Colegio almenara de zahora Casi una decena de niños menores de cincoa años siguen en casetas de obras

"La caseta de obra es ahora la mejor opción para los niños"

  • Las madres rechazan la alternativa de Educación y piden un nuevo colegio

"Gracias a Dios que se encuentran los niños aquí, en algún lado tienen que estar". Así piensan muchas de las madres que tienen a sus hijos dando clases en módulos prefabricados en el colegio público rural Almenara, en Zahora (Barbate), incluso las de ocho niños que llevan meses en un aula habilitada en una caseta de obra, situada en un lateral del centro.

Y es que la caseta está bien acondicionada y preparada para dar clase. Todo el mobiliario es nuevo, tiene servicio y aire acondicionado, que tuvieron que pagar en parte desde la asociación de padres. "Los niños están contentos aquí, están muy bien y las madres hemos firmado para que sigan en este sitio. Creemos que es la mejor solución ahora, pero lo importante es que se haga el colegio nuevo ", comentan algunas de las madres. Opinión parecida tienen todas: "Qué vamos a hacer, peor estaban antes y hemos luchado porque separen a los niños de cuatro y cinco años en dos unidades", "No hay otro remedio. Gustar no nos gusta pero es lo mejor que tenemos".

Desde la Delegación Provincial de Educación, sin embargo, quieren dejar claro que ellos no instalaron esta caseta -fue el Ayuntamiento pero para otro usos, aseguran-. Es más, fuentes de la misma aseveran que tras conocer esta situación "se dieron instrucciones para que los niños no estuvieran en ese lugar y dieran clases en las dependencias de la dirección, dentro del edificio". Las madres, por su parte, insisten en que están mejor en el aula de la caseta que "en el despacho del director, donde querían llevarlos, por ser más pequeño. Además no es lógico que esté los niños de un lado para otro".

Desde la dirección del centro dicen que hacen todo lo que puede para que los pequeños estén lo mejor posible. "Aunque no tengamos las mejores condiciones, las madres han firmado y quieren que los niños permanezcan en esa caseta de obra", afirma el director, quien cree que nadie es culpable de la situación y lo que hace falta es un nuevo centro, ya que han pasado de 38 a 98 alumnos.

En eso es en lo que todos los implicados coinciden -dirección, madres, Educación y Ayuntamiento-. Diez años hace desde que la Junta de Andalucía instaló la primera 'caracola' (módulos prefabricados) en las instalaciones del colegio, que sólo cuenta con un edificio de ladrillo. A este curso se le ha sumado dos casetas de obras, una que hace de aula y otra de biblioteca.

Desde entonces se está a la espera de que haya una parcela para construir otro centro para la zona. El Ayuntamiento aseguró en su día que ya negocia para conseguir una parcela y Educación ya tiene el dinero para construir el colegio. Una vez que se tenga el sitio, la construcción puede tardar doce o dieciocho meses.

Pero algunas madres van más allá y, a su juicio, pesa todavía mucho la denominación de 'colegio público rural'. "Por estar los niños en el campo no son como cabras, ya es hora que lo rural no se considere como tercermundista", critican. "Mira por ejemplo la salida, con la carretera al lado y sin un paso de peatones". Por eso no piensan rendirse hasta que sus hijos tengan un colegio en condiciones, pero son conscientes de que esta guerra va para largo.

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