La cigüeña que se quedó a cenar: la basura hace que las aves cambien sus rutas migratorias
Los vertederos se convierten, por un lado, en reservorio de comida en un escenario de hábitats menguantes; por otro, resultan inevitable fuente de contaminación y peligro para la fauna
Gaviotas y cigüeñas transportan cientos de kilos de plástico desde los vertederos hasta la Bahía de Cádiz
Según marca la normativa europea, todos los vertederos a cielo abierto están sellados. Ocurre que ese cierre no es instantáneo: un margen de tiempo que aprovechan más que de sobra las aves que acuden a alimentarse de los restos."Por eso es tan difícil limitar su presencia en estos puntos, las aves son muy inteligentes y capaces de adaptarse a todo", comentan desde la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) Julián Cano y Francisco Hortas, dos de los investigadores que han participado en el estudio que analizaba el papel de biotransmisores de tres especies de aves en el entorno de la Bahía de Cádiz: la gaviota sombría (Larus fuscus), la gaviota patiamarilla (Larus michahellis) y la cigüeña blanca (Ciconia ciconia).
El tema de los vertederos y las aves es, desde hace tiempo, un clásico en la biología. Para ellas, son reservorios de comida: tanto, que se ha llegado a alterar el patrón migratorio de muchas especies. No sólo llegan a modificar sus rutas sino que muchas dejan de migrar (las más emblemáticas a este respecto son las cigüeñas). El hecho de disponer de una fuente de comida que asumen como "fácil y segura", se refuerza con la circunstancia de que las zonas naturales que utilizan para alimentarse están siendo eliminadas o sustituidas.
Una vez descubren las bondades del "bufet libre", es muy difícil convencer a las aves de que dejen de acudir: "En distintas regiones del mundo se han empleado distintas técnicas, como reclamos de alarma, pirotecnia o cetrería. Pero tienen un éxito parcial". Las hay que incluso aprenden a esquivar estas medidas.
"Además -indican los investigadores-, hay que ser cautos, ya que muchas poblaciones de aves dependen de estos vertederos para su supervivencia, precisamente porque también han perdido sitios naturales para la alimentación, así que la limitación de acceso de las aves a los vertederos podría provocar un descenso de sus poblaciones. Por ejemplo, la gaviota sombría está sufriendo caídas poblacionales en toda Europa y no se conoce bien la dinámica que podrían seguir las poblaciones".
No sólo los vertederos, advierten, pueden actuar como puntos de enganche para las aves. Dado que la separación de residuos en España es todavía bastante ineficiente, mucha materia orgánica se mezcla con plástico en nuestros residuos: "Las aves se alimentan de los residuos que generamos ya sea en un vertedero, en un puerto o en un cubo de basura en la ciudad, especialmente las gaviotas. Si a esto le sumamos que nuestra sociedad genera muchísimos plásticos de un solo uso, es muy fácil que las aves ingieran estos contaminantes en cualquier lugar en el que depositemos nuestros desechos".
NUEVE MILLONES DE MICROPLÁSTICOS EN LA BAHÍA
Julián Cano es, de hecho, el primer autor de Diferencias espacio--temporales en tres especies de aves de entornos acuáticos como biotransmisoras de plástico. Enmarcado en el proyecto Guano Plastic -financiado por la Junta de Andalucía para estudiar el papel que pueden jugar las aves acuáticas moviendo plásticos de vertederos a humedales andaluces-, el entorno de la Bahía de Cádiz se mostraba como especialmente significativo para desarrollar el estudio por varios motivos: el principal, su situación estratégica en la migración de aves hace que el número de individuos que pasa por el humedal sea muy elevado. "Además, de los sitios planteados para realizar los muestreos es el único en el que están las tres especies que estábamos estudiando, la gaviota patiamarilla, la gaviota sombría y la cigüeña blanca", indican desde la Estación Biológica de Doñana.
Las conclusiones mostraban que las tres especies estudiadas depositaban en los humedales de la Bahía (no transportándolas en el pico, sino a través de las egagrópilas que producen) más de media tonelada de plástico al año. "Esto no puede parecer mucho -comenta el catedrático de la UCA Andrés Cózar, especialista en plástico y contaminación marina y uno de los autores citados en el informe-, pero equivaldría a unas 100 mil bolsas de plástico anualmente. Además -continúa-, este plástico es transportado principalmente en forma de microplásticos. Estimamos que desde los vertederos escapan a la Bahía unos nueve millones de microplásticos al año a través de las tres aves estudiadas".
"El estudio -prosigue Cózar- demuestra que el escape de plástico de los vertederos mediado por las aves es un proceso de una magnitud considerable, en el que probablemente participan otras especies de aves además de las estudiadas".
MARCADAS EN EUROPA, ESTUDIADAS EN CÁDIZ
Un parámetro que hace diferente a este estudio es precisamente la comparativa entre tres especies distintas. En el informe se comprobó, por ejemplo, que la cigüeña blanca, de mayor tamaño, es la especie que transporta una mayor cantidad de plástico por individuo, ya que expulsa egagrópilas más grandes, aunque con un porcentaje de plástico similar al de las gaviotas. En las cigüeñas predominan los fragmentos duros y pequeños de plástico, así como la presencia de gomas de silicona, un tipo de residuo que podrían confundir con gusanos y que se encuentra ausente en las otras dos especies. Por su parte, las gaviotas transportan plásticos de mayor tamaño y con mayor frecuencia del tipo film, como envoltorios, en comparación con las zancudas. En el entorno de la Bahía, la gaviota sombría fue la principal transportadora de plástico, debido principalmente a su abundancia, con unos 285 kg anuales, seguida por la gaviota patiamarilla, con 160 kg, y la cigüeña blanca, con 86 kg.
En el análisis de material, los investigadores se han basado en una técnica espectroscópica (FTIR) que permite identificar la composición química calibrando cómo se absorbe la luz infrarroja, "algo que es único es cada sustancia. En este caso, lo utilizamos para identificar que efectivamente lo que estamos separando es plástico y además qué tipo de plástico es el que estamos separando".
La labor de seguimiento de los ejemplares se ha hecho a partir de individuos ya marcados para otros proyectos: "Al ser una zona de tanta importancia para la migración de las aves, muchos de los individuos marcados pasan por aquí -explican desde la Estación Biológica de Doñana-. En concreto, las gaviotas sombrías están marcadas en diferentes proyectos de Reino Unido, Países Bajos y Bélgica; las cigüeñas, en diferentes regiones de Alemania y también en Doñana y, por último, las gaviotas patiamarillas, sí han sido marcadas en la Bahía de Cádiz, pero para otro proyecto diferente".