Lucen en una vitrina gourmet, a un tiro de piedra del London Brigde. Forman parte de la mercancía exclusiva del Borought Market, uno de los mercados de alimentación con más solera de Londres. El propietario inglés del puesto se apresura a decir a la clienta: "Son uno de los mejores quesos españoles". Y ésta, la misma que firma este artículo, responde con orgullo patrio: "Los conozco bien, son los quesos payoyos. Vienen de mi tierra".

"Cada vez tenemos más demanda en el exterior. En Estados Unidos, Francia e Inglaterra", certifica Carlos Ríos, uno de los propietarios de la firma de los Quesos Payoyos, en respuesta a la anécdota. Esta empresa es una más de la treintena de queserías de Andalucía presentes estos días en la cuarta edición de la Feria del Queso Artesanal Sierra de Cádiz, que se celebra en Villaluenga del Rosario. Como ellos, otros despachos queseros de la Sierra (La Cabra Verde, El Bosqueño o Quesos Pajarete) han iniciado su andanza internacional para hacerse hueco. Lo que demuestra que esta industria artesanal ligada a la tierra, que utiliza los recursos de una tradición ganadera autóctona va en alza.

Por eso, el Ayuntamiento de Villaluenga y la Junta de Andalucía, a través del Grupo de Desarrollo Rural, han unido esfuerzos para volver a celebrar esta feria, que se inauguró ayer con buena afluencia de público pese a la climatología y que pretende demostrar "cómo con trabajo y saber se pueden poner en marcha iniciativas emprendedoras de excelente calidad", según dijo durante la inauguración de la muestra el consejero en funciones de Gobernación, Francisco Menacho.

Y la calidad es la que está salvando a este sector de la crisis en la provincia. De hecho, los productores consultados sostienen que se nota un poco menos el consumo, pero no está afectando al negocio.

Es más, la consolidación de la producción quesera gaditana, con unas 15 empresas, y los buenos resultados, está haciendo que otros emprendedores se metan en esta actividad. Por ejemplo, Villaluenga, la cuna de los payoyos, con 500 vecinos, cuenta con cuatro empresas, la última ha nacido hace poco. En Ubrique, también ha aflorado desde hace dos años otra firma. "Los comienzos son duros. Pero estamos convencidos de lo que hacemos, mejorando las condiciones del cabrero local y sacando un producto artesano", cuenta María José Santos, propietaria de Quesos Artesanos Sierra de Ubrique.

La feria, que se clausura hoy, tiene este año como novedad un nuevo atractivo. Se trata de la cocina en directo utilizando el queso de la zona, que desarrollan los alumnos del ciclo de Cocina del instituto Alminares, de Arcos.