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acción social

Unos chapuzas muy solidarios

  • El grupo Gea, con sede en la capital gaditana, y la asociación de cargadores del Cristo de la Vera-Cruz, continúan con el proyecto 'Chapuzas sin fronteras', en el que realizan pequeñas reparaciones a mayores

No desesperemos, la gente buena sigue existiendo. En este caso en concreto no hay que viajar muy lejos para creerlo. En la calle San Pedro, en Cádiz, tiene su sede el grupo Gea, una organización de voluntariado con ámbito nacional e internacional que trabaja en tres grandes áreas: voluntariado medioambiental, ayuda humanitaria y social e intervención en catástrofes y emergencias. Entre sus tres grandes áreas de trabajo subyacen algunas más concretas, como son ecología, ámbito en el que cuentan con un convenio con el Ayuntamiento gaditano; y limpiezas ecológicas ( gracias al cual han participado ya en lo que va de año en dos actuaciones); o la de equipos técnicos y entrenamiento, donde la preparación de los voluntarios es fundamental y en la que colabora con los grupos internacionales Rapid U.K y Gea Turquía que permiten al equipo estar preparados para actuar de forma inmediata

La formación también es muy importante para ellos. Realizan conferencias y seminarios, campañas de sensibilización o cursos de capacitación. Otra de estas subáreas es la de la búsqueda y rescate, en la que se preparan para intervenir en situaciones de emergencias y catástrofes naturales. Y por último, pero no menos importante, se encuentra el área de la acción humanitaria y social, integrándose en esta última el proyecto Chapuzas sin fronteras.

Esta acción realmente se denominaba en sus inicios Programa de ayuda al mayor en pequeños arreglos a domicilio, pero su nombre se ha ido maquillando, hasta llegar a conocerse popularmente como Chapuzas sin fronteras, nombre que a los impulsores del proyecto les cae especialmente en gracia. La idea surgió a raíz de la propuesta de Domingo, presidente de hermanos cargadores del Santísimo Cristo de la Luz. A este gaditano se le ocurrió la solidaria acción al comprobar que su tía, una mujer mayor, soltera y que vivía sola en su casa, acudía en su ayuda y en la de sus primos para que les realizaran pequeñas "chapucillas". Con el tiempo pudieron comprobar que su tía les llamaba, más que para pedirles ayuda, para disfrutar un ratito de la compañía de los suyos. A partir de aquí, Domingo pensó que si con tan poco podía hacer feliz a su tía, ¿por qué no hacerlo con los cientos de mayores gaditanos que viven solos en sus casas?.

El siguiente paso fue hablar con Helena, coordinadora de Gea, y con la que creó este proyecto. Pero esto no podía quedarse en utopía. Se pusieron manos a la obra y expusieron la idea al Ayuntamiento, con el que firmaron un convenio que lleva en vigor desde 2009. Se especificó que los beneficiarios de los trabajos serían usuarios sociales, y que sería el Ayuntamiento el encargado de proporcionar el listado de esas personas, al igual que la información sobre los recursos de los solicitantes.

La función de estos "chapuzas" es realizar pequeños (y no tan pequeños ) arreglos a domicilio. "Hemos puesto desde un enchufe hasta una placa de ducha", contaba Helena Correas, coordinadora del programa. La mayoría de los gastos de las reparaciones corren a cargo del grupo Gea, que se mantiene a base de donaciones y sinergias. "Nunca pedimos dinero, lo que realmente necesitamos y queremos son materiales", nos explicaba la coordinadora.

En este aspecto, destaca la acción de la empresa Leroy Merlín, cuyas donaciones (entre las que se incluyen multitud de herramientas así como material sanitario) han permitido mejorar la vida de cientos de gaditanos que vivían, algunos, "en situaciones lamentables y poco dignas", como contaba Domingo, uno de los creadores y participantes de estos "chapuzas". El perfil de voluntario es cuanto menos exhaustivo. Cuentan entre sus filas con personas de todas las edades, profesiones y nacionalidades. Incluso bromeaba la coordinadora con que "tampoco es necesario hablar muy bien el español", mientras reía junto a dos voluntarios de nacionalidad brasileña y colombiana. "Lo importante es que la gente se anime a colaborar, queremos gente cercana y dispuesta a ayudar. En muchos de los casos que cubrimos con el proyecto de arreglos a domicilios, la persona mayor lo que buscaba realmente era la compañía y una buena conversación", explica Helena.

Este programa es sólo uno de los proyectos que realiza el grupo Gea, que ha colaborado en labores de reconstrucción y temas sociales en el terremoto de Lorca, y otras catástrofes naturales ocurridas en Haití, Italia o Indonesia. Al recordar Italia, el tono triste es inevitable: el coordinador internacional de Gea murió allí mientras intentaba ayudar.

Estos chapuzas solidarios descansan poco, y a mediados de mes vuelven a la carga. A nivel de organización ni siquiera han cogido vacaciones de verano, ya que el jueves marcharon rumbo a Alicante para comenzar lo que será su nuevo proyecto, la restauración de una casa que servirá como centro para niños autistas. Se confirma así que siguen existiendo personas dispuestas a dar todo a cambio de nada, bueno, aunque nos han hecho saber que necesitan una placa de ducha y un fregadero. Así que a arrimar el hombro.

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