la actual democracia buena parte de ellos aún eran perseguidos por ser de izquierdas y evocó su discurso de toma de posesión como presidente, en el que alertaba sobre el peligro de crear una casta política alejada del pueblo y decía: "Venimos del pueblo, somos del pueblo. El pueblo es y será siempre soberano".

Tanto Hernández Palomeque como Irene García tuvieron un recuerdo para Alfonso Perales y para Francisco Cossi, el último presidente de la Diputación Provincial de Cádiz en la anterior etapa democrática, que fue asesinado en el verano de 1936 por los sublevados contra la República.

Tras el discurso de Hernández Palomeque y la proyección de un vídeo dedicado a la primera Corporación Provincial de Cádiz posterior a la Constitución Española de 1978, el acto continuó con la entrega de una insignia de oro de la Diputación a los expresidentes. La recibió en primer lugar el primer presidente de la etapa democrática. Después, Cándido Ruiz, hijo de Jesús Ruiz recogió la de éste. La de Rafael Román le fue entregada a su hermano José María, alcalde de Chiclana y vicepresidente primero de la Diputación. Francisco González Cabaña recogió la suya. Y Antonio Saldaña, diputado provincial y portavoz del PP, la de José Loaiza.

Tomó entonces la palabra Irene García e hiló el discurso en el que ensalzó el papel de las diputaciones y reclamó para ellas que sean fortalecidas sus competencias, mejorada su financiación y garantizada su autonomía.

“La permanente lupa fiscalizadora sobre una institución con una reconocida solvencia como esta Diputación”, dijo, “los límites legales establecidos para gestionar unas cuentas más que saneadas para primar actuaciones de evidente contenido social y la imposibilidad de reponer un personal cada vez más exiguo no pueden interpretarse como un lastre para la capacidad administrativa de municipios y diputaciones, sino como un freno insalvable para nuestra acción transformadora y para dar respuesta a las necesidades de nuestros administrados”.

La presidenta de la Diputación puso un ejemplo para ilustrar los corsés a los que están sometidas las diputaciones. “Esta misma Diputación”, explicó, “se ha visto forzada a una cruel paradoja, como es verse obligada legalmente a utilizar parte de su superávit a liquidar un préstamo bancario, aún en fase de carencia, en lugar de destinar esos recursos económicos a la atención de necesidades indiscutiblemente más perentorias”.

“Somos el primer nivel del Estado”, afirmó Irene García, “el más cercano a la ciudadanía, el que mira a los problemas a los ojos y el que primera y mayor capacidad tiene de afrontar las inquietudes de nuestros vecinos y vecinas. Somos quienes mejor conocemos la realidad de nuestra sociedad porque somos quienes la vivimos en primer persona”.

Precisamente por ello, añadió, las diputaciones son una “pieza clave” en la configuración del Estado. “No osaría afirmar que las Corporaciones Locales somos más Estado que otras instituciones, pero me resisto a callar que, al menos, lo somos tanto como el resto”.

A las diputaciones se les presupone corresponsabilidad en la conformación del Estado, señaló la presidenta de la Diputación. “Pero no puede existir corresponsabilidad plena”, advirtió, “sin un previo reconocimiento de una responsabilidad en igualdad de condiciones con el resto de actores en el escenario institucional. Ese debe ser, a mi juicio, el signo de esta nueva etapa”.

Cabaña: "¿Los mejores momentos? Cuando entregaba llaves de viviendas"

“Lo que sigo recordando permanentemente es cuando me tocaba entregar llaves de viviendas de protección oficial”. Francisco González Cabaña no tuvo que hacer esfuerzo alguno para rememorar los que considera mejores momentos de su paso por la presidencia de la Diputación Provincial de Cádiz. Al término del acto institucional, Cabaña atendió a este periódico, echó la vista atrás y rápidamente encontró una respuesta. “Me llenaba de satisfacción. Ahí sí que se cumplía el derecho constitucional a la vivienda. Ha habido muchos momentos buenos. Algún momento malo también. Pero para mí, especialmente, de los buenos destaca la entrega de viviendas a través de la promotora de viviendas sociales de la Diputación Provincial, que en aquel tiempo se llamaba Provisa. Esa cara de felicidad y esas lágrimas de emoción de las personas que recibían las llaves nunca se me van a olvidar”.

Cabaña considera que es bueno que una institución como la provincial celebre el cuarenta aniversario del inicio de su nueva etapa democrática. “Y más en el marco en el que estamos, el de la celebración de la Constitución Española”, señaló.

En cuanto a lo dicho en el acto por Irene García, coincide fundamentalmente en que los ayuntamientos y las diputaciones son el primer frente para dar solución a los problemas de la ciudadanía y que hay unas limitaciones que hay que eliminar. “Se nos han ido imponiendo desde administraciones superiores”, precisó.

“Que no se produzca la paradoja, que ella mencionaba, de que un superávit se tenga que dedicar a amortizar una operación bancaria mientras los municipios tengan necesidades”, comentó Cabaña.

“Ella ha dicho lo que yo dije en la toma de posesión de Pepe Loaiza, cuando estaba abierto el debate de la supresión de las diputaciones, incluso en mi partido. Dije que las diputaciones, si no existieran, habría que inventarlas. Creo que es así. Creo que la Diputación es esencial. Yo que he vivido esa doble vida de doctor Jekyll y mister Hyde, de ser alcalde y al mismo tiempo presidente de la Diputación, tengo clarísimo que la Diputación es fundamental para los ayuntamientos y sobre todo para los menores de 20.000 habitantes, que es lo que la ley le encomienda a las diputaciones”.

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