La sanidad española está considerada como una de las mejores del mundo, pero es insostenible. Hay multitud de trabajos, como los de la prestigiosa especialista Magdalene Rossenmoller, que llevan años advirtiéndolo, pero nadie hizo nada. Uno de los analistas en este campo, el psiquiatra Luis Salvador Carulla, disecciona el crack: "Hemos tenido una tormenta perfecta que se veia venir desde antes de la crisis financiera: 1) Proceso de inmigración masiva entre 2000 y 2008, en proporción equivalente al de la llegada de inmigrantes a EEUU en la década de 1910; 2) un sistema de cobertura universal muy avanzado, esto es,con una alta especialización y tecnología donde se podia acceder igual a un trasplante de hígado que a los medicamentos mas caros; 3) una falta de conocimiento del gasto sanitario por mala contabilidad de la administración y nula conciencia del ciudadano al no suponerle pagos directos de ningun tipo: 4) el acceso al sistema de salud mas abierto del mundo occidental para extranjeros; 5) nulo control de pagos y reembolso por paises terceros; 6) años de disminución de pensionistas por el efecto de la Guerra Civil y primera posguerra seguido de aumento por la jubilación de las personas nacidas después de 1945... y aún queda el baby boom".

La pregunta que se hace Carulla es si era necesario llegar a este punto, si no se podía haber actuado antes. No era tan difícil verlo. En la prensa sueca se animaba a los ciudadanos a venirse a operar a Andalucía y el célebre escritor británico Tom Sharpe, un turista sanitario que vino a Barcelona a operarse gratuitamente de corazón, dedicó su último libro de la serie de su universal personaje Wilt a los médicos catalanes, provocando un notable efecto llamada.

Para Carulla, "hay que crear guías de actuación clínica y un catalogo de prestaciones básicas para población no cubierta por el sistema. En estas deben participar expertos en bioética, gestión y costes". Es decir, no improvisar dando tijeretazos al azar. "Quien gestiona irresponsablemente sus recursos los agota y los pierde, sea una familia, una organización o un país", concluye.