Cómo capea la Sierra de Cádiz el cierre de la 'carretera del pan'

El derrumbe en la vía de Ronda trae perjuicios económicos a empresas de la comarca serrana y trabajadores, que realizan largos rodeos a diario para llegar a sus puesto en la Costa del Sol

El Ayuntamiento de El Gastor pide celeridad en el arreglo de la vía que va a la Costa del Sol

D.C. Empleados de una empresa de construcción de Villamartín antes de partir, cada día, a las cinco de la mañana, desde este pueblo hacia la Costa del Sol.
Empleados de una empresa de construcción de Villamartín antes de partir, cada día, a las cinco de la mañana, desde este pueblo hacia la Costa del Sol. / Construcciones Jaime Román

Sierra/Cuando el día 8 de marzo se cerró la carretera que va de Ronda a la Costa del Sol por un desprendimiento de rocas, no pocos pensaron que en unos días la cosa se resolvería, aunque supusiera un desaguisado al que habría que adaptarse buscando rutas alternativas para llegar a trabajos, citas médicas, compromisos comerciales o cambios en sus planes turísticos. Pero, cuando se supo el alcance del deterioro que la Dana hizo en la llamada ‘carretera del pan’ y que su arreglo supondría casi medio año de cierre, a más de un autónomo y trabajador de la Sierra de Cádiz, como a la población rondeña y alrededores, se le erizó el cuerpo por las dificultades y perjuicios económicos que ello entraña.

Porque la ‘carretera del pan’, la A-397, es la espina dorsal que conecta a más de 30 pueblos de la Sierra de Cádiz y de la comarca de Ronda con la Costa del Sol. Es la artería que cada día cogen de ida y vuelta empresarios, autónomos y cientos de albañiles y operarios de distintos sectores de pueblos de la Sierra de Cádiz y de Ronda para echar el jornal en alguna de las promociones de viviendas que se levantan en las nuevas millas de oro de Estepona, Benahavís con la exclusiva Zagaleta, Marbella, Casares Costa, Mijas.... Es la vía que ayuda a dar de comer a casas de pueblos como Villamartín, Olvera, Setenil, El Gastor, Algodonales…

Así que el cierre temporal por obras de la A-397 está dejando efectos también en estas poblaciones de la Sierra, donde trabajadores y empresas han de realizar grandes rodeos por rutas de carreteras alternativas para llegar hasta sus puestos de trabajos en algún tajo, lo que supone además de largas jornadas laborales, un perjuicio económico a los bolsillos por el gasto de más combustible, cansancio en trayectos, la pérdida de productividad, cambios en los presupuestos y el retraso en la entrega de proyectos de nuevas promociones de viviendas.

José María Jaime Román Naranjo es dueño de una empresa de construcción afincada en Villamartín, que trabaja en obras de la Costa del Sol desde hace más de 15 años y que cuenta con unos 70 trabajadores. Sus operarios se desplazan a diario desde la Sierra hacia algunas de las promociones que se levantan en distintos puntos malagueños. La clausura de esta carretera rondeña en ambos sentidos ha hecho que esta firma tenga que cambiar la ruta de acceso para llevar a las cuadrillas de trabajadores hasta sus puntos de trabajo, entrando ahora a la Costa del Sol desde Algeciras, a través de la autovía Jerez- Los Barrios. Su firma ‘Construcciones Jaime Román’ traslada a sus albañiles en furgonetas de nueve plazas y eso supone un aumento en los costes del combustible, además de alargar la jornada ya que salen desde Villamartín sobre las cinco de la mañana y no vuelven a casa hasta las siete o las ocho de la tarde. Y no todo el mundo está dispuesto a estas jornadas tan maratonianas para llegar a destino laboral y volver a sus lugares de origen. La alternativa sería buscar alquileres en la Costa del Sol, pero los altísimos precios se comen prácticamente los sueldos.

“Es un problema para muchas empresas porque se han firmado contratos para estas obras, con unos tiempos y unos presupuestos y la gente se está marchando a otros sitios. Al que ahora viene, con todos estos rodeos, lo tienes que incentivar con un plus de desplazamientos porque no encuentras personal”, explica Román Naranjo, poniendo contexto a la realidad que se está viviendo con el cierre de la vía rondeña. Su empresa, por ejemplo, está haciendo jornadas intensivas más cortas en la obra porque se alarga después en la carretera. Además, paga una hora extra más a cada trabajador para compensar los largos desplazamientos. En muchos casos, dicen en esta firma, se está pagando nueve horas de sueldo, pero se echan siete de trabajo porque no queda otra.

Pero no sólo eso, al tener que acortar las empresas de albañilería la jornada productiva para poder compensar los largos viajes que han de realizar, ello está provocando también que haya penalizaciones en las entregas de obra porque, con estas circunstancias, no se cumplen los plazos.

Las empresas de construcción consultadas muestran su agobio porque tienen unos plazos para terminar los proyectos y se están retrasando, con lo que ello trae también posibles penalizaciones. “Hay empresas que se pueden ver afectadas hasta con 600 euros al día de penalización por no cumplir los plazos. Y esto es una cadena, porque a su vez se penaliza a promotoras….”, cuenta el propietario de ‘Construcciones Jaime Román’, que da voz a un sector afectado por estas circunstancias. Esta empresa serrana se creó en 2003 y lleva más de una década y media en el sector de la construcción en la Costa de Sol y es una más de las perjudicadas por el gran desprendimiento en la vía de conexión Ronda-San Pedro de Alcántara, en la que la Junta de Andalucía trabaja para poder reabrir la. José María Jaime Román es una voz más de los decenos de autónomos que piden a las administraciones que “se aligeren los trabajos porque cada día que pasa hay un perjuicio económico y se pierden puestos de trabajo”, concluye.

stats