El proyecto de Economía Circular en Zahara de la Sierra se encuentra ahora mismo en fase de implementación. La iniciativa formaba parte de una de las líneas del ITI (dotada con 8.700.000 euros) y, hasta ahora, la labor ha sido esencialmente “pedagógica y de concienciación”, comenta Carlos García, presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Sierra de Cádiz. “El cambio en la manera de entender la gestión de residuos encuentra resistencias que se mueven entre la inercia y la pereza –comenta el responsable–, pero también hay mucho desconocimiento”. No obstante, en cuanto se conocen los beneficios implicados, las resistencias se minimizan. “Hemos firmado el convenio de colaboración con la Junta y de lo que se trata ahora es de ir implicando a las distintas poblaciones”, indica García.

En Zahara de la Sierra, se están recogiendo 320 cubos de basura al día. El procedimiento es recoger cada día algo distinto: papel, envases, restos. La comparativa de datos de recogida respecto al mismo periodo del año pasado son apabullantes. En enero de 2019, en papel cartón, se recogieron 558 kilos frente a los 5551 de 2020. Respecto a los envases, en enero de 2019 la población recuperó 826 kilos y, este año, 4080 kilos. La mejor clasificación hace que la cifra de restos en general baje hasta casi la mitad:de 45.860 a 20.244 kg. La principal implementación del proyecto reside en la recogida puerta a puerta, que incide especialmente en los restos orgánicos. “Un cambio sustancial que nos devuelve a los conceptos originarios de recogida, pero que sólo sería viable en los pueblos más pequeños”, reconoce García –aunque es un sistema que incorpora, también, mayor número de contrataciones–.

Para finales de año, se prevé llevar una experiencia piloto de este proyecto a bloques de pisos en la comarca, con recogida vertical. En Villaluenga, se prevé reproducir en la primera mitad de este 2020. Además, se contemplan una serie de propuestas para la creación de plantas de tratamiento de escombros en Bornos, Olvera y El Gastor; el reparto de puntos limpios móviles e iniciativas como un sistema de recogida de muebles, para su rediseño, puesta en valor y reutilización, así como de ropa. Reciclar la mitad de los residuos producidos “podría ser viable en tres años –indica García–. Zahara es un claro modelo para la provincia”.